A Kik, el inteligentísimo gato encargado del Departamento de Estudios Paranormales de la Cámara de Esclavos Superdotados, parecía no importarle mucho la gigantesca mancha verde en la manga derecha de la bata que, a no ser por dicha mancha, sería totalmente blanca.
- Mira este clarísimo ejemplo de actividad paranormal, Sofia -dijo Kik.
Sofía, un cactus que a decir de Kik hablaba sólo cuando era completamente necesario, reposaba en un jarrón de barro sobre la estufa y; ante la observación del gato, no emitió opinión alguna. Kik, algo alterado, prosiguió diciendo:
- ¡Por todos los zancos, Sofia! ¿Cuándo me dejarás oír tu voz? Te decía, mira este ejemplo evidente de actividad paranormal: en aquél distante planetoide que sus esclavos gobernantes llaman «Tierra», se ha registrado según nuestras lombrices telescópicas, una irregular cantidad de «acciones de buena voluntad», en la que los esclavos gobernantes se ayudan los unos a los otros, cuando lo más común es que esos esclavos gobernantes hagan todo lo posible por desmejorarse mutuamente. Esas llamadas «acciones de buena voluntad», no son sino el efecto de una poderosísima actividad paranormal.
Mientras Kik narraba sus descubrimientos a Sofía, las lombrices proyectaban en la sala una imagen tridimensional de su registro telescópico, dejando ver una serie de videos de seres humanos en diversas actividades.
Una vez que Kik concluyó su pequeño discurso, buscó de entre sus herramientas un pedazo de carbón envuelto en tela azul, el cual procedió a engullir gustosamente. Finalizado tal bocadillo, agarró a Sofía, con todo y jarrón, y la arrojó sobre las lombrices matándolas al instante, lo que hizo que las imágenes telescópicas proyectadas desaparecieran.
- Debo hacer el informe -dijo Kik para sí mismo.
Al cabo de cuatro años, Kik fue encontrado muerto en su laboratorio. Sofía también estaba ahí, cantando alegremente.
(Publicado originalmente en Fucked Up Crazyland, el 20 de mayo de 2009).