Hoy 28 de enero se celebra el día del cine venezolano, lo que sea que eso signifique. ¿Cine hecho en Venezuela aún por extranjeros? ¿Cine hecho por venezolanos aunque estén en el extranjero?
Si hablamos del cine realizado en nuestro país, se puede revisar el balance de taquilla del año 2009 y los resultados no son nada alentadores. También se puede apreciar un balance de Amazonia Films, entre lo que cabe resaltar el estreno de obras nacionales e internacionales en DVD, especialmente en un momento en el que prácticamente todos (léase todos) los mecanismos legales para ver películas en este formato han desaparecido del país.
Ya entrando en el plano más personal, hoy entré en Wikipedia para leer el artículo que comencé hace varios años sobre el Cine de Venezuela. Es un poco deprimente ver cómo ha derivado en un tira y encoge donde cada quien busca promocionar a amigos o proyectos personales, todo eso en detrimento de las políticas de la enciclopedia libre, y de la calidad del artículo en sí mismo. Y pensar que cuando inicié la escritura del artículo, hace ya unos cinco años incluso creé un WikiProyecto de cine venezolano, esperando que todos aquellos que quisiéramos contribuir pudiesemos hacerlo de forma coordinada y optimizando esfuerzos.
Lamentablemente, creo que la dinámica de este artículo refleja exactamente la dinámica de lo que es el cine venezolano: cero organización y cada quien halando para su lado. Como diría Jean Paul Leroux en una conferencia sobre cine realizada en la Fundación Francisco Herrera Luque: «el cine venezolano no es una Isla, sino un archipiélago, porque está compuesto de pequeños grupos e individuos, cada quien trabajando en lo suyo». No sé si es un eufemismo o una imagen poética, pero en todo caso me parece una definición acertada.
Este año 2010 no pinta mucho mejor para el cine hecho acá dados los problemas de electricidad que afectan el país, y que amenaza con eliminar funciones de cine. ¿Hay esperanza? Pues, yo creo que sí. La gran mayoría de las industrias del entretenimiento han visto su florecimiento en épocas de crisis como las que atraviesa Venezuela en este momento. La pregunta es, ¿estarán los cineastas dispuestos a entretener o el ego «artístico» sigue siendo más importante?
