Taparse las orejas con las manos y repetir sin pausa «no te escucho, no te escucho, bla, bla, bla…» es uno de los métodos que los niños usan para no escuchar a quien les está tratando de decir algo.
Método que aparentemente los personeros del gobierno no han olvidado y por el contrario comienzan a ponerlo de moda, pues parece que es la única forma de silenciar al que lo confronta.
Ciertamente internet se ha revelado como el espacio privilegiado de comunicación e información en este país, donde no es sencillo expresar alguna idea diversa a la del gobierno sin al menos reconsiderarlo para evitar retaliaciones, ya sean verbales o físicas.
Es sumamente fácil callar a la población descontenta a través de internet para aquellos que realmente conozcan la tecnología telemática. Es evidente que en nuestro país, los responsables de las plataformas para la conexión a la gran nube no dominan el manejo de los routers que permiten la conectividad con Venezuela, y es por ello que se hace indispensable traer a «expertos» del exterior.
Me podrán decir: «¿Por qué dices que no hay gente capaz en el país?» ¿Recuerdan el asesinato de Pierre Fould Gerges, vicepresidente de «Reporte Diario de la Economía»? La directiva de ese periódico había recibido días antes amenazas de muerte (por las denuncias a actos de corrupción pública presentadas en el diario), por vía telefónica y correo electrónico… y las autoridades competentes no se molestaron en rastrear la ip, conjuntamente con el nodo de conexión a la hora y el día en que se realizaron las amenazas, ni tampoco las llamadas recibidas.
Esta mañana escuché a uno de los seguidores del gobierno presentar un absurdo argumento donde legitima uno de los crímenes más graves para la sociedad occidental.
Este individuo (que si formara parte de un colectivo como lo desea la línea social de gobierno no habría hecho jamás ese comentario) señaló que todos los países limita las comunicaciones por internet, y un ejemplo de ello era el comportamiento del estado norteamericano que viola la privacidad y persigue por internet a los promotores de la pornografía infantil.
Me pregunto: ¿acaso los pedófilos y promotores de esa enfermedad social tienen derecho acaso de utilizar los medios telemáticos para violar la integridad individual de niños y jóvenes menores de edad? Realmente la comparación es absolutamente inválida e inmoral, y genera suspicacias y dudas sobre la integridad moral de este vocero, cuando compara este aberrante ejercicio con el derecho de expresar ideas por internet.
Una sugerencia a los futuros responsables de medios telemáticos cuando este gobierno ya no esté: investigar por vía tecnológica a estos políticos y voceros del «pueblo» en cuando a la integridad moral y de respeto a este grupo social indefenso conformado por los menores de edad. Y si para ese momento no sabemos utilizar estas herramientas tecnológicas para garantizar la seguridad en internet, pueden solicitar asesoría a la Policía de Perú, pues ellos también utilizan sin complicaciones los medios telemáticos para ubicar violadores de derechos de los más susceptibles de la sociedad.
Para concluir: Este entrevistado escuchado hoy en una entrevista dice que el gran problema en internet que tienen los gringos es la pornografía infantil, pero… ¿cómo sabe él que aquí no es también un gravísimo problema? Sólo tenemos que hablar con las ONG responsables del cuidado de niños y adolescentes víctimas de abuso sexual para llorar, pero por supuesto las cifras realaes no podrán ser jamás publicadas… porque sería un instrumento de alarma «innecesaria», según el criterio de nuestros gobernantes, los actuales «niños viejos en el poder».