El CHÉ COMO MERCANCIA FETICHIZADA

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Cli-ché

De la fetichización de la mercancía a la mercantilización del fetiche

1. Fetichización de la mercancía

Los que han leído a Marx y, sobretodo, los seguidores del socialismo premasticado, saben bien lo que es la fetichización de la mercancía. Para los fines de entender el concepto digamos que:

1. Existen condiciones explotadoras que reducen la humanidad de los trabajadorxs.

2. De esta relación explotadora surge un producto, la mercancía.

3. Esta mercancía cobra valor por encima de las personas que la produjeron y se convierte en el eje del sistema económico, encubriendo la explotación de los humanos por los humanos.

Así es como, según Marx, surge la fetichización de la mercancía. En Venezuela lo sabemos muy bien; la vida siempre está por debajo de un automóvil, un par de zapatos, incluso un celular.

Uno de los tantos fetiches de la boliburguesía

2. Mercantilización del fetiche

Ahora bien, mucho ha acontecido desde que Marx escribió acerca de la fetichización. La realidad social es dinámica, de manera que los conceptos que usemos siempre serán herramientas para entender lo que pasa, mas que radiografías de un supuesto estado actual. Hay que apropiarse de esas herramientas, y no dejar que nos usen a nosotros para perpetuar discursos nocivos. Para decirlo claramente, quienes creen que Marx puede usarse ramplonamente para entendernos , están fetichizando sus textos; están abonando una visión fundamentalista (y, por ende, pacata).

Creo que el capitalismo tardío ha avanzado mucho mas allá de aquella famosa noción. Por supuesto, el tema daría para una tesis completa en Sociología (a ver estudiantes, agarren dato).

En resumen, el proceso que vivimos apuntaría a una hipersimplificación en la manera en la que pensamos, hablamos y, por encima de todo, nos presentamos socialmente. Solo detallaré algunas notas de este proceso:

  • El predominio de la imagen (lenguaje visual) sobre el lenguaje hablado. Aquel, por estructurarse de otra manera, permite transmitir mensajes sin que estos sean explícitos o claramente identificables por la conciencia del receptor.
  • El branding recoge esta idea y, mezclada con la lógica intrumental a la base del pensamiento corporativo, da como resultado que todo estilo de vida pueda «concentrarse» en un logo y un eslogan.

Con esto caemos en lo que sería el relevo de la noción marxiana, a saber, la mercantilización del fetiche. Montada sobre la lógica de la compra venta, todo puede circular como una mercancía, hasta el propio socialismo. De nuevo, los venezolanos sabemos muy bien cómo se bate el cobre en este sentido. Solo hace falta ver un Aló Presidente o escuchar a cualquier personero del gobierno. En síntesis, el socialismo circula como mercancía, y lo hace dentro de la lógica del capitalismo.

Un ejemplo: El Ché como fetiche mercantilizado

Creo que esta idea nadie la ha expresado mejor que Jose Conde y Ola Fresca en su tema El Chacal de la Cabaña:

Aquí de moda esta tu cara
En inútil camisetas y postales
Y la gente no saben las verdades
Del Chacal del la Cabaña

Por supuesto, de nuevo los venezolanos, siempre a la vanguardia de la moda, compramos todo lo que nos vendan. A la cabeza estan esos que, como los artistas fonomímicos que personifican a Elvis Presley, van conformando un grupo bien peculiar, el de «los chés»:

Chés venezolanos: Todos pueden comprar el «combo Ché»

Los que no sean radicales pero quieran llevar lo «cool» de la imagen, disponen de todo un vasto conjunto de productos, igual que si de Hello Kitty se tratara. La única diferencia: la imagen del che es royalty free; cualquiera puede hacer dinero con ella.

Tiernos peluches en distintas formas y tamaños

El Ché da la hora: Relojes para todos los gustos
Como Hello Kitty, el Ché da para todo: llaveros, imanes, joyería, adornos, gorros y disfraces

Las nuevas generaciones, a estas alturas, pueden hacer cuerpo el signo, consumiendo la imagen al extremo de encarnar al fetiche, u ostentar la mercancía que adquiere su valor debido al signo fetichizado.

Ser el fetiche o portar al fetiche, los extremos del consumo

El asunto es apasionante. Me gustaría desarrollarlo aun mas. Por lo pronto, me contento con estas líneas que dan el contexto a uno de mis cuadros. Acá se los dejo:

La consagracion del Ché (2). Acrílico.

¿Quieres ver mas? Visita La Tienda del Che: «todo para tus necesidades revolucionarias» (y no es broma):

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