Quienes son los responsables de este desastre?
Son algunos de nuestros creativos publicitarios venezolanos, una cuerda de avestruces que agachan la cabeza ante el caudillo-cliente y la necesidad de la arepa. Siempre ingeniándoselas para reincidir en los fantasmas nunca superados del mal gusto. “Eso vende, eso sube cerro”, con ese pobre análisis siguen manteniendo el status quo de la mediocridad en la publicidad venezolana, cuyo primer vicio es subestimar al espectador y bombardearlo de discursos aspiracionales con final feliz, lavando los cerebros y dejándolos blancos Ace. Después los vemos en los premios ANDA dándose palmaditas en la espalda, riendo y consolidando el balurdismo que día a día se impone en nuestras narices. Es un desastre que falla en todos los niveles y que contrariamente a su objetivo lo que hace es reivindicar la obesidad como paradigma de lo feo. La mujer obesa y por extensión, asexuada, según los cánones establecidos por el bisturí, el silicón y Osmel Sousa, no tiene cabida en la sociedad del simulacro venezolana.
Este comercial es la terrible consolidación de que la gorda es y será el bufón eterno de los medios.