Dije – Si se acaba la Lucha, me acabo yo –
Mira la campiña tranquila que se perfila al fondo,
se extiende por todas partes.
La Lucha corre.
Corre y va al río a librarse de una batalla,
vence busca zorros y alimañas.
Se esconde en una ciudad subterránea que sucumbe en la cima del cerro,
muy antigua
la del monte de los molinos.
La Lucha, la Lucha es infinita;
de lo contrario yo me acabaría
luchar.
Si ahora tuviera que hacer otra cosa menos sangrienta
no lo soportaría,
la Lucha es un refugio donde sangro,
no me derrotan,
y adoran mis heridas.
No podría sufrir la ausencia constante,
la sensación de triunfo,
de la guerra infinita y su infinidad de batallas
húmedas y rojas.
En la calidez de la campiña reposa sobre las aguas
y no se extingue nunca
la Lucha inmortal.