Son los soldados de un ejercito de combatientes rebeldes, revolucionarios y socialistas que poco a poco han ganado su espacio en los medios. Su artillería es una cámara fotográfica o de video y un micrófono. Sus herramientas, la agudeza crítica, el sarcasmo y la ironía. Son guerrilleros mediáticos: Oswaldo Rivero, Pedro Carvajalino, Jorge Amorín, Fausto Castillo y Llafrancis Colina.
“Zurda Konducta es un proyecto que nació durante la gestión de Yuri Pimentel en Venezolana de Televisión (VTV), pero que durante varios meses estuvo engavetado. Hoy, con la nueva gestión y los planes de reimpulso en el canal para combatir el esquema tradicional de la canalla mediática, se nos dio la oportunidad”, explica Jorge Amorín, comunicador alternativo formado en radios y televisoras comunitarias durante más de cinco años.
Correo del Orinoco: D’yahana Morales
Entre la noche de ayer y la madrugada hoy, el programa celebró, con una alegría forzada, el bicentenario de la independencia. Sorprendía el cúmulo de imposturas y de incongruencias, difíciles de sostener. Molestaba la cantidad de desafueros imposibles de tomarse en serio. Perturbaba la completa falta de humildad y de conciencia del ridículo.
Los cinco conductores se jactaban de sus carencias y hacían alarde de ellas como niños arrogantes del estado, guapos y apoyados por los fusiles, las bayonetas, las milicias y las chequeras del gobierno. Así cualquiera es Mario Silva y corta con la Hojilla de la impunidad a sus detractores políticos.
Pero en realidad, todo es mentira, porque los supuestos muchachos revolucionarios, no pasan de ser otra cuerda de aduladores del Presidente, subvencionados por la beca del canal Ocho.
Y de tal modo, como diría Barrera Tyska, resulta absurdo mantener la fachada de la guerrilla comunicacional en vivo y directo. Más cuando cuentan con el respaldo descomunal de la red de medios oficiales, al servicio del juego continuista del Rey de la comarca.
En efecto, los chicos de “Zurda Konducta” son el mejor ejemplo viviente del triste arquetipo del “periodista tarifado”, pagado para disparar primero y averiguar después, bajo el amparo y la sombra del poder de turno.
Por ende, la burocracia de la propaganda se disfraza de movimiento emancipador, para subirse la autoestima, engañarse con autoindulgencia y embaucar a los demás, sobre todo, a los menores de edad. A las claras, “Zurda Konducta” representa la punta del iceberg de la campaña del PSUV, para cooptar al electorado adolescente y garantizar su adhesión de cara a los comicios de septiembre.
En resumen, es parte del plan y de la estrategia militar orquestada por la nomenclatura, a fin de consolidar el voto duro de su base partidista en el ámbito universitario y escolar. Entonces, el espacio funge de caballo de Troya para los creadores de consenso, en su eterna búsqueda por el control hegemónico de las mentalidades, a costa del disenso del pensamiento libre.
De hecho, los moderadores del programa gozan y ríen al escupir su predica de adoctrinamiento social, a favor de la glorificación del líder único y en contra de la menor “crítica al proceso de cambios”.
Por ende, el papel del colectivo de “Zurda Konducta”, consiste en reafirmar el glamour y la legitimidad de origen de nuestra inquisición, junto con sus torquemadas. Es decir, su trabajo radica en darle un barniz de modernidad y frescura, a una vulgar operación de mercadeo ideológico y lavado de cerebros, con objetivos represivos y restrictivos.
No en balde, durante su última edición, derrocharon minutos en vano, para justificar no sólo la pobre y desdichada labor de las misiones cubanas, sino también para ennoblecer la siniestra causa de la estadía del camarada Ramiro Valdez en Venezuela, quien vino a Caracas a cumplir funciones como “asesor en materia de racionamiento energético”. Nada se dijo de su siniestro prontuario como censor en la Habana, ni de la información de los 69 médicos insulares fallecidos en extrañas circunstancias, a lo largo de su pasantía por los predios de la República Bolivariana. Olvídate de Goebbells y de Leni Riefenstahl. Bienvenido a la normalización cool de la metodología Fidelista y Staliniana, para borrar la memoria, al estilo de la fanfarronería malandrosa promovida por Avila Tv.
Para empezar el análisis de contenido y de forma, podríamos reparar en la escenografía de cartón piedra, a la usanza de Paul Gillman.
Atrás destaca un santuario, dizque sacrílego e iconoclasta, constituido por gigantografías de personajes famosos, adorados o satirizados según el caso, en función de las técnicas robadas y absorbidas de la estética subversiva.Léase collage, esténcil, apropiación e intervención trasgresora de las imágenes de consumo. Lo definido por el padre del género en el documental, Craig Baldwin, como “Culture Jamming”. Lo asimilado y naturalizado por la revista “Adbusters”. Lo cuestionado y lo deconstruido en el libro “Rebelarse Vende”, al haberse prostituido y degradado en beneficio del status quo.
Por consiguiente, vemos a Argelia Laya, a Obama, a Lenin y a Marx siendo respectivamente reinterpretados, como telón de fondo del estudio. Un cliché, un lugar común típico del decorado de la pantalla roja rojita.
De inmediato, la cámara se mueve indiscriminadamente en un intento por adoptar los códigos de grabación del cine insurgente, al rígido sistema del canal de marras. Una banda de corte seudopunk introduce la función, en medio de alaridos y estruendos ininteligibles.
El sonido de la formación anticipa el desafinado y desatinado devenir de la faena, mientras Llafrancis Colina grita a los cuatro vientos el nombre de la lamentable e inocente agrupación, cuya identidad replicante deja al desnudo las costuras iniciales del producto en cuestión, donde cada signo lleva inscrito el sello de su propia destrucción. En síntesis, la originalidad expresiva brilla por su ausencia, en cuanto la norma es la mala copia, el calco al carbón y la piratería del derecho de autor.
Por algo, el mismo nombre del programa ya fue denunciado por plagio, por parte de las víctimas del hurto: los miembros del ensamble musical “Zurda Conducta”. A continuación, publicamos su dirección en Internet y su opinión al respecto, vertida en un foro de la página web de VTV, todavía sin respuesta:
http://www.myspace.com/zurdaconducta
“Zurda Konducta” plagio flagrante a Zurda Conducta; traición a los grupos de base, incongruencia con el concepto de lo que debe ser la Zurda Conducta. Simular que se presta apoyo, e invitar a un grupo musical a una entrevista, (Caracas en Directo avila TV, Enero 2009) para luego robar su nombre; esa no es una conducta zurda, es una deshonesta actitud de productor capitalista ávido de las ideas frescas de las que es incapaz, amparado en la legalidad y moralidad burguesa: Una conducta de derecha.
Los de arriba, con todos los hierros pisoteando el trabajo de los de abajo para ascender peldaños en la farándula. Presentando como propio el trabajo creativo ajeno. Esas son el tipo de cosas que minan la confianza del pueblo, que debilitan la moral de la revolución, que atentan contra el proceso.
De igual manera, el resto de los elementos del show huelen a un refrito de la exitosa franquicia “CQC”, en su versión argentina moderada por el genial Mario Pergollini. Jorge Amorín pretende replicarlo, pero no lo consigue, debido a su nulo carisma, su escasa espontaneidad, y su previsible desenvolvimiento histriónico a las órdenes de su comandante en jefe.
Amorín se ganó el puesto después de probar su fidelidad a prueba de golpes, al “enfrentar” a las damas de alcurnia de la oposición, en sus marchas y saraos. Vaya mérito, mi hermanito. ¡Eres todo un guerrillero mediático de palto negro y Blackberry! Te envidio, brother. Me encantaría tener suficiente dinero para pagarme uno y ostentarlo con orgullo, como tú, delante de las cámaras. Me tocará conformarme, por ahora, con mi “vergatario” de prepago. No importa, men. Al menos, conservaré mi independencia y mi dignidad, sin necesidad de venderle el alma al diablo, a cambio de unas monedas.
Por fortuna, no soy el único en discutir la imagen y la pinta de los cinco muchachotes de “Zero Konducta”. Verbigracia, ayer el colega, Luis Sisino, mandó un mensaje de texto, donde manifestaba su descontento ante el porte de pavitos de Zara de los moderadores del programa. Anoche, Carvajalino lucía como un maniquí de “Pull and Bear”, secundado por un casting de modelitos de Adidas y Converse. Hasta Jorge Amorín debió reconocer el dislate y el disparate en el aire( de su vestuario).
En paralelo, cantaban loas de ignorante supino por el mentado bicentenario de la república, a la luz de la lucha y de la resistencia contemporánea por la soberanía de nuestro pueblo, encabezada por Hugo Rafael Chavez Frías. Curiosa batalla contra el imperio yanqui, impulsada con las armas tecnológicas del enemigo, y gracias al patrocinio del caudal de petrodólares sufragados por la Casa Blanca y el Pentágono, para inyectarle gasolina a sus cruzadas genocidas en el medio oriente.
Ustedes son cómplices de la invasión a Bagdad, aunque no lo crean. Por ello, sería recomendable bajarle dos a su discurso de insurrección y a su consigna barata de “yanqui go home”. Incluso, de pana, les queda feo tirárselas de chamos, quitándose la edad y aparentando juventud, pues la ranciedad y la decrepitud se les sale por los cuatro costados. Los invito a despojarse de sus máscaras y de sus disfraces del Chavo del Ocho. No sean hipócritas, falsos y embusteros. Amorin, estás viejito para la gracia, padre.
Luego, transmitieron un micro en la calle, de factura y de resolución fallida. El tono de cinismo tampoco les funciona, y la promesa de desenfado se agota pronto, al calor de las redundancias, de la palabrería hueca y de la reiteración conductista del mensaje.
La edición con películas de Hollywood, como “Marcianos al Ataque”, niega la pretensión de enarbolar una bandera alternativa, al depender del contenido empaquetado de la industria de lo mainstream.
Para colmo, los periquitos y aditivos de la empresa, de la puesta en escena, denotan la incapacidad de construir un andamiaje personal y diferente, al margen de las fórmulas y de las convenciones al uso en la caja boba. Más descaro e insolencia hay en “Los Pepazos de la Pepa” o en “La Bomba” de Televén.
La inundación de logotipos y diseños “trendy”, es directamente proporcional al desbordamiento de marcas registradas, material de desecho POP, cotillón y reciclaje promocional de los estandartes e insignias de la revolución roja rojita, en una brutal saturación informativa del mismo mensaje, condenada a aburrir al espectador y a generar un efecto boomerang en su recepción. Simplemente, la gente se harta de la repetición contumaz del evangelio de redención chavista, y cambia de canal. Los números en rojo del programa así lo indican.
Por tanto, de los elogios de Amorín y compañía, saltamos a los encomios de la publicidad oficial, y de ahí a los contactos con la realidad del proceso en pie de lucha, por el aniversario del bicentenario, en la manipulación de entenderlo como un antecedente y una prolongación del socialismo del siglo XXI.
¡Por favor!, si el 19 de abril es una fecha bufa de filiación monárquica, de quítate tu para ponerme yo, purificada con el paso de los años.
Paradójicamente, fue un cambio Gatopardiano como el de ahora, en nombre del depuesto Fernando VII. Clásica limpieza criolla de un Golpe de Estado.
Por eso, mueve a la risa disfrutar del show bicentenario de “Zurda Konducta”, en la peor tradición de la espera del año nuevo, el 31 de diciembre. Algo fotocopiado del guión de los hermanos Castro, empeñados en unificar a su país alrededor del nacionalismo alentado por las gestas heroicas del pasado, encumbradas por el calendario de efemérides patrióticas.
En un momento, hicieron dos pases a un par de plazas Bolívar, dizque representativas de la conmemoración popular del “alzamiento del 19 de abril”.
En verdad, la movilización era pírrica y se pretendía disimular con encuadres cerrados. En Anzoátegui, hablaron con Tarek Gobernador, secundado por sus funcionarios carnetizados.
En Tachira, conversaron con la patética dirigencia regional, en alto estado de ebriedad.Un borrachito se tambaleaba hacia la profundidad de campo, haciéndole bulto a una entrevista penosa. Finalmente, cerraron con planos del cielo de Plaza Venezuela, cubierto de fuegos artificiales, para encubrir la falta de quórum.
Por último, “Zero Konducta” se “pegó” a la cadena oficial en recibimiento del jerarca Daniel Ortega, flanqueado por el insólito vicepresidente de Venezuela, Elias Jaua.
Un desenlace ilustrativo de las evidentes contradicciones de la guerrilla comunicacional, orgullosa de sus logros e inconsciente de sus defectos esquizofrénicos.
No se puede ser de izquierda, estando en el gobierno.
No se puede ser de oposición, estando en el gobierno.
No se puede ser guerrillero, estando en el poder.
Los auténticos guerrilleros descansan en paz, sobreviven a duras penas en la clandestinidad o terminaron en la cárcel.
Ustedes, como mucho, son unos escaladores de oficio, son unos pescadores en río revuelto, son unos oportunistas.
Su optimismo por el proceso y su pesimismo por el futuro de la crítica, resumen su filosofía de manual de autoayuda, de librito de bolsillo, de cartilla, de catecismo, de folletín.
Afirman leer “Más allá del Capital” y conocer a Metzaros. Pero niegan en el acto, cada una de sus lecciones postmarxistas.
Al fin y al cabo, ustedes reencarnan las discordancias de un socialismo de mercado, embobado por el triunfalismo y encariñado por los símbolos de la explotación materialista. Plusvalía de descarte.
En cristiano, ustedes son la mejor propaganda del éxito virtual del capitalismo tardío en las sociedades del tercer mundo.
Gocen de sus privilegios de clase gobernante, mientras duren.
El día de mañana, pagaran caro por su afrenta maniquea, por su soberbia, por su intolerancia de ultraderecha, por su dogma de fe y por su despótico ejercicio del poder comunicacional.
Escríbanlo.
El senador McCarthy los contrataría con gusto, para su cacería de brujas.
Así es nuestra guerra fría.
En adelante, los esperamos para discutir, mis valientes milicianos de la izquierda fashion, de la boliburguesía revolucionaria.Mis chicos Timberland con cara de raticas, de columnistas y editores de Urbe.
100 % actitud (de conformismo). Son el espejo invertido de la programación políticamente incorrecta del canal Sony. David Rondón y Pastor Ovideo son sus reflejos, sus hermanitos de ruta en las fiestas Voyage.