Escribo para no quedarme sin alma. Este ejercicio regular pareciese ser el único vestigio de humanidad que aún guardo con supremo recelo.
Hoy mordí a una niña de unos 6 años. No se por qué lo hice, simplemente sentí un impulso de variar el menú como cuando en mi época de mortal sentía curiosidad por probar platos de una cultura diferente cada semana. Sorprendentemente la niña no sintió temor alguno y me dijo que veía tristeza en mi mirada, por lo que me regaló su muñeca para que jugara con ella cuando me sintiera desanimado. Es increible, le hice daño a una criatura inocente y ella en lugar de atemorizarse y lloriquear como cualquier mocoso me dió un obsequio. Pude percibir en ella una bondad suprema, tan inhumana y perfecta como mi instinto de predador de la raza humana. Mi alma oscura, llena de odio, rabia y violencia fue trastocado por una energía de paz y armonía. A raíz de ello, casi sentí mi corazón latir una vez más. Me pregunto: ¿quién será esa criatura? No conozco ser humano, y mucho menos en esta era posmoralista, con una generosidad equiparable a la de esa niña. Si mis lagrimales funcionaran, mi inmutable rostro estaría repleto de lágrimas. Estoy conmovido, tanto que me averguenzo del daño que le he provocado a esa niña, y a tantos hombres y mujeres durante siglos.
A partir de esta noche, he decidido convertirme en el protector de la raza humana, después de todo no estaban del todo perdidos. Esa pequeña me había demostrado que aún había esperanza. Claro está, la decisión que he tomado me traerá muchos inconvenientes. En primer lugar, los de mi clase no lo aceptarán e intentarán detenerme, intentarán matarme; pero no tengo otra opción. Durante mucho tiempo he vagado por el mundo sin una razón aparente, he sido por bastante tiempo un feliz predador con presas abundantes por doquier. Esto que me ha ocurrido es el cambio que necesitaba mi no-vida. Frente a mi tengo una tarea sumamente importante que no dudaré cumplir así me cueste mi vida existencia.
LetraAnalfabeta