0
865
Desde tiempos remotos el hombre ha tratado de preservar una relación con la Naturaleza y con otros hombres, así como intentos por comprender, interpretar y significar cada uno de los fenómenos que se le presenten, según Herrero y Rodríguez (1989:54), éste es el requisito que antecede a la conciencia colectiva y por lo tanto a una cultura. Los conceptos sobre lo que es la vida y la muerte, lo bueno y lo malo y lo que se debe o no hacer. En cada cultura se desarrollan todo tipo de símbolos que ordenados de infinitas formas conforman códigos que al enlazarse, recrean cotidianamente la lógica de su sistema conceptual. «Esas construcciones de la mente, hechas de una multiplicidad de elementos combinados, articulados en forma de sistemas, permiten a la sociedad que los ha elegido y ordenado, explicarse a sí misma, definirse como entidad peculiar y diferente de todas las demás, a la vez que permite dar forma a su mundo social, natural y sobrenatural con base en un orden lógico, concebido por ella misma.» (Odile Marion, 1995: 7) Esto es lo que se entiende como una cosmovisión, el lenguaje es una manera de transmitir y perpetuar estos códigos culturales, ya sea de tipo hablado o escrito, es uno de los mecanismos que el humano desarrolla en cuanto a sus necesidades y a sus medios con los que el disponga.

La historia de un pueblo queda plasmada y es difundida de generación en generación, de los padres a los hijos, de los abuelos a los nietos o en forma de mitos o cuentos, los cuales refuerzan y reestructuran adaptando a la temporalidad los códigos elementales en los que la cultura justifica y narra aconteceres que en algún pasado lejano han ocurrido. La tradición oral es como se le denomina a esta comunicación de la cual se desprende toda una gama de posibilidades entre las cuales el mito forma parte. «Sus significados, a la vez que son presentes, provienen desde formas de conocimiento fraguadas en el pasado con intención de futuro. Es un puente vivo desde un más allá, hacia otro más allá. La tradición oral, como una forma verbal de la comunicación, establece una especie de juego de permanencias en el tiempo.» (Antonio Requejo, 2008:2).

Entendiendo tradición oral de la siguiente manera Tradere-compuesto por trs- «Al otro lado, más allá» y dere-dar. «dar más allá», Oralis- «boca»-comunicación por la palabra

-Comunicación por la palabra más allá de los límites.

-La tradición oral puede ser expresada de diversas formas:

  • Géneros narrativos y no narrativos
  • Formas literarias y no literarias
  • Expresiones transmitidas de generación en generación y locuciones nuevas que comentan sobre la realidad social del momento.
  • Textos cuya representación está restringida por la profesión del narrador, el espacio físico de expresión, o el motivo por el cual se transmiten y expresiones sin restricciones en cuanto al contexto de su transmisión.
  • Textos conocidos en regiones amplias y los únicamente conocidos en unas cuantas comunidades.

Dentro de estas formas de expresar la tradición oral , existe un tipo de género, que resulta ser la manera en la que se perpetúan los hechos de una cultura, como lo es en el mito, a este género se les denomina kuento que hace referencia a lo que pasó antes o historia, estos pueden ser de dos tipos verídicos o no verídicos, los  verídicos; manifiestan aclaraciones sobre algunos fenómenos, puntos determinados en el ambiente, tienen un texto aclaratorio, pues se describen los orígenes del cosmos, la naturaleza y el hombre además de reflejar valorizaciones hacia su propio entorno y cultura, estos pueden ser situados en un pasado lejano y a veces no tan lejano.

los kuentos no verídicos no son considerados historia, la gente los reconoce como relatos ficticios, los cuales se narran para «pasar el rato», estos pueden ser aventuras, fábulas o relatos colorados, estos son parecidos a los chistes, pues son generados de manera espontánea, no tienen restricciones respecto al narrador y es uno de los géneros con la capacidad de flexibilidad a integrar nuevos elementos que se presentan en la sociedad.

El significado de estos surge tanto de la capacidad narrativa del narrador como de la interpretación de los emisores, pues varían de acuerdo a los niveles de comprensión, situación y experiencias acumuladas. Para lograr estudiar el funcionamiento de la tradición oral en la sociedades es necesario conocer el contexto en el que se desarrollan, el contexto cultural y social de las personas que escuchan y narran los textos, los personajes, y los atributos que se les dan a estos pues es necesario conocer las suposiciones, creencias y asociaciones simbólicas de los integrantes del grupo al que pertenece el kuento para alcanzar una comprensión de la cultura a la que se intente estudiar. En este caso una vez explicado el kuento como género de expresión oral, me referiré a este como mito, pues contiene la misma estructura, es decir, un kuento es un mito, un metarelato por medio del cual se hace una narración simbólica que expresa de manera creativa el dinamismo del ser humano, creativo porque se recrea una y otra vez y explica algún aspecto ontológico de la existencia humana, es memoria histórica y colectiva, así como un vínculo de identificación , este condensa el pasado, el presente y el futuro de un pueblo.

Para C. Jung el mito es un conglomerado de símbolos eternos, en el cual la mente humana tiene su propia historia de lo que es la existencia y la psique conserva muchos rastros de las anteriores etapas de su desarrollo, conscientemente, podemos desdeñar esos contenidos, pero inconscientemente respondemos a ellos y a las formas simbólicas con que se expresan. Es así como se explica que mitos arcaicos sigan siendo parte de una cultura en la actualidad y continúe siendo difundido y normador de u modo de vida en particular. Es así que además de las formas que se puedan percibir dentro de un mito, los humanos dependemos de los mensajes que transmiten tales símbolos y nuestras actitudes y conductas están profundamente influenciadas por ellos.

Para Joseph Campbell la mitología surge en cuanto surge la humanidad, para él existe un rasgo diferenciador que separa la psicología humana de la animal, posiblemente es el de la subordinación en la esfera humana de los acontecimientos económicos a la mitología, para Campbell existen dos comprensiones respecto al mito:

  • La inevitabilidad de la muerte individual
  • La permanencia del orden social
  • La primera se basa en que «el individuo consciente de si mismo como tal, constata que el y todo lo que le preocupa, morirá un día, este reconocimiento de la mortalidad y la necesidad de transcenderlo, es el primer gran impulso hacia la mitología». La segunda comprensión dice que «el grupo social en que nace el individuo , que le alimenta y le protege y al que durante la mayor parte de su vida debe ayudar a alimentar y proteger, floreció mucho antes de su propio nacimiento y permanecerá cuando haya muerto».

(Campbell, 1997:33). Esto quiere decir que el individuo consciente de si mismo como tal se enfrenta a la muerte, pero también a la necesidad de adaptarse cualquier orden de vida que exista dentro de la comunidad en la que nació orden que el propio debe subordinar y asimilar para llegar a conocer la vida que trasciende la muerte.

Sin duda existen innumerables formas de definir el mito y explicaciones de éste, de autores diversos, sin embargo considero estas dos maneras de definirle y su recreación social como las que más ayudan a explicarle, así como algunas significantes de los personajes del mismo, de acuerdo a los autores ya mencionados.

En este caso  se pretende explicar un kuento verídico huasteco de la cultura tének, conocido como el mito del dios del maíz Dhipák, In t´ilabil an Dhipák, existen varias versiones dependiendo de la ubicación geográfica de los grupos tének, así como dependiendo de las personas que lo cuentan, pues un mito tiene esa flexibilidad en cuanto a que es adaptable y cambiante de acuerdo a los actores y al contexto en el que se desarrolla y se repite una y otra vez.

Los tének son un grupo maya que durante la época prehispánica se extendió a lo largo de la costa del Golfo de México y la Península de Yucatán, actualmente los tének habitan en dos núcleos regionales dentro de la Huasteca, uno es en el estado de Veracruz y el otro es en estado de San Luis Potosí, esta separación en dos núcleos se remonta a tiempos prehispánicos, cuando los mexicas llegaron al sur del territorio huasteco, a finales de siglo XV, debido a esta separación actualmente existen variantes tanto culturales, como lingüísticas entre ellos, así como variantes en las versiones acerca el mito.

A continuación se narra una de las versiones del mito del dios del maíz Dhipák, ya que es un mito demasiado largo y por consecuente la complejidad de la explicación mayor, he reducido la explicación a solamente el nacimiento de Dhipák. LA fuente de la cual he tomado esta narración es un folleto elaborado por la Universidad del Centro de México a cargo de algunos jesuitas que se encontraban de misiones en la Huasteca potosina, este folleto cuenta con 4 versiones, en algo distintas, pero complementarias.

Nacimiento del Dhipák IV

En aquel tiempo se dice que vivió una anciana llamada K´olének.

Esa anciana tenía una hija a quien quería mucho. Desde niña la cuidaba mucho.

Tenía encerrada a la muchacha en un barril. Sólo cuando le daba de comer y cuando la quería bañar la sacaba. Así la cuidó desde que nació hasta que creció.

Ni aún cuando acabó de crecer, de ningún modo la dejaba salir, ni que caminara ni que fuera a hacer sus necesidades ni que fuera a pasear.

Esa señora no dejaba salir a su hija, porque no quería que ella se manchara o que alguien se la manchara. Por eso la tenía muy bien encerrada en un baúl.

Llegó el día en que le iban a ganar a la señora.

Entonces la muchacha que estaba encerrada en el baúl oyó cantar un pájaro afuera.

Entonces la muchacha pidió permiso a su mamá K´olének pues quería que la sacara un momento para ver también al pájaro que ella oía cantar afuera.

Abrieron entonces el baúl, donde estaba encerrada la muchacha, y la sacaron a ver al pájaro.

La muchacha salió fuera y miró hacia arriba donde estaba parado el pájaro que cantaba.

Y como la muchacha tenía abierta la boca cuando miró hacia arriba, entonces el pájaro-como tenía agua en el pico- dejó caer una gota y se la metió en la boca a la muchacha y junto con su saliva se la tragó.

Entonces la mamá volvió a encerrar a la muchacha en el baúl.

Y cuando pasó el tiempo, comenzó a estar embarazada la muchacha, y de ella nació el niño Dhipák.

Lucha del Dhipak con la abuela.

Entonces la abuela se enojó mucho porque su hija había tenido un hijo, siendo que ella nunca le había dado libertad para que cayera o la hicieran caer con nadie.

Entonces dijo la abuela que se iba a comer a su nieto. Que solo dejaría que creciera un poco.

La abuela tenía la costumbre de ir casa por casa.

Y pedía al niño para sentarlo en sus piernas.

Le daban al niño y lo sentaba en sus piernas.

Entonces ella, a escondidas, sorbía por la nariz al niño para chuparle los sesos.

Entonces le devolvía el niño a su mamá y le decía que ya se había dormido porque lo había sentado en sus piernas.

Entonces el niño ya no despertaba.

La abuela lo mataba, pues lo chupaba.

Y así le hacía a los niños por todas las casas.

Por eso nunca habitaban los habitantes.

Por eso también tenía sentenciado a su nieto porque se lo iba a comer.

Y cuando el Dhipák creció le dijo su abuela:

«Ahora si te voy a comer».

El niño dijo a la abuela:

«Todavía no me comas. Ahora primero pon la olla para el nixtamal, y ve a traer agua. Cuando vuelvas me comes».

La anciana le hizo caso a su nieto; puso la olla para el nixtamal y se fue a traer agua.

Y el niño cuando lo dejaron solo, rápido, metió el dedo pulgar del pie en la olla del nixtamal.

Cuando volvió su abuela de traer agua, le dijo que le moliera el nixtamal. Entonces la olla estaba llena de nixtamal.

Otro día de nueva cuenta le dijo su abuela que se lo iba a comer. El también de nueva cuenta le dijo a su abuela que fuera a traer agua.

El niño, con su poder, rápidamente hizo un bolim asado.

Cuando volvió su abuela de traer agua, le dijo que escarbara la lumbre.

LA abuela removió la lumbre, y encontró un bolim cocido y bien sabroso.

Y así siguió el Dhipák, dándole de comer a su abuela, con la milagrosa comida.

En cierta ocasión la abuela ya estaba muy fastidiada porque no podía comerse a su nieto.

Entonces lo encerró en su casita.

El niño, de antemano, sabía bien que le iba a hacer su abuela.

Cuando lo estaban encerrando, el estaba muy contento cantando y cantando con una jaranita.

Le atrancaron la puerta, y entonces su abuela le quemó la casa.

La anciana estaba muy contenta.

«Ahora si se va a cocer mi nieto. Me lo voy a comer, nada más que se enfríe».

Con lo milagroso del Dhipák, cuando estaba a la mitad de quemarse la casa, llegó una tuza.

Hizo un hoyo en medio de la casa. Por ahí se metió el niño y salió al pie de un árbol.

Ahí se subió más alto que su casa que se estaba quemando.

Entonces vio a su abuela que agachó la cabeza y se espulgaba.

Con su poder también esperaba que se enfriara la ceniza.

Cuando la mujer K´olének se estaba comiendo la ceniza, decía ella que era su nieto al que se estaba comiendo.

Entonces el niño habló a su abuela y le dijo cantando: «¿Porqué te comes lo que solo es ceniza?» la abuela levantó la vista hacia arriba y vio trepando a su nieto. Entonces, maldiciéndolo, le dijo: «Nieto endiablado, ¿Cómo le hiciste para no quemarte?»

Entonces el Dhipák bajó a tierra y le dijo a su abuela:

«Ahora lo voy a hacer contigo, y vas a ganar, así como tú me lo hiciste y gané».

La abuela hizo como lo había hecho el nieto. Se puso contenta, cantó y tocó.

El nieto también la encerró en su casa y la quemó, pero ella no tuvo quien la salvara.

Se quemó y se volvió ceniza.

Entonces el Dhipák juntó la ceniza, le echó a un cántaro y lo tapó.

Entonces le encomendó a un enviado que se llevara ese cántaro.

Y le dijo:» Por el camino no lo abras».

-Tíralo hasta el mar.

El enviado se lo cargó y se lo llevó.

Entonces oyó que se movía lo que cargaba.

Y hacía un zumbido, entonces dijo:

«Voy a abrirlo para ver que es lo que me dieron a cargar».

El enviado bajó el cántaro y lo destapó.

Cuando lo desparramó eran muchos zancudos.

Se le echaron encima y le quedaron muchos granos en la cara porque le chuparon.

Volvió a tapar el cántaro, se lo cargó y lo llevó a tirar al mar.

Por eso dicen que el sapo tiene muchos granitos en el lomo, pues fue al que enviaron con el cántaro en aquel tiempo.

Recopilado por los escribanos: Juan Diego Hernández del Pemoche y Juan Eligio del Mamey, 1978.

Símbolos y personajes:

Para comenzar se tomará como base teórica la psicología del mito de Joseph Campbell, así como la interpretación simbólica de .Jung, para referirme a Dhipak he tomado tanto de Campbell como de Levi-Strauss el arquetipo del héroe cultural , complementándolo con algunas interpretaciones antropológicas respecto al mito de A. Van´t Hooft.

Todo comienza con la abuela K´olének que priva de toda libertad a su hija , la cual es encerrada en un baúl, representación de la virginidad y la pureza de la madre del dios del maíz, ya que en la mayoría de los mitos de varias culturas, la madre del dios o el héroe es un ser impecable no mundano ni terrenal, sino sagrado, la mujer es fuente de vida, la madre es el poder de la naturaleza , así como el padre. El poder de la sociedad (Campbell: 49), en este caso Dhipak solo tiene madre, la cual es fecundada por una gota de agua que cae del pico de un pájaro, el pájaro símbolo de la alianza del cielo con lo terreno es el mensajero de la vida, el agua simboliza el origen de todas las cosas, mientras que la fecundación de la mujer representa una «fecundidad» positiva, en la transición tierra-cielo, como imitación del ciclo vital. Por ejemplo la vegetación, en donde la lluvia que cae del cielo y provee a las plantas y todo ser viviente de existencia alimentando a la tierra.

Regularmente esto también podría representar el sustento y el origen de todo. Esto también podría sugerirnos que en esas épocas la población se alimentaba de plantas recogidas o cultivadas sobre todo por las mujeres.

Los personajes en los que en torno gira la historia, son dos principales: la abuela K´olének como una abuela hechicera y el Dhipak, como un niño, el héroe.

El personaje de la abuela puede adquirir varios significados dependiendo de las circunstancias y los momentos en los que se desenvuelve la historia. Es descrita como una anciana, la cual odia a su nieto y desea comérselo, ella es nahuala y tiene el poder de convertirse en animales, la fuente de su poder es que se alimenta de los niños pequeños.

Esto podría interpretarse de varias formas, la abuela representa el tiempo, que devora lo nuevo, que nada se le escapa, sus atributos de nahuala son el símbolo del pacto entre el mundo animal y el humano, esto también manifiesta de la idea de que el cuerpo material como simple disfraz que puede ir y venir de un mundo al otro transformándose, también se le ve a la anciana como una madre avasalladora que amenaza con tragarse a su nieto. En zonas como la Huasteca en donde hay vegetación abundante, existe constantemente el proceso de putrefacción de la vegetación, que le da paso al nacimiento de lo nuevo, este proceso de vida-muerte desde la perspectiva de que la muerte es dadora de vida podría ser también una manera de explicar la lógica de que a manera de aumentar la muerte se aumenta la vida, pues K´olének como se comía a los nuevos pobladores, entonces la población nunca aumentaba, ya que al momento de morir y pasar de cenizas a zancudos, animales que transmiten innumerables enfermedades, es también representación de la enfermedad, una manera de evitar la sobrepoblación.

Dhipak, el dios del maíz, es el héroe en la historia, ya que vence todos los obstáculos y a su enemigo, además de que trae el alimento y enseña a la gente a sembrar y cocinar el maíz de varias formas, además de que toca instrumentos musicales.

Una propuesta de la interpretación del personaje del Dhipak se basa en que antes de la domesticación y el descubrimiento del maíz, los pobladores de la región que era un pueblo recolector nómada o semi-nómada ( Van´t Hooft, 2003:26)

, por lo que denota el cuento podría ser el paso de ser un pueblo nómada a la sedentarización y comienzo de la agricultura, el maíz es elemento fundamental en la alimentación de los tének y forma parte de su dieta diaria, para ellos es el origen de todo y de la vida del pueblo. Levi-Strauss sugiere que la «función héroe» tiene dos sucesiones, el llamado héroe buscador, su partida a la misión y el alejamiento héroe víctima y los peligros a los que se ve expuesto.

El héroe víctima o buscador encuentra a un bienhechor, en este caso podrían ser los personajes que en la trama ayudan al Dhipak a vencer los obstáculos que la abuela le pone, el héroe es puesto a prueba en formas my diversas, reacciona a esto negativa o positivamente, ya sea por sus propios medios o gracias a alguna intervención sobrenatural, este es un rasgo principal en la función de un héroe.

El héroe emprende la lucha, existe un traidor o un desobediente como el hombre que destapa las cenizas de la abuela, regresa ya sea disfrazado o no, vuelve de distintos modos en los que sea más difícil vencerle, Dhipak regresa de varias formas, representando siempre al maíz, aunque la abuela le muela y le prepare en tamales y nixtamal, lo arroje al agua o intente quemarle, Dhipak siempre regresa. Es entonces reconocido, recibe un recompensa la cual en este caso es el triunfo sobre el enemigo y la astucia con el que éste le lleva hacia la muerte. Uno de las atribuciones en el personaje es el agente mágico, el cual muestra a un sobrenombre, que obtiene cualquier cosa pues tiene poderes sobrehumanos, es por eso que es un dios. Al final la victoria es el elemento que caracteriza al héroe.

En si el ciclo de vida es representado por las etapas de Dhipak, desde la infancia, luego la adolescencia, la muerte y resurrección del niño hacen alusión al ciclo vital del maíz. Y su proceso de siembra y cosecha.

Resulta complicado dar significación a un mito tan complejo como lo es el mito del Dhipak, y más aún si se hace un intento de interpretación desde los ojos de otra cultura, los arquetipos en el mito dependiendo de la cosmovisión, son a veces paralelos a los de otras culturas, como los opuestos complementarios: el día y la noche, el bien y el mal, lo femenino y lo masculino, vida-muerte, pero en cada sociedad se significa y se le denomina a las cosas de una manera completamente compleja y única, es decir la gramática de cada cultura corresponde a un orden que solamente desde la propia cultura puede comprenderse. Y lo que se puede lograr es darse una idea de una manera de entender la realidad ajena a nosotros.

A través de los mitos y de los cuentos el lenguaje es aprendido y una manera de poner en escena al mito es el rito, actualmente los tének de la Huasteca potosina llevan a cabo el ritual de Dhipak, el cual para ellos renace cada año, por ahí de marzo o abril, fecha en la que se inicia el ciclo agrícola para ellos, para la fiesta la gente preparan en un hoyo o en un hormo especial a lo largo de toda la noche tamales gigantes, existe la creencia de que el Dhipak despierta con el hervor de los tamales, mientras se toca música que hace alusión al maíz, al día siguiente algún anciano dirige alguna oración y después la gente come y bailan sus danzas, en algunas comunidades se viste al elote como un niño recién nacido y se le pone en un altar, recordando al niño del maíz.

Bibliografía:
-Campbell JosephLos mitos, Su impacto en el mundo actual, ed. Kairós, Barcelona, 1997.

-Jung G. KarlEl hombre y sus símbolos, biblioteca Universal Contemporánea, España, 2002.

-Lévi-Strauss ClaudeAntropología Estructural, mito, sociedad, humanidades, ed. Siglo XXI, México, 2004.

-López AustinCuerpo Humano e Ideología, Las concepciones de los antiguos nahuas, UNAM, Instituto de Investigaciones Antropológicas, México, 2004.

– Odile Marion Marie, Coord.Antropología Simbólica, INAH, CONACYT, México, 1995.

– Ruvalcaba Mercado JesúsLa Huasteca, un recorrido por su diversidad, Colección Huasteca, COLSAN, CIESAS, Colegio de Tamaulipas, México, 2004.

-Suárez Castillo RosalíoFolleto y compilación, Mito del dios del maíz, In t´ilabil an thipac, UCEM, San Luis Potosí, México, 2005.

– Van´t Hooft Anuschka , Cerda Zepeda JoséLo que relatan de antes, Kuentos tének y nahuas de la Huasteca, Ediciones del Programa de Desarrollo Cultural de la Huasteca, 1. ed., México, 2003.

Páginas web consultadas:

-Murillo DanielArtículo La Oralidad, Revista electrónica Razón y Palabra, Instituto Mexicano de Tecnología del Agua,

www.cem.itesm.mx

, consultada el 20 Abril, 2008.

–  Requejo del Blanco AntonioArtículo Poesía Indígena de Tradición Oral, Revista electrónica Razón y Palabra, Instituto Mexicano de Tecnología del Agua,

www.cem.itesm.mx

, consultada el 22 Abril 2008.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here