Muchas veces, es difícil encontrar un punto a partir del cual iniciar una historia… No escribiré sobre hechos fantásticos, pues no es totalmente que la fe nos divida y la muerte nos une (tal como el tema de Paradise Lost, que dejo a continuación).
Hecho 1: La Fe nos divide
No es un secreto que a nivel mundial se erigen millones de creencias diferentes, representadas en religiones, grupos sociales, sectas, logias… legiones de personas que se reúnen en torno a un modo de pensar, y entre los cuales es muy común la discrepancia. Nuestros sistemas de valores individuales se mueven en torno a nuestros intereses, y éstos a su vez determinan nuestra fe, porque solo creemos en aquello que nos hace sentir seguros, felices o conformes. No hablo de una religión específicamente… porque algunos decidimos inclusive no seguir ninguna… pero dentro de cada uno existe algo en qué creer (sea un amigo, familiar, amuletos o una deidad que signifique algo para nosotros).
En un universo de posibilidades infinitas, cada quien termina manifestando su fe en algo distinto… pensando que tenemos la razón atacamos a quien piense distinto a nosotros, y nos aislamos poco a poco del resto de las personas.
Hecho 2: La muerte nos une
No me refiero necesariamente al supuesto de que exista una vida después de la muerte… y no discutiré el caso, pues no tengo argumentos científicos que lo aseguren o que lo nieguen. Lo que sí es cierto, y es un hecho probado, es que pueden pasar muchos años antes de que llegues a reunirte con aquel tío que vive lejos, o vuelvas a ver a ese amigo del colegio que en ocasiones recuerdas. Los hechos fatídicos tienen el mayor poder de convocatoria jamás registrado. Un funeral atrae más familiares que un matrimonio, fiesta de quinceañeras, bautizo o primera comunión.
Es bastante lamentable que a sabiendas de que el tiempo es un valor efímero y relativo, perdamos el tiempo en banalidades y olvidemos lo importante de tener a las personas que aprecias cerca, y esperemos un momento apropiado (que quizás nunca llegue) para decir aquello que sentimos o pensamos.
Sí, la muerte nos une, aunque suene triste… porque la mayor parte del tiempo solo nos reunimos para despedir a alguien. Sí, la muerte nos une… porque es inevitable (si hay una vida posterior) reencontrarse en algún punto de la historia.
En conclusión: Aunque quizás nadie comprenda el punto… el apasionamiento en nuestras creencias, sumado a una larga espera de algo que no llegará nos aleja de quienes nos aman (o de quienes amamos) la mayor parte de la trama de este relato llamado vida. Para unirnos inevitablemente en la muerte, donde nos abrazamos para ahuyentar el dolor, para secar las lágrimas y para hacer mas llevadera la pena.