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10 Razones para no leer Todo en Domingo a sus diez años

  1. Por el ñoño conformismo de Rafael Osío Cabrices, con aires de importancia y de notable concienciado. Buuuuu…
  2. Por sus estúpidas recetas de cocina.Una expresión vulgar de su rancio esnobismo acomplejado. 
  3. Por su esquemática, necia, simplista, autoindulgente y complaciente visión de la clase media o de los  Bobos del Paraíso. Los burgueses bohemios de la ciudad de lo glam. A la porra con ellos.
  4. Por su fotos glorificadoras de cuanto imbécil, embaucador, idiota, promotor de iniciativas y falso creativo abunda en este pequeño y perro mundo.
  5. Por el horóscopo de Adriana Azzi. Un jardín de los inventos, lleno de supercherías, especulaciones y promesas de mentira. Al menos, como toda la revista, se presta al humor involuntario, incluyendo las aburridas y reiterativas caricaturas de Maitena. Una perdida de tiempo y dinero.
  6. Por su colección de plumas degradadas y degradantes, de Boris a Pablo Cohello. Otro dos estafadores demagógicos con carta blanca para engañar.
  7. Por la bitácora de Valentina. ¿Hasta cuándo con esta señora?
  8. Por la ligereza y la banalidad kistch de todos sus reportajes y reporteros. Firmen ya su carta de renuncia y retírense del oficio.
  9. Porque Feriado era mejor, más divertida y menos acartonada.
  10. Por su cúmulo de contradicciones periodísticas al servicio del poder económico y corporativo de la red de negocios de la prensa mainstream.

Diez años de una publicación sin alma, sin vida y sin personalidad, a la sombra del status. Es el ejemplo de la claudicación de un gremio a los dictámenes del marketing. Así funciona la censura de lo cool en los medios de oposición. Tan solo un espejo invertido de la censura oficial. Por eso, nunca apareceré allí. Menos mal. Ni falta que me hace. Al cabo que ni quería.

Sigan derrochando tinta y papel en vano, con el propósito de reafirmarse como nicho, target, raza y clase triunfadora

Sigan discriminando.

Sigan con el rollo de la distinción. 

Sigan con el cuento del país de la belleza, de los Dudamel, de los venezolanos exitosos en Barcelona,de los testimonios de la nobleza del hombre conservador y la mujer reaccionaria.  

 Algún día, la naturaleza se los va a cobrar con creces e intereses. Es la ley de la vida. Todo se devuelve.

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