Capítulo 28: del turismo revolucionario a la banalidad del mal
Cualquiera que sea la actitud y orientación para con dichos países(que abarca desde la más ciega identificación hasta la más rabiosa crítica)siempre se emiten juicios desde afuera. Ninguno de los visitantes que regresa de un viaje al socialismo es, en realidad, parte del proceso que intenta describir.
Hans Magnus Enzensberger: El Interrogatorio de la Habana.
Estoy emprendiendo una odisea dentro de mi propio país. Y me siento extranjero, exiliado, forastero. Soy como un turista de clase ejecutiva, pero vivo aquí, entre el “espacio geopolítico” de investigación.
Antropológicamente, puedo ser presa fácil de la teoría anticolonial, donde se cuestiona el enfoque del observador etnocéntrico, por su evidente distancia con el objeto de estudio. Sin embargo, me salva el hecho de pertenecer al contexto de análisis en cuestión, así sea en calidad de reportero parcializado del este de la capital.
Tan sólo me consuela saber, para justificarme, la única verdad absoluta de mi oficio: “nadie es neutral”. Ni si quiera los del medio, los nini. Mucho menos ahora, cuando la política lo define todo, por fuerza o por omisión.
Por ende, es imposible definirse de centro o buscar alinearse al voto de castidad de la imparcialidad. Siempre habrá sesgo, conflicto de interés, manipulación y subjetividad. Lo recomendable es dejarlo en claro y seguir adelante. Lo cuestionable reside en ocultarlo bajo la mampara del populismo mediático, de un lado y del otro del espectro.No en balde, la demagogia sirve, en la actualidad, para esconder la auténtica nuez de la polarización.
Por ello, me retrotraigo a la lectura de Ezensberg para llegar a una conclusión general: todos somos, en mayor o menor medida, turistas en la revolución. Espero me entiendan y me comprendan.Exijo su consideración.Procedo a explicarme con argumentos.
En un grado superficial “globovidente”, los primeros turistas son los médicos cubanos, las delegaciones de la internacional comunista, los contratistas del Cono Sur, las estrellas del Hollywood izquierdista, los intelectuales glamorosos de la talla de Chomsky, los deportistas y músicos quebrados de VH1, los hermanos rusos, los amigos Chinos y los jóvenes sandalistas,fumadores de marihuana, refugiados en las pensiones y en los burdeles de la Pastora, a raíz del foro social.
Por casualidades de la vida, conocí, en primera persona, la fantasía del turismo sandalista, porque un mejor amigo fue novio de una hermosa escritora de Norteamérica, radicada en la Pastora, por sus abiertas simpatías con el discurso del Presidente.
Para decirlo en cristiano, ella era el epítome y el prototipo de la típica gringuita sandalista: se bañaba poco, le gustaba llevar el cabello suelto y sucio, vestía a la moda hippie de los artesanos argentinos de la Plaza de El Ateneo, comía sano, destetaba a las franquicias de “fast food” de su nación de origen, trabajaba para un canal del estado a destajo, y nos veía con una mezcla de ternura, compasión y complejo de superioridad.
Al principio nos subestimaba a rabiar, porque nos consideraba “turistas en nuestra propia tierra”.Turistas de La Castellana y Los Palos Grandes.Por consiguiente, dudaba de la integridad de nuestras percepciones y de nuestras afirmaciones críticas sobre la revolución bonita. Sus panas y sus compañeros de casa igual nos menospreciaban y nos relegaban por “burguesitos”. Una vez, en una reunión, fuimos ignorados de plano por la concurrencia y condenados al ostracismo de la celebración. De repente, el atuendo de “pavitos surfistas” no nos favorecía.
En cualquier caso, los ojos inquisidores del yanqui paternalista nos encasillaban en la categoría del indio “Malinche”, resuelto a traicionar a los suyos a cambio de la aprobación de los conquistadores neoliberales. En su esquema de anticipación “Avatar”, nosotros no entrábamos en su guión de buenos salvajes confrontados con la cruzada civilizadora de los invasores del Pentágono y la CIA.
Con el tiempo, la chica cumplió el mismo ciclo descrito por “El Último Rey de Escocia”, pasando de la fascinación por el Idi Amin Dada, al desencanto por sus inconsistencias, sus estratagemas y sus delirios de dictador africano de América Latina.
En un par de años, la fotocopia de Eva Golinger perdió el brillo y el encanto por el proceso de cambios, al sufrir y padecer sus penurias laborales y sociales. En dos platos, se le acabó la beca de “Fundapapá”, le recortaron el salario, la obligaron a renunciar, y quedó, literalmente, en la calle.
Entonces mi pana, su novio, le dio albergue y pronto ocurrió lo predecible: en una mañana de arranque, agarró su equipaje ligero, y partió para su hogar dulce hogar. Por Facebook, logramos enterarnos de su estatus definitivo y real: era la hija de un potentado empresario del oeste de la Unión, y hoy continúa disfrutando de las mieles del turismo revolucionario, pero dentro de su propio país. Específicamente, reside en un lujoso y hermoso vecindario bohemio en la cúspide de San Francisco, con vista al Golden Gate. Colabora para un semanario alternativo y escribe una columna de opinión sobre política internacional. Una de sus especialidades es el tema Venezuela. Para ella, soñar en la utopía consumada no cuesta nada.
Su caso me recuerda al de otra amiga millonaria, de 33 años, quien todavía no pisa tierra y nos visita, de vez cuando, para salir de la rutina de Nueva York, Milano, París, Barcelona y Buenos Aires. Pobrecita. Es una pobre niña malcriada y consentida con humos de artista. Su capital es su apellido. Su dinastía la protege y la conserva como un bien activo de la familia a corto plazo. De seguro, explotará tarde o temprano y sus mecenas le cobrarán el crédito de su inversión, a plazo fijo. Por los momentos, goza con creces de la ficción existencial y existencialista del turismo por siempre. Forever young.
El mundo existe todavía en su diversidad. Pero esa diversidad poco tiene que ver con el calidoscopio ilusorio del turismo.
Esas agencias que cuadriculan la tierra, que la dividen en recorridos, estadías, en clubes cuidadosamente preservados de toda proximidad social abusiva, que han hecho de la naturaleza un producto, así como otros que quisieran hacer un producto de la literatura y el arte, son las responsables de convertir a unos en espectadores y a otros en espectáculo.
Marc Augé: El Viaje Imposible.
En paralelo y a una escala de diferente proporción, el Presidente y sus acólitos del Teresa Carreño, son también turistas V.I.P. de la revolución bonita en marcha. Viajan, comen, beben y brindan con champaña a bordo de su “Air Force One”, de su Camastrón, de su “Yellow Submarine”, con destino a la aventura constante y permanente del peregrino, del Sumo Pontífice del Vaticano zurdo.
Nuestro Benedicto reformista exige comodidad de oligarca temblad mientras predica la subversión de la tierra y los hombres libres. Su engañifa es directamente proporcional a la mentira de los evangelistas filantrópicos de la nueva era: Al Gore, Bill Clinton y Michael Moore, reunidos y desenmascarados en un documental de reciente data. Una auténtica “Verdad Incómoda” llamada, “Do As I Say”. Disfruten de su trailer.
En el casting de la anterior película, apenas falta Hugo Rafael y Oliver Stone rodando “Al Sur de la Frontera” y estrenándola en Venecia, como un par de divos Tarantinescos de saco negro, corbata roja y media botella de tequilla entre pecho y espalda. Ambos son como mi amiga consentida de 33 años: eternamente jóvenes, rumberos y nómadas, cual pareja de “road movie” a la celeridad de “Easy Rider” y a la propulsión a chorro de “Up in The Air”. Un amor sin escalas, límites, restricciones para los cupos Cadivi y retrasos en la aduana. Pura diversión y confort de viajero frecuente con kilómetros de millas recorridas y por recorrer. La vuelta al mundo en 80 días multiplicada por el impacto de la devaluación a “4,30” por dólar y dividida por la renta per capita. Saquen las cuentas de la factura trasnacional.
De retorno a Caracas, su Excelencia arriba al Teresa en la caravana del “Papa Móvil” (escoltado por una fila de automóviles blindados), reparte bendiciones a granel y procede a subir al púlpito sagrado para oficiar la misa negra y pagana de reencarnación de Zamora, a lo alto de la montaña con las tablas de Moisés y la compañía de sus doce apóstoles. Silencio, por favor. Atención a las palabras del “Jesucristo Superestrella”:
Buenas noches a todos y a todas, yo no vine aquí a dar discursos, yo vine a ver la película (el público: jajajajajajaja),como vinimos todos, a ver la película. Así que quiero sólo felicitarlos a todos, a Román, ese grande amigo, productor, intelectual, Román Chalbaud (yo: jejejejejejejeje).
Román Chalbaud vio casi morir al cine nacional y ahora está junto con el pueblo y con todos ustedes, dirigiendo el renacimiento del cine venezolano (aplausos del público), del cine verdadero, del cine bueno (yo para mis adentros: sí claro, como “Comando X” y “La Clase”).
Felicito a todos, a todos, a Luis Britto García, a todos. Mira, ahí está un grupo de los actores y actrices de la película. Mira, vamos a darle un aplauso a este joven…a este joven Solórzano…Alexander…ahí está, Zamora (Doctor: el hombre divaga como borrachito de pueblo). Hizo un papel maravilloso, interpretando a Zamora.Y a todos, a las muchachas, a los muchachos (yo: ¿vas a seguir?).
Hoy vamos a ver a Zamora conversando con Páez…Yo vi una parte de la película nada más, no quise ver toda la película. Una parte nada más. Me reserve para hoy.
Ahora yo quiero hacer una reflexión(yo: ¡al fin al grano!). Y tiene mucho que ver con el cuadernillo( y el hombre saca un cuadernillo debajo de la mesa. Y el Doctor se voltea a mirarme consternado. No entiende nada. Y yo tampoco), el cuadernillo que está recorriendo el país(yo:¿un cuadernillo con patas, como Bob Esponja?), que se está discutiendo en las patrullas de nuestro partido socialista.
Yo invito a la lectura, al estudio, a la cultura( y agarra el cuadernillo con énfasis), al debate, a las ideas. Y el cine y está película, y estos largometrajes, que ya van por 72 largometrajes( y voltea a ver a Soto)…¿no?(yo:!no!). Esto es aporte a la cultura.
Ayer estábamos recordando con ese gran cantor, Plácido Domingo(el Doctor: ¿qué?)…Plácido Domingo, que nos visitó. Recordando a José Martí(yo: ¡chamoooo!!!): “ser cultos para ser libres.Sólo a través de la cultura podemos hacer la revolución”(yo: mentira, mentira, Martí dijo textual: “Ser culto es el único modo de ser libre”. Y además agregó algo editado por Chávez: “Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno”).
Una revolución es un hecho eminentemente cultural y el cine, el buen cine, este cine, el que ustedes están haciendo, con gran esfuerzo, pero con el apoyo de todos nosotros…Y si algo les pedimos es: sigan, sigan insistiendo, en el buen cine, en el cine nacional, en este renacimiento del alma nacional(el público aplaude por compromiso y con desgano), de la raíces, de la patria venezolana, de la gran patria venezolana, de la patria latinoamericana, de la patria mundial de la humanidad(el Doctor: ¡a verga!).También Martí lo dijo: Patria es humanidad.
Y una reflexión, que tiene que ver con este cuaderno que se está debatiendo, y las tres preguntas que se están debatiendo en las patrullas.La primera que ahora mismo está discutiéndose(el Doctor: ¿en dónde?)dice así: “nuestro rol en la historia”…ésta es la formación de cuadros( y rodea el cuadernillo con la mano)…las bases del partido( Román está nerviosísimo en la mesa)…”Nuestro rol en la historia”(yo: este pana está loco, es un improvisador, no sabe qué decir)…”¿Qué papel está llamado a jugar el pueblo de Bolívar al inicio del siglo XXI?”…Una pregunta…
Busquemos nosotros mismos la respuesta y cabalguemos sobre ella…”El sentido de pertenencia, los desafíos e implicaciones de nuestro proceso histórico”( y al fin deja descansar al cuadernillo Bob Esponja sobre la mesa).
La película ayuda mucho, mucho, mucho, a responder esta pregunta. Para que entendamos de verdad, verdad, cuál es nuestro papel ahora, como colectivo y dentro del colectivo, cada una de ustedes mujeres, cada uno de nosotros, ustedes los más jóvenes, los estudiantes, los campesinos, campesinas, trabajadoras, trabajadores, todos…el rol, el papel, para entender mejor, hay que mirar la historia.Por eso, esta primera pregunta es muy pertinente.
¿Y la película? Esa película tenemos que difundirla por todas las salas de cine(le agarra el brazo a Soto), al aire libre, por todos los medios posibles, y debatir y discutir sobre ella. Es un gran guión,Britto, felicitaciones de verdad(Britto: ¡gracias!). Es un gran guión, un gran trabajo de dirección, y un gran trabajo de todos ustedes( y el público aplaude). Muchachas, muchachos, la mayoría muy jóvenes. Actores, actrices, están naciendo actores y actrices. Están desarrollando…sólo haciendo películas, ¿verdad?, se desarrolla un actor, una actriz, sólo en las tablas como dicen, como, como un deportista en el campo de juego, es como se desarrollan las habilidades…(silencio incómodo)en la batalla de cada uno y de cada una( yo:entiendo, este pana se siente incómodo hablando de cultura, y siempre tiene que recurrir a burdas analogías deportivas y marciales. Todo el tiempo se le sale lo militar).
Dígame, me decías tú, Román, cuántos extras trabajaron: ¿4000?(Román:5000). 5000 extras… es un esfuerzo monumental, gigantesco. Les digo, cuenten con todo mi modesto apoyo, todo lo que yo pueda apoyarle al cine nacional, aquí estoy completo, a la orden de ustedes(público: bravo, bravo), a la orden de la Villa del Cine. La Villa del Cine… sólo que no me han vuelto a invitar para allá(Doctor y yo: jajajajajaja), invítenme que yo voy.
Por ahí creo que viene pronto Sean Penn y un grupo de actores y actrices(yo:¿George Clooney, Nicole Kidman, Bradd Pitt y Angelina Jolie?). Cada día Venezuela llama más la atención en el mundo. Mucha gente. Ayer Plácido Domingo me decía, pues… él visito un barrio, y ve un alma, un brillo en los ojos de la gente…siente un clima de fervor.
Entonces la historia(Doctor: como los buenos borrachos, siempre vuelve al punto después de una larga divagación). La historia, la historia…Veámonos en Zamora.¿ Por qué surgió Zamora?Los hombres individuales no surgen por mandato de una mano invisible o porque nacen predestinados, no, no, no. Las circunstancias de la historia van generando esas figuras individuales, hombres, mujeres, a los que les toca asumir papeles como el que jugó Zamora(Doctor: ya lo atacó el ego).
Pero Zamora, no hubiese sido Zamora, si Bolívar no muere como murió en Santa Marta, por ejemplo. La historia es eso, es un solo camino, es un hilo continúo, un gran hilo, una corriente. Lo que hoy está ocurriendo en Venezuela es producto de lo que ocurrió allá cuando Zamora, más allá cuando Bolívar(yo: más acá cuando Giodarni).
La revolución no ha terminado, la independencia todavía no la hemos logrado, es mentira cuando alguien dice por ahí, “no, que Bolívar logró la independencia”, no, no. Nosotros ahora tenemos la independencia plena de Venezuela( aplausos), 200 años después de iniciada, como proceso histórico(yo: seguro, enduendado e hipotecando el país para complacer a los acreedores de Wall Street y el FMI).
Ahora sí vamos a ser un país independiente. Es la sumatoria del esfuerzo de miles, de millones. Nuestros abuelos, nuestros viejos, desde los aborígenes, desde Guaicapuro y todos los lucharon contra la invasión europea. Y luego Bolívar, y todos los que con él batallaron, Miranda.
¿Pero cómo murió Bolívar? Bolívar murió sin patria(yo: le entró la manía de hacerse la víctima, comparándose con Simón). Y lo que él quiso formar se vino abajo, y como él lo dijo: un nuevo coloniaje se nos viene encima. Estados Unidos parece predestinado a plagar la América de miseria, a nombre de la libertad( yo: hasta cuándo con el complejito con el imperio, si todavía le vendemos petróleo). Como llamaban a Bolívar en Washington: el peligroso loco del sur(yo: sólo le faltó decir, “como a mí”).
Y se propusieron destruirlo y lo lograron, con la red de espionaje y de traidores que lograron sembrar aquí en Caracas, allá en Bogotá y más allá(yo: arrancó La Hojilla, señores, la teoría de la conspiración,Teléfono Rojo por VTV).
Y al final Bolívar se quedó solo, prácticamente solo. Y murió como él mismo escribió, pocos días antes de morir: “muero sin patria, muero expatriado”(yo:demasiado drama).
Hay que decirle a Bolívar, aquí está renaciendo tu patria, padre Bolívar(aplausos). Aquí está tu patria. Ésa que sembraste. Entonces, es un solo río, es un solo río(Doctor:Guaire,Guaire).
El padre de Ezequiel Zamora fue capitán de Bolívar, Alejandro Zamora y murió en la guerra de la independencia, cuando Ezequielito tenía cuatro años. Zamora nació en 1817 en plena guerra de independencia, aquí mismo en los Valles del Tuy, en Cúa, y su madre, una gran revolucionaria, y su papá, Soldado revolucionario que anduvo con Bolívar. Y murió en 1821, el año grande en que ocurrió Carabobo. Tenía Zamora, Ezequielito, cuatro años(yo: ¡a pues!). Y así creció, recordando seguro a su padre, pero cuando Bolívar murió, ya Ezequielito tenía 13 años. Y una madre que era rebelde, protestaria, y un pueblo que fue traicionado, y unos esclavos que siguieron siendo esclavos, y unos pobres que se hundieron aun más en la miseria, y un Páez que lamentablemente traicionó la causa de la revolución y se hizo rico, millonario, dueño de haciendas y de esclavos, y los negros siguieron iguales(yo: ¿es José Vicente el nuevo Páez, o es Nicolás Maduro, o es Adán Chavez?), y la oligarquía criolla se adueñó del país, un nuevo coloniaje. Y fue así como surgió Zamora. Pero no fue sólo Zamora, antes y después de Zamora, muchos, sólo que Zamora fue una estrella que no se apaga, ni se apagará nunca(yo:la imaginería gay del tipo no es normal). Un gran líder campesino, un verdadero revolucionario y además socialista: Tierra y Hombres Libres( yo: ¿socialista?), elecciones populares y horror a la oligarquía.
¿Pero cómo murió Zamora?También murió sin patria. Pum, la bala del San Carlos. ¿Cuántos años tenía Zamora cuando murió? Casi los mismos años de Bolívar. Del año 17 al año 60: 42 años. Bolívar murió a los 47: pum lo mataron. Y se acabó. Con la muerte de él comenzó el repliegue revolucionario, los demás líderes no estuvieron a la altura. Fíjate Britto, Luis. Tu que sabes de todo(y lo agarra por el brazo). Jejejejejeje…De todo sabe Britto…Todos los compañeros de Zamora que fueron de su estado mayor, llegaron a la presidencia de la república o casi todos pues…Guzmán Blanco, Andueza, Falcón, era cuñado de Zamora. Casi todos llegaron a Presidentes, pero ninguno se propuso nunca hacer una revolución para liberar a los pobres de la miseria, para liberar de verdad a los esclavos y para liberar de verdad, para igualarnos todos. Y así llegó el siglo XX…
A mí me parece que una película sobre Cipriano Castro y su tiempo(exclama pensativo)…sería clave para entender el tránsito del siglo XIX al siglo XX(los empleados de la villa aplauden y gritan a rabiar. Luis Britto y Chalbaud sonríen)…
Ahhh, me dice Britto, ¡que sí va!Si lo dice Britto, eso va. Britto dice que va!(y Britto abre las manos en señal de inmodestia) Danos la buena noticia( le dice Chávez a Britto).¿Cuándo va?
-Cuando Dios Quiera-responde Britto.
-Cuando Dios quiera, jejejeje.
– Y Román, que casi es como Dios-acota Luis Britto.
-Bueno, ¿Román tu quieres?
-Sí.
Bueno, cuenten con mi apoyo(yo: así se cierran los tratos cinematográficos en la revolución, en una reunión informal, y como cuando un muchachito le pide el empate a una muchachita con el apoyo de otro. El presidente vela y certifica por la santa unión, al servicio de su iglesia).
Todo el apoyo para hacer “Cipriano Castro y su tiempo”(yo:tercera película mandada a hacer por Chavez,tras “El Caracazo” y “Zamora”. Sendos fraudes ejecutados por Román). Para entender mejor la secuencia, porque es una secuencia(yo: de fracasos de la Villa del Cine).
Cipriano Castro quiso hacer a su manera una revolución, él la llamó la restauradora, y rompió relaciones con Europa y se negó a pagar la deuda, bloquearon a Venezuela, la invadieron y después Estados Unidos derrocó a Cipriano Castro. Ya había aparecido el petróleo. El hizo la primera concesión petrolera, no quería darle petróleo a los yanquis. Se negó, se enfermó, se fue a Europa, Gómez lo traicionó, otro Páez, y llegaron los barcos yanquis a la Guaira, aquel diciembre de 1909. Y ahí comenzó la tiranía de Gómez, pero la tiranía de Gómez fue la entrega del país al imperio yanqui. Ahí los yanquis clavaron las garras a fondo para llevarse el petróleo y adueñarse de este país con una ubicación estratégica envidiable, excepcional y con grandes riquezas, además del petróleo. Y aquí estamos hoy, somos la continuación de esa misma batalla. Así que con nosotros, aquí andan Miranda, Bolívar, Zamora. Por eso en buen momento sale la película de Román Chalbaud, de Luis Britto García, de todos ustedes, muchachos y muchachas. Una película del pueblo y para el pueblo.
Qué viva Zamora(el público: viva!!!).
Qué viva el cine nacional(el público: viva!!!).
Bueno, ahora… película, pues(yo: viva!!!).
Enseguida, el turista accidental desciende de su portaviones presidencial, para iniciar la marcha triunfal hasta su silla de honor, a quince metros de nosotros. Emula a los actores de la oligarquía fashion de la meca, y se anticipa al Guido Contini de “Nine”, al contagiarse de la energía de sus musas, delante de las cámaras de los fanáticos y los paparazzi de la Agencia Bolivariana de Noticias.
Lo entrevistan, lo miman y lo halagan los otrora combativos reporteros de Avila TV, pendencieros con el bolero de Ravell, e indulgentes con el tango del Gardel de Telesur. Bailan a su ritmo por el pasillo del Teresa, con la gracia y la soltura de un musical de Rob Marshall. Tal cual como la secuencia de Richard Gere en el juicio de los títeres de “Chicago”, o como la escena de la rueda de prensa de la misma película. El Doctor desaprueba la charada al pintar una paloma a escondidas.
El visitante firma autógrafos, besa abuelas y vuelve a tomarse fotos demagógicas con niñitos, inspiradas en los retratos de campaña de la cuarta república. La máscara del populismo nunca cambia, a pesar de la metamorfosis de su antiguo acusador, Luis Britto García, devenido en animador de la comparsa, en legitimador cultural del aura monárquica del ballet del Rey Sol. En puntillas, esquiva ráfagas de abrazos, se hunde en colchones de afectos, gira alrededor de su propio eje, y coquetea con el “crowd surfing” de la Vida Boheme en Sake, al elevarse y danzar por encima de la butacas, como en una coreografía de Fred Astaire, donde Luis Britto es su Ginger Rogers.
Ambos son jalados por poleas y quedan suspendidos en el aire, en la cúpula del Teresa, antes odiada por Luis Britto porque semejaba una hilera de cestas de freír papas fritas. En el cielo se mecen como en “Circo de Sol”, planean sobre la delegación de la Villa del Cine, y al final, cierran el acto con un homenaje a la Capilla Sixtina del Vaticano, rozándose los dedos, a golpe de pirotecnia y fuegos artificiales importados de China.
El público agradece con una ovación, y un locutor engolado reconoce el crédito intelectual del pequeño acto de magia: “acabamos de disfrutar de una fantasía producida en secreto, como preámbulo, por parte de Román Chalbaud, el espectacular maestro Tihany de nuestra carpa roja rojita. Aplausos para él”. Y las focas responden condicionadamente al estímulo de Pavlov, como en la asamblea monocolor. A mi izquierda, descubro a varios de sus integrantes disfrazados de payasos, malabaristas, equilibristas, contorsionistas y acróbatas. De repente, me siento en un teatro de las Vegas, rodeado de imitadores de Elvis Presley.
Quizás vienen de perpetrar el robo de un Casino, o se preparan para filmar la versión criolla de “Ocean’s Eleven”. La revancha de “Puras Joyitas” en la segunda etapa de “100 años de Perdón”. A lo mejor me cuesta aceptar la fehaciente necedad de la realidad, y prefiero yo también entregarme a los brazos del Morfeo colombiano, Gabriel García Márquez, para dibujarme un cuadro de verismo fantástico al gusto de las expectativas literarias del mercado europeo.
Como diría Jorge Volpi, ellos esperan de nosotros exotismo y relajo Macondiano, y nosotros debemos replicar sus quimeras etnocentristas, so pena de ser excluidos de la división internacional del trabajo literario.
El quilombo culmina con la llegada del “Mobutu” de Zaire a su butaca de Kinshasa, para deleitarse con el evento principal de la velada.
Él continúa jugando al papel del muchacho humilde de Sabaneta, en resguardo de sus camaradas, amigos y familiares. Los sorprende con su aparente humildad, con su desprendimiento, con sus chistes aprendidos de memoria, con sus alardes de cariño. Uno le ofrece goma de mascar y el acepta por educación. Por desconfianza automática, la esconde en el bolsillo y elude el compromiso, hundiéndose en la lectura del programa de mano.
Las luces se apagan. Y un frío intenso invade mi estomago. El murmullo cesa, el soberano calla, enmudece.De inmediato, debo confesarlo, los ojos se me empañan de la emoción. Una lágrima cursi recorre mi mejilla. La secó con cautela y me froto las manos.
Tanto esfuerzo , tanta humillación, tanto dolor, tanto aguante, valió la pena. Aquí se resumen mis 33 años de vida, para bien y para mal. Esto es lo que soy, como producto de mi país.
Esto es lo que somos. Ni más ni menos.
Ahora sólo me aguarda la batalla decisiva.
La batalla para la cual ustedes pagaron por la entrada.
Prometo estar a la altura las circunstancias o morir en el intento.
El reflector comienza a rotar y un reflejo baña la silueta del Presidente, reclinado sobre el respaldar de su asiento. De pronto, desliza su mano por el bolsillo, mira para los lados, saca la goma de mascar, le quita su envoltorio, disimuladamente la huele por tres segundos y se la engulle de un bocado. Por casualidad, voltea a su derecha y me descubre observándolo morbosamente. De forma pícara me guiña el ojo y me invita con el dedo a fijar la vista en la pantalla, a prestarle atención a la película. Yo le devuelvo el guiño y le hago caso, a medias.
Al divisarlo en su faena de rumiante recostado, de Miranda en la Carraca, de Tío Simón en su hamaca llanera, me recuerdo de la tesis de la banalidad de mal, formulada por Hannah Arendt para diseccionar a la nomenclatura de Hilter. También evoco su traslación audiovisual, efectuada por el realizador Jay Rosenblatt, quien hizo un documental con los cinco carniceros del siglo XX, bajo el título de “Human Remains”, para demostrar la brutal puerilidad de los peores dictadores del fascismo ordinario de la modernidad: Adolfo, Mao, Stalin, Franco y El Duce. Frente a mí, tengo un espejo de ellos.
Por tanto, me despido hoy con un extracto de la cinta en cuestión y con una cita de Boris Muñoz.
Hasta la próxima, en dos o tres semanas, por motivo de viaje. Me voy a Chile para conocer, de adentro, la transición de la supuesta izquierda a la mentada derecha de Piñera. Uno de mis objetivos es levantar un informe y publicarlo en internet. No se preocupen, los mantendré informados por aquí.
Gracias, de nuevo, por acompañarme.
Saludos cordiales, de parte de un vulgar viajero de clase turística.
El Mensaje ha surtido efecto. ¿Por qué?Estos elementos conforman las líneas de fuerza de una narrativa política de la reivindicación histórica. Chávez, el líder que es como tú, es decir, como el pueblo mismo, promete un futuro que es la continuación de la utopía bolivariana, nacionalista y antiimperialista que fue interrumpida abruptamente por los mezquinos intereses de las oligarquías en el poder. Para darle cuerpo a esta promesa se evocan y mezclan desde la remota figura de Cristo, la situación de la colonia y las conjuras contra El Libertador Simón Bolívar, hasta las intervenciones estadounidenses en la región, sin descontar el fantasma de un inminente golpe des estado orquestado por una componenda de las oligarquías nacionales o regionales y el gobierno de Washington. No importa cuán ajustada y rigurosa sea en su detalles esta descripción a los hechos históricos o si es coherente o no con el presente. Lo importante es que contribuya a una estrategia propagandística que apunta a mantener el alto voltaje de la polarización y la fibra nacionalista de la masa.
Cesarismo Mediático: Boris Muñoz.