En las sociedades latinas que un hombre le monte cachos a su mujer es algo común, de hecho si una figura pública lo hace no reviste mayor escándalo ni requiere que pida disculpas públicas por su pequeño desliz, podemos mencionar el caso reciente del cantante Luis Miguel cuyo divorcio con la actriz Aracelys Arámbula transcurrió de lo más normal, mientras las revistas de chismes hacían su agosto fotografiando a Luis Miguel alrededor del mundo con sus amantes. Hasta la fecha el cantante no ha salido a dar una rueda de prensa para pedir disculpas a su familia y fans por sus acciones, en realidad tampoco se lo han pedido ni se cree necesario perder el tiempo en el asunto.
Tal vez sea nuestra concepción machista pero es sorprende ver en la sociedad norteamericana lo que debe soportar una figura pública, no solo el escarnio de los medios de comunicación, sino además deber pedir perdón como si sus hechos hubieran afectado el transcurso de la humanidad, hace unos años fue Bill Clinton ahora le toca el turno a Tiger Woods.
El morbo que se creó en torno al silencio del golfista y su adicción al sexo, hace que en este lado del mundo la situción nos dé mucha risa y veamos el asunto como algo surrealista, en sólo imaginar la cantidad de políticos, deportistas y artistas que deberían dar ruedas de prensa para pedir disculpas por sus errores haría del asunto una cuestión interminable.
Después de mucho tiempo, al fin Tiger Woods salió a la luz pública, lloró, imploró, se humilló ante miles de personas, garantizando así la firma de sus patrocinadores. Ahora debe mantener su imagen de hombre pecaminoso y arrepentido que ofendió a su familia, la cual debe recuperar sólo regresando al camino del bien y lejos de los vicios: “Creí que sería impune y que podría disfrutar de las tentaciones.”
El drama por los momentos se ha acabado, Hollywood hará su pequeña fortuna explotando la tragicomedia de Woods en alguna película, por su parte muchos periodistas preparan sus manuscritos para sacar a la luz biografías no autorizadas del golfista con el fin de revelar sus más oscuros secretos.
Sencillamente, el asunto ya raya en lo baladí, muchas personalidades han aprovechado sus escándalos para aumentar su presencia en los medios podemos mencionar a la ex Miss Universo Alicia Machado, al futbolista David Beckham o las cantantes Alejandra Guzmán y Madonna, claro otros no tuvieron la misma fortuna y sus carreras se vieron acabadas en cuestión de minutos, vale recordar el caso de Michael Jackson. En resumidas cuentas cada quien es dueño de sus actos, de ahí que nadie tiene la autoridad moral para juzgar a otro por lo que hace o deje de hacer, además si se asume ser una figura pública se debe tener presente que siempre se estará bajo el ojo del huracán, que lo importa es la imagen y mantener el concepto tonto del ídolo de masas cuyo ejemplo es digno a seguir…
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Dulce Penélope
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Marzo 2010