James Cameron pertenece a una estirpe de realizadores americanos signados por el mito fundacional del cine megalómano, donde el tamaño sí importa y es equivalente a una serie de prácticas industriales asumidas por el sistema de estudios desde el siglo XX: la imparable carrera por la inflación de costos, el derroche hiperconsumista de recursos para justificar una gestión de éxito, la búsqueda depredadora por acrecentar los márgenes de ganancia, la explotación de nuevos mercados, la expansión de las plataformas conquistadas en pasado, la competencia darwinista, el imperialismo cultural y la globalización de las fronteras, sin reparar en límites morales, éticos, estéticos y antropológicos.
De ahí procede, naturalmente, la primera gran contradicción de la película, entre sus medios titánicos y sus fines románticos de reivindicación de la otredad, lo pequeño es hermoso, la comunión con la madre tierra y el paraíso perdido.
En tal sentido, el film puede ser acusado de vehicular una ideología culposa e hipócrita, inherente al credo neoliberal de la libre empresa en sus campañas publicitarias de responsabilidad social.
“Avatar” sería, entonces, la punta de lanza de Hollywood en su proyecto de desligarse, sólo en apariencia, de la filosofía conservadora, tecnocrática, deshumanizada, mecanicista, turbocapitalista y usurera del eje Wall Street-Pentagono-Washighton; una tríada mafiosa sindicada de hundir a la economía de Estados Unidos en la depresión, bajo el mandato fallido y corrompido de George Bush.
Y digo sólo en apariencia, porque en realidad, nada cambia, más allá de una muy buena política demagógica ilustrada a la perfección en la pantalla mundial. Mejor publicidad, imposible.
La meca sigue siendo una fábrica de ilusiones al servicio del vil metal, y ni siquiera el mensaje de conciencia de “Avatar” podrá redimirla de su destino marcado por las corporaciones hegemónicas y monopólicas del gremio.
Hubiese sido interesante estrenar el largo, para deslastrarse del yugo de la Fox y compañía, en beneficio del circuito alternativo. Por desgracia, no es el caso. Por defecto, el lanzamiento de la cinta sabe especular con los deseos reprimidos del colectivo, en un tiempo de crisis, paro y reducción de personal, cuando la gente quiere ver derrotada a su plutocracia semifascista, así sea por dos horas en una sala oscura. Los ingenieros sociales entienden el problema de fondo y lo condensan en 24 cuadros por segundo, a la luz de las expectativas traicionadas del pueblo frente al poder.
Es un clima de descontento y de rabia contra la máquina, paradójicamente instrumentalizado y aprovechado por los responsables directos de la recesión. No en balde, Hollywood cotiza sus acciones en la bolsa de valores, y ambas se llevan el gato al agua, sin dejarle un centavo a sus contribuyentes( los espectadores quienes pagan el precio de la entrada).
Después de todo, la maquiavélica democracia del séptimo arte funciona así. Y no la inventé yo, ni es un producto de mis alucinaciones conspirativas o paranoicas.
Por ello, llama la atención el subtexto de “Avatar”, un alegato a favor de la resistencia de las etnias oprimidas por la bota colonial de un país invasor.
Y no es chiste, es la cruel verdad. Si Chavez viera “Avatar”, pegaría el grito al cielo de la emoción, al identificarse con la gesta heroica de los Navi en su lucha por la soberanía de su territorio. De hecho, casi parece o luce como el subtítulo de “Zamora”: tierra y hombres libres.
En consecuencia, el evidente metamensaje de “Avatar” nos invita a mirarla con cautela, al margen de haber flechado nuestro pequeño corazoncito de comunista utópico. Pero el oficio demanda y exige marcar distancia con el objeto de análisis, por encima de pasiones y entusiasmos epidérmicos de primera vista.
Por ende, continuaré con mi lectura de fondo, en lugar de ceder al chantaje del consenso ecuménico, de la glorificación por la propia glorificación y de la redundancia de la información consagratoria.
Si quieren disfrutar de una interpretación condescendiente, abandonen el artículo de inmediato. Si les interesa cotejar resultados con un punto de vista diferente, alternativo o heterodoxo, los invito a pasar adelante.
En la superficie, “Avatar” se inscribe en una tendencia anglosajona de larga data, la de revisión del fenómeno bélico a través de una infraestructura genérica o transgenérica de último cuño, por el estilo de “Star Wars”, “Apocalipsis Now” y “El Señor de los Añillos”, cuyos dramas se encargan de reescribir la historia en función de los códigos de la tragedia, el western, la ciencia ficción y la épica colosal.
Por ejemplo, “Avatar” recuerda las obras maestras del lejano oeste, en su vertiente “pro-india” a la manera revisionista de “Danza con Lobos”, por citar un caso reciente. A propósito, la crítica gusta calificar de “mea culpas” a dichas expresiones audiovisuales, surgidas al calor del exterminio y segregación de las tribus originarias del norte.
Por lo visto, “Avatar” tiende a cargar con semejante estigma, al decantarse por encumbrar a los llamados “salvajes” en perjuicio de “los civilizados”, justo ahora cuando se invierten los roles para justificar la intervención del medio oriente, a fin de “erradicar la plaga del terrorismo”.
Mutatis mutandis, “Avatar” se concibe para responder a la doctrina Bush, de satanización de la disidencia y de la resistencia violenta.
En efecto, la película proyecta un escenario de guerra asimétrica, donde David vence a Golliat, donde la artillería pesada cae rendida a los pies del guerrero local, armado apenas de su astucia, de su corazón valiente y de su arco y flecha, en una representación diferida e idealizada de una guerra de secesión a muerte. El desenlace es idéntico al de Vietnam, y a su modo, nos prepara ante el inminente anuncio de la retirada de las tropas americanas de suelo iraki.
Aquí, la capacidad alegórica del realizador es acertada y reduccionista a partes iguales. Por un lado, atina en el blanco al radiografiar el esqueleto del nuevo complejo militar industrial, cuya división del trabajo subordina a la ciencia a la tiranía de los intereses comerciales aliados con el andamiaje de destrucción militar, cada vez más limpio, sofisticado, cibernético, burocratizado y corporativizado, en beneficio de las compañías mercenarias del ramo. Todo un autoguiño, un autohomenaje y una autoparodia al clásico del director, “Terminator”.
Por el otro, al cineasta se le escapa de las manos el control de su delirante imaginería barroca, al momento de configurar a sus “personajes positivos”, carentes de malicia. Un ejercito de los cielos y de puros dechados de virtudes, en comunión con la flora y la fauna, cual comuna hippie centralizada alrededor de la paz, el amor y la armonía con el entorno hostil.
Algo difícil de digerir y de aceptar como propuesta de tercer milenio, si consideramos el absurdo de regresar a la tierra, al estado natural, cuando el urbanismo del planeta no sólo es imparable sino preferible a vivir en una selva a merced de enfermedades, plagas y penurias. No lo digo yo. Es una tendencia universal.
Por lo demás, la promesa idílica de Cameron o su plan de salvataje global, despierta innumerables suspicacias, al confrontarse con la siguiente cadena de hechos.
Número uno, el fracaso del socialismo real y su conversión en distopía totalitaria.
Número dos, las visiones pesadillescas de la literatura y el cine, sobre el retorno a la vida en el bosque bucólico de Walden. Léase y véase: “Rebelión en la Granja”, “El Club de la Pelea”, “The Beach”, “Into the Wild”,“El Señor de las Moscas” y “The Mosquito Coast” , todas ellas antítesis de las teorías rousseaunianas y marxistas esgrimidas por Cameron en su caricatura high tech, con enfoque de video game.
Número 3, el triste legado de la guerrilla antes y después de instalarse en el poder. Recuerden Colombia, Perú, Nicaragua ,Cuba y Libia. Por tanto, es lógico mantener reservas a la hora de deglutir el banquete ofrecido por el dueño de los fogones.
Nada extraño viniendo del creador de “Titanic”, con su fardo de lucha de clases. En su descargo, cabe rescatar el empeño del cineasta por invocar el espíritu de la diversidad por medio de un empaque animado, inspirado en el kistch de tradición occidental, en el manga japonés y en el diseño gráfico de orientación anarcopunk.
Se trata de una iconografía sacrílega emblemática de los reciclajes posmodernos, al límite de la cursilería new age de la serie “B”, de “Flash Gordon” a “Barbarella”, con ángeles mesiánicos caídos del cielo, amazonas a caballo y un bestiario fantástico extraído de alguna viñeta de Moebius o Rudi Giger.
De igual modo, el realizador es consecuente con dos de sus obsesiones como narrador: consolidar la imagen de la mujer fuerte de nuestros días como protesta viril a la dominación masculina, e investigar la relación de hombre con la tecnología de punta.
Cameron repite la experiencia con Sigourney Weaver, después colaborar juntos en “Aliens”, mientras aprovecha el físico de Michelle Rodríguez para darle continuidad a su fetiche de Sarah Connor, incorporado por Linda Hamilton.
Por su parte, el arquetipo de la Weaver no esconde su parentesco con la Dian Fossey de “Gorilas en la Niebla”, en cuanto las dos encarnan la seducción de la óptica etnocéntrica por la alteridad absoluta, magnificada con ojos de turista fascinado por la distinción de las especies diferentes. Allá eran los simios del África, acá son los humanoides de una galaxia superior, en un espectro no muy lejano al de películas contemporáneas como “Sector 9” y “Planet 51”.
La luna Pandora resguarda un mineral codiciado por el hombre, y su caja del tesoro se destapa para castigar el pecado de la avaricia, con la fuerza y la energía de un relato bíblico.
En la fábula moral, la conexión de los buenos con su medio ambiente, provoca el milagro de la purificación de la raza durante el combate, al dar al traste con las pretensiones de los villanos de la partida, personificados por un Rambo con señas de identidad neonazi y por un yuppie de corbata, mangas arremangadas y gomina en el cabello, como si fuese el hijo del Gordon Gecko de Oliver Stone. Por cierto, Giovanni Ribisi hizo el mismo papel en la joyita “Boiler Room”.
Por último, el salvador de la patria porta la llama de la esperanza, al garantizar el mestizaje de los clanes en conflicto y el futuro de su especie híbrida en un desenlace catártico, medio predecible. Verbigracia, se le resucita al amparo del típico happy ending, a la zaga del populismo ramplón y folletinesco de “Titanic”.
En paralelo, la mutación del protagonista compendia las reflexiones del autor acerca de la inteligencia artificial, la realidad virtual y el second life, en la era de las comunicaciones multimedia y las redes sociales.
Por lo general, Cameron cumple con esbozar esquemáticamente lo ya planteado por “Matrix”, “Tetsuo”, “Neuromancer”, “Ghost in The Shell”, “A Scanner Darkly”, “Existenz” y “Blade Runner”, aunque aportándole sus dosis personales de investigador en la materia.
Lamentablemente, el maniqueísmo retorna por sus fueros para polarizar la visión del emisor entre dos fracciones antagónicas: la tecnofobia y la tecnofilia. Es decir, la tecnología, según Cameron, no es necesariamente mala o buena. Todo depende de quién haga uso de ella. Asunto discutible, por decir lo menos.
Para culminar, el largometraje cierra con un canto interestelar a la conservación, a la convivencia y a la tolerancia, no sin antes haber pasado por un río de sangre, sudor y lágrimas.
¿Es la violencia y el ojo por ojo una salida legítima para alcanzar la paz?¿Es poco cinematográfico sellar el armisticio con la firma de un tratado de no proliferación?¿Es insólito apostar por un acuerdo negociado?
¿Vale pena tanto sacrificio en vidas?¿Vale la pena tanto dolor?¿Patria, socialismo o muerte, venceremos?¿Son ellos o nosotros?
Por eso, en conclusión, “Avatar” me resulta un arma de doble filo. Un peligroso boomerang capaz de revertirse contra sus propios creadores. Remember Frankestein.
Lo dicho.
Lina Ron, Mario Silva y Eduardo Galeano la aprobarían con gusto, para desgracia de Cameron.
Bin Laden también.
Es el problema de poetizar al sedicioso.
Cuidado la transmiten quemada por Avila Tv.
Es el problema de zanjar la discusión con un golpe de timón.
Es el problema de vender la rebelión como un manual de autoayuda, para naciones y planetas ocupados.
Por lo pronto, el mundo sigue su curso irreversible hacia la nada y el vacío.
Lastimosamente, “Avatar” no podrá hacer nada para conjurarlo. Si acaso, ofrecerá un salvavidas o un colchón de amortiguamiento para sus financistas, de cara a la competencia de youtube, la piratería y el internet.
Otra película grandota para paliar la extinción del negocio de la exhibición.
Por ahora.
Precisamente esta noche voy a ver la pelicula se ve muy buen, feliz navidad.
Igual Crist.
Gracias por comentar.
Pendientes aquí de tu feed back sobre la película.
Saludos!
bueno,no he podido verla, quiero hacerlo auqnue sea solopor la mega puesat en escena que se lanzaron, soloese coñazo de tecnologia para un fume como el de Cameron…
ahora la historia,puede ser un boomeran tipo mad max para los realizadores y capaz de una cortina de humo para lossoñadores de oficio,tipo diamante de sangre..
igual el sabado laire a ver
saludos men, pendiente de son de la calle antes que la edulcoren,como se viene diciendo…
como cualquier amante de la SF la fui a ver. Tuve un grave problema, la parte derecha de mi cerebro estaba extasiada con los efectos de los programas adobe after effect y otros, me imaginaba lka cantidad de horas de programacion para lograr tal o cual efecto.
en el aspecto estetico es una de las mejores que he visto realizadas por computadoras, la cantidad de texturas es impresionante y es mucho mayor que otras mas realistas. los paisajes y los colores son estupendos. En el aspecto esteticos, le doy un 20.
Pero la parte izquierda de mi cerebro no me dejaba disfrutar de la pelicula. al planeta, una molecula fotosintetica basada en el magnesio, no podria aguantar tal vez mas de tres meses sin sol o tres meses con sol, que es lo que deberia de durar un dia en pandora. Eso haria sumamente dificil que la vegetacion fuese verde.
Fuera de las consideracione de consistencia en el aspecto ecologico. Vi tambien la analogia a la ya famosa guerra asimetrica. y tambien dije «que cagada una pelicula para chavistas» pero hay otro aspecto que no tocastes, la coloniozacion del hombre blanco por los recursos energeticos. en una pagina sobnre evolucion realize el siguiente comentario en un post sobre esa pelicula.
Think of it tis way. Avatar is a fantasy about ceasing to be white, giving up the old human meatsack to join the blue people, but never losing white privilege. Jake never really knows what it’s like to be a Na’vi because he always has the option to switch back into human mode. Interestingly, Wikus in District 9 learns a very different lesson. He’s becoming alien and he can’t go back. He has no other choice but to live in the slums and eat catfood. And guess what? He really hates it. He helps his alien buddy to escape Earth solely because he’s hoping the guy will come back in a few years with a «cure» for his aliennes. When whites fantasize about becoming other races, it’s only fun if they can blithely ignore the fundamental experience of being an oppressed racial group. Which is that you are oppressed, and nobody will let you be a leader of anything.
Tu punto de vista como expectador es válido en el contexto de Venezuela. Para un carajito gringo new age, con la autoestima herida por la política exterior bélica de los Estados Unidos y una falsa esperanza insuflada en el líder de la Revolución mesma (que se gasta millones de $ haciendo lobby por acá), la película es una epifanía.
La distopía totalitaria, desde estas latitudes, suena a argumento esgrimido por intelectuales de Berkeley que viajan a Latinoamérica o Africa para hacer turismo «socialmente responsable».
Nuestro continente queda muy lejos, y no se le puede pedir a un pesetero y egomaniaco director, que invierte 10 años para hacer su obra maestra de masas, que recuerde la lucha de nuestro pueblo rejodido. Para el, si suena chevere, saca suspiros extras y garantiza inversión en su megamonstruosa producción, vale.
Aquí no entienden de socialismo asociado a pobreza (por secuestro de los medios de producción) o de violencia urbana practicada como guerra de guerrillas. Aquí entienden de destino manifiesto, de nintendo y de «yes, we can». Y bajo esa premisa los «navi» son depinga.
Es más, hasta sexy son.
De hecho, me recuerdan un poco a Obama, ¿no?
Hasta le falta la verruga al joven protagonista… coño, me equivoqué de populista :P
Como entretenimiento puro y duro, Avatar es arrechísima.
Ahora, habrá que ver la alternativa en ciencia ficción que proponen los directores latinoamericanos. La distopias vistas desde el Sur. Hasta ahora me gustan algunos comics argentinos (soy fan desde que empecé a leer Corto Maltese) y las pesadillas bordertown. A ver…
Rica tu crítica, chamo.
Buen punto, Alrevez. También muy enriquecedor para el debate.
Gracias por comentar.
Pendiente de tu comentario, cuando la veas, Goodman.
Saludos y gracias por el feed back. Igual Luis. Como siempre le das tu toque científico al tema. Me parece muy buena tu contribución. Saludos!
Alrevez, tu análisis metafórico es estupendo. De hecho, la película se puede ver como un choque del republicanismo de los Bush versus el comeflorismo demócrata de Obama. Saludos!
Dios!!! Relax bro! la peli tiene su lado flaco, se sabe, pero relax…
saludillos
Cuanto más tiene que fracasar el marxismo como para que abandonemos sus formas de crítica?
Importa si es Fox quien gana dinero mientras Cameron nos hace sentir nauseas hacia la raza humana y hacia los republicanos? Yo creo que hay que aplaudir a un creador que con sus éxitos logro un nivel de independencia creativa tan arrecho que le permite escupirle a los poderosos con su propio dinero.
jeejejejeje…
Me parece bien, JJ.
Gracias por comentar, pana.
Saludos!
Bueno, no vi Avatar (ni siquiera se estrenó) pero cuando la vea seguramente venga a comentar mi opinión.
Lo que me llamó la atención creo que es un punto a tu favor Sergio.
Dejás tu marca en los artículos que escribís, creo que me guste lo que digas o no, tenés un… estilo propio bien definido.
Gracias Guada, esa es la idea. Gracias por valorarlo.
Muchos saludos y espero con expectativa tu lectura de la película.
Seguimos en contacto.
Saludos!
Ver una película es darle un ‘break’ a la vida real, es tomarnos un tiempo off para vivir a través de las imágenes, diálogos y sonidos o música, sea cual sea la cinta que se presente. En cuanto a Avatar, puedo decir que la disfruté. Por primera vez seguí el consejo de una amiga, y simplemente vi la película, la sentí, no la analicé con postura premeditada, ni con concepciones izquierda derecha. Obviamente a lo largo de ésta, las asociaciones no se hacen esperar. Como toda obra de arte, va dirigida a la emoción, y es inútil pretender que éstas no son subjetivas, según las vivencias, en lo personal, detesto a los militares y todo el teatro que representan, para mi son patanes armados, animales sin más de dos dedos de frente. Esteotipo muy bien planteado por el director. Brutos con metralletas.
No creo que el socialismo necesite fracasar mil veces más, como mencionaron anteriormente, sólo ofrece un punto de vista diferente, no estoy a favor de dar todo y que el Estado se encargue de cargar a la gente como si nada, pero tampoco estoy a favor de los abusos, creo en la carrera limpia, en un principio igual, unas bases concretas, lo demás viene por mérito propio.
Chavez me parece un buen político, es un buen manipulador y estratega, desde la política es un cabrón que ha sabido jugar con su estupidez, ha sabido aprovechar las desventajas, igual que Uribe, cowboys, brutos con armas, que apuntan a la emoción para aprovecharse de los demás.
Sí, la historia de Ávatar es conocida, es un Pocahontas tecnificado, pero también es universal, ha pasado desde la conquista, hasta el colonialismo yankee como diría el payaso de Chavez, pero es que el bocón no está tan equivocado, cada país se ha encargado de venderse al mejor postor, la forma de vestir, las costumbres, todo está entre dicho, pocos hacen respetar su idiosincracia, pocos hablan con soluciones, pocos hablan de apostarle a un bien general, todos juegan a ganar para sí mismos, todos juegan con el ideal Liberal, pero ninguno se detiene a pensar en lo básico del hombre. El hombre no puede con todo solo.
Excelente reseña. Aunque creo que el personaje de Michelle Rodríguez es en remix de dos personajes de ALIENS: la piloto de la nave desembarque (que hasta usa los mismos lentes de la Rodríguez) y la ruda cabo Vásquez.
Por otra parte me pareció ingenuo e inverosímil que una empresa con una inversión ultramillonaria y una ventaja tecnológica abismal se retirara tan mansamente de Pandora. Si las armas de los Navi erasn las mismas de los indígenas de hace 500 años y los españoles los derrotaron con arcabuses, trabucos, perros y caballos.Pero esto forma parte del discurso comeflor y heroico que se explica en la reseña.
Los avatares del decameron….
Racismo disfrazado de felino… La raza humana (Americanos) se encuentra en conflicto con los nativos de un clan (Irak y Afganistan) debido a que estan asentados en un gigantesco arbol que esta encima de una veta de un mineral «muy cotizado» (Petroleo)… Dicen y que los humanos que tienen la nariz achatada se consideran Na’vi… Neytiri y Jake Sully Roman de la rose, Pocahontas, plus… Trudy Chacon una piloto de marina «renegada» ¿?….
Lyle Wainfleet luego de ser rechazado por James Cameron para posibles secuelas se dedica a soñar con propaganda de guerra para el Pentagono (Alegoria Americana) ¿Como nace Avatar? nace en medio de dos atolladeros infernales llamados: Irak y Afganistan…
De Pandora sale el fantasma de Vietnam… La guerra de verdad no es un juego de mentira…
Muy buenos sus comentarios.
Gracias por contribuir a la discusión.
Saludos!
Hoy estaba leyendo la biografía de Chris Marker en Wikipedia, y me encontré por casualidad con una frase que creo que engloba mi sentimiento hacia «Avatar». Espero que la disfruten y comenten: «Acusaba la influencia del museo imaginario teorizado por André Malraux; por medio de la idea de que el sistema colonial se autolegitima políticamente, al mantener un punto de vista anti-histórico sobre las tradiciones y el patrimonio de los pueblos de los que se adjudica la administración.»
aja, por fin la pude… ver
la parte visual, sencillamente demoledora, estaba botando la baba como por 2 horas y cuarto…
ahora todo el planteamiento es interesante, un arma de doble filo y en general una vaina muy parecida a esas peliculas ecologistas, pero mas chevere…
la segunda pelicula del año, por delante de inglourious basterds y detras de watchmen…
saludos mi pana se le lee cuando se puede…
Excelente punto de vista de una crítica aguda, pero sincera y realista. Y conste que la vi y me encantó… pero más me gustó esta certera cronología de los móviles y sus consecuencias.
Un saludo.
Hola a todos
Lamento comentar tarde.
Recién vi hoy Avatar y concuerdo con la opinión de que se trata de una lucha de clases bastante maniquea.
Aunque a muchos les pareció romántica ,a mí me pareció ver en el personaje principal mucha viveza al utilizar por ejemplo la religiosidad de los nativos para llevarlos a su propia destrucción. Esperemos que a Jake no le vuelva a dar otro ataque de viveza, bien criolla por cierto, en su nueva vivda como Navi.Ojalá no despierte.
Saludos
Buen punto, Raque. Gracias por comentar. Muchos saludos.
Yo la vi y sentía que estaba viendo Pocahontas de nuevo pero en 3D :/
Buen punto,Alex. Gracias por comentar. Saludos.
Coño Cobra, más acertado imposible:
http://www.noticias24.com/gente/noticia/6029/dice-sentirse-identificado-con-la-pelicula-avatar/
Eso, pana. Gracias por el feed back, y por el link. Saludos.
«Por lo pronto, el mundo sigue su curso irreversible hacia la nada y el vacío. » hombre de poca fe! jajajaja xD..
Buena reseña ;)
Gracias por el feed back, Angie. Saludos!
Atención porque acusan a Avatar de plagio desde San Petesburgo, según un cable publicado por El Universal.
Hola Sergio,
Creo que te esfuerzas en hacer un argumento que ya todos conocemos. Es decir, tratas de darle una relación con los gringos y tal … Muy bien el esfuerzo, pero pienso que esta halado de los pelos.
La historia de Avatar es la historia de la humanidad. Por eso es que es un éxito comercial, porque las distintas culturas del planeta se pueden identificar con la cinta.
Que si FOX, Bush y tal … Si, hay relación, pero eso es una novedad? De acuerdo contigo que la película tiene un mensaje Chavistoso. Sin embargo como se ha dicho aquí, el Chavez dice verdades, aunque no sirva de nada que las diga, pues el esta ahí para resolverlas no para denunciarlas. Pero eso es otro tema …
Si una nativo de la India ve la película, esta persona la relacionara con los Ingleses cuando oprimieron a sus habitantes. Nosotros los latinos la identificamos con la colonización española y/o la portuguesa. Los indígenas de Norteamérica se podrían identificar, solo que fueron exterminados por los ingleses (como de costumbre).
Si la ve un Quebeco (nativos «franceses» de Quebec Canada), se identificara con la lucha perdida entre Francia e Inglaterra.
Antes de los ingleses mando la iglesia católica y oprimió con la misma fuerza, con su brazo armado: Los romanos. Y antes de los romanos fue el imperio Ottoman, antes de estos últimos fue el imperio Griego. Y así sucesivamente.
Avatar es contar esa historia que ya conocemos en el futuro, pues el riesgo sigue. No hay nada que nos diga que la ‘humanidad’ va a actuar de una manera distinta cuando ‘colonice’ otros planetas. Y creo que eso es lo que desea mostrar el director Canadiense James Cameron.
Espero que como humanidad hayamos aprendido la lección, pero esto esta por verse. La función de la Dra. Grace Augustine es precisamente mostrar esa parte de la humanidad que aprendió la lección. Desafortunadamente faltan unos siglos para que estas teorías se pongan a practica y ninguno de quienes leen estas lineas podremos comprobarlo, pues seremos Polvo en el viento, como dice Kansas :-)
Saludos.
al fin pude ver parte de la pelicula, para encontrarla en la hora que la vi, suficientemente aburrida, salvo los efectos visuales – lo mejor de la peli – me recordo el argumento de danzas con lobos e inclusive al del ultimo Samurai, y todas esas reflexiones a menudo muy masturbatorias sobre el terrible pasado colonialista de mi disciplina – la antropologia-, la sacrosanta ingenuidad del buen salvaje y la absoluta maldad del colonialismo, imperialista, capitalistaaaa explota indigenas.
Encontre personajes muy acartonados, tanto de uno como de otro bando, y una trama muy predecible, cuyo final ya es completamente aclarado cuando el veterano capitan militar le dice al pana en silla de ruedas que el objetivo de su llegada es usar los avatares (ese extraño experimento de observacion participante de los «hippies» cientificos respecto a la comunidad Navi) para infiltrarse mediante el conocimiento de la cultura de ellos y joderlos desde dentro. Los guiños de Cameron a los criticios de cierta antropologia malinowskiana funcional al Imperio britanico como aquellos criticos del programa «HUman terrain System en Irak son demasiado descarados.
Le daria un 5/10 por los efectos.
Bueno, vi Avatar el otro día, y como la mayoría de las personas, me parece que tiene una fotografía hermosa. Visualmente, se gana a cualquiera con los paisajes luminosos, las mascotas voladoras y esas cosas. Pero la trama me parece tan insulsa y prefabricada como todas, es una pelicula que terminé de ver y no me dejó nada.
Esta vez estoy de acuerdo en la mayor parte de argumentos de la crítica, la película tiene ese mensaje recontra gastado de ‘estamos haciendo las cosas mal; no nos basta con destrozar nuestro planeta, ahora vamos por los demás’ poniendo el foco de fuego en EEUU (otra vez protagonista de la historia, que precario) y culminando con el desenlace empalagoso del amor verdadero entre un pobre pibe que fue a parar a otro planeta y una extraterrestre nativa que le enseña su estilo de vida flower power.
Creo que es una película para pasar el rato, se tendrían que haber dado cuenta que no van a redimir a la humanidad con cosas como esta,porque uno ve la película con la intención de que surta efecto o de que te deje pensando, y te llevás un re chasco. O tal vez sea que yo estoy cansada de moralejas.
«Y antes de los romanos fue el imperio Ottoman», ¿el imperio otomano no fue en el siglo XIX?
Yo lo que entiendo de esta crítica o de cualquier otra hecha como ésta es que se trata de imaginar lo que se hubiese podido hacer con los mismos medios y dentro de la misma lógica con que la película se hizo. Luego es siempre interesante observar el ángulo de análisis del escriptor o del relator y tratar de comprenderlo desde ese punto de vista.
Por ejemplo cuando yo vi Avatar tenía a un par de chamos atrás comiendo Mc Donalds y arrugando papelitos durante un buen rato o sea que todo el evento sucedía en la sala y no en la pantalla. No sé cómo será verla en la computadora.
En todo caso, gracias por todos los detalles
g
Avatar es solo un refrito de 1) la obra de Emilio Salgari 2) Pocahontas 3) Danza con lobos 4) El ultimo mohicano 5) medio galón de tempera azul.
Ya.
Es más, ni siquiera tiene ideología. Principalmente porque ningun pastiche lo tiene. Lo del eje Washington-Pentagono-Hollywood me pareció reaccionario y como sacado de una teoría conspirativa. casi le faltó decir que los Illuminatti estaban detras de todo para controlar las masas por medio del cine.
Cuestion de opiniones, supongo.
De resto, es un post divertido.