(Nota bene: este no es un post rebotado del Chigüire Bipolar).
Estimado lector: ¿ve usted al personaje de la foto haciendo «míquiti» mientras Chávez habla con alguien que parece Heath Ledger disfrazado de Guasón?
Permítame presentarle a Maximilian Sánchez, nuevo Embajador de Venezuela en Brasil. Profesión: Güachimán. Estudios realizados: Bachillerato en Francia. País de origen: Francia. Nacionalidad: venezolano desde el 2002, a pesar de jamás haber vivido en el país.
Maximilian era conocido en París por ser la caricatura barata del europeo alienado. Gritón, con estilo de agitador de masas bolcheviques hace cien años, sus maneras y su entusiasmo chocaban con su horripilante acento, a todas luces francés. Es decir: es imposible tomarse en serio a jalguien qui hablé azí, podque los pobies de Venezuelá agora sí comen, esto te lo dice el tipo vestido impecablemente con un flux hecho a la medida, que nunca ha vivido en mi país. En conclusión: nadie jamás hizo algo que no fuera burlarse de Maximilian. Era como la versión francesa del gordito de la franela rosada en noviembre del ’92.
Ahora me llega por correo electrónico la información de que este francés, que ni siquiera pudo terminar sus estudios de Derecho en Francia, no sólo es ciudadano venezolano, sino que nos representa en Brasil. Supongo que suplanta su grueso acento haciendo «míquiti» cada vez que habla, para que uno crea que el carajo creció viendo el Show de Joselo.
Los dejo con la transcripción del correo. He borrado el nombre del autor y la fuente por razones obvias. No me responsabilizo por las afirmaciones que allí se hacen, no lo escribí yo. Sin embargo, como creo que este affaire (parlez-vous français, Maximilian?) no sólo es bochornoso, escandaloso, irresponsable y frustrante, he decidido colgarlo acá.
Biografía de un meteorito francés
Maximilian Sánchez es el nuevo embajador de Venezuela en Brasil. Maximilian Sánchez nació y pasó toda su vida en Francia. Nunca vivió en Venezuela. En el 2001 el agitado joven francés ofrece sus servicios a la delegación diplomática bolivariana en Paris. Su identificación con Hugo Chávez raya en el paroxismo. No obstante el galo no desea otra cosa que vivir el proceso revolucionario desde su interior. Quiere tostar su blanquísima piel francesa con el sol caraqueño. Por sus servicios militantes la embajada de Venezuela en Paris le entrega un pasaporte bien criollo. El documento lo obtiene como quien compra un cocosette. Con el preciado pasaporte en mano vuela a lo que será su segunda patria. Miraflores lo integra en su célula internacional. Ese mismo año su crisis de identidad se atenúa. Inmediatamente el gobierno le entrega una cédula de identidad y accede a la condición de ilustre ciudadano venezolano. Sólo le queda a este « musiuito » un ejercicio lingüístico. Debe borrar la erre glutural que pone al descubierto cada vez que habla sus orígenes franceses. Maximilian Sánchez aterriza en Venezuela con un currículum vitae precario. Su única experiencia consistió en desempeñarse como guachimán en una escuela de lengua. En Paris cursó estudios de derecho que nunca culminó. Se sabe también que Ramonet lo nombró responsable del movimiento alter-mundialista de Venezuela. El vínculo con este pillo del siglo veintiuno es regular. Ramonet transformó a Maximilian Sánchez en una ficha que maneja a su antojo, sobre todo cuando se trata de agilizar los pagos que el “doctor” reclama por su experticia intelectual. Desde luego hoy el binomio Ramonet-Cassen se frota las manos con la designación de este hombre en Brasil. Este país es por excelencia la tierra del alter-mundialismo. Porto Alegre es la capital de la fauna antimundialista. En tal sentido la marioneta que Ramonet-Cassen mueve desde Paris seguirá jugando su papel de embajador de los intereses del par de pillos franceses, que como se sabe, por tramposos fueron defenestrados por el movimiento alter-mundialista parisino.
En la historia de la diplomacia venezolana, Maximilian Sánchez es un caso atípico. Obtiene la nacionalidad venezolana en el 2002 y ocho años después es designado nada más y nada menos que jefe de la delegación diplomática en Brasil. Por la velocidad de su ascenso algunos chavistas -no sin razón- lo apodan el “meteorito francés”. Una cosa es cierta, Maximilian Sánchez ha sido muy astuto en determinar su trayectoria “meteórica”. Desde su llegada a Venezuela puso a correr la bola mediática según la cual él es la encarnación en Venezuela del frances Bernard Attali. Para quienes no lo saben, Attali fue el colaborador más cercano del presidente François Mitterand. Attali era conocido como la eminencia gris del difunto presidente francés. La más simple comparación pone en evidencia el contraste grosero entre Maximilian Sánchez y el asesor de Mitterand. El señor Attali ha escrito y publicado más de sesenta libros. Al “meteorito francés” no se le conoce ninguna obra de ningún género. Mientras que el señor Attali es un fino conocedor de la historia de Francia, Maximilian Sánchez no sabe ni siquiera tararear la melodía del himno nacional venezolano. En los predios de la Casa Amarilla algunos afirman ácidamente que un niño de sexto grado conoce mejor la historia de Venezuela que este francés reencauchado. De Bernard Attali este usurpador solo tiene en común la nacionalidad francesa. El abismo intelectual entre uno y otro es inmenso. Un elemento es extraño, en la actitud de querer compararse con el “cherpa” de Mitterand. Bernard Attali es judío y Maximilian Sánchez es rabiosamente antisemita. Cuando Hugo Chávez acusa a Israel de estado fascista, Maximilian Sánchez va mucho más lejos en su odio al pueblo judío. Es evidente que entre De Gaulle y el Petain de Vichy, Maximilian Sánchez no vacilaría ni un solo instante en identificarse con el “colaborateur” que deportó miles de niños judíos a una muerte segura en las cámaras de gas hitlerianas. De hecho se sabe que Maximilian Sánchez celebra al escritor antisemita Céline más por sus inmundos panfletos antijudíos que por sus escritos literarios.
La verdad es que a quien más se parece Maximilian Sánchez es al personaje odioso de Pierre Laval, ideólogo y brazo ejecutor de la Wehermacht en un momento poco glorioso de la historia de Francia. Que nadie se equivoque entonces. Maximilian Sánchez es un afiebrado antisemita altamente fanatizado. Es la expresión más clara de una izquierda minoritariamente rabiosa procedente de Francia a quien los artistas de la diplomacia brasilera rendirán tributo con el único propósito de alimentar favorablemente la balanza comercial del Brasil de Lula. En el fondo este oscuro personaje viene como anillo al dedo para aumentar las exportaciones de Brasil hacia Venezuela. En contra partida el “meteorito francés” tendrá libertad absoluta para ser feliz con sus compatriotas franceses que cada año integran la comparsa alter-mundialista de Porto Alegre.
Así andan los desaciertos de nuestra representación diplomática.
Salut Maximilian !
Es el colmo. Si con Maduro en Cancillería era como mucho, ahora con el nuevo Embajador de Brasil podemos declarar la definitiva hecatombe del servicio exterior venezolano.Paz a sus restos.
Después hablan de soberanía.
Creo que estas mal informado, el si vivio en venezuela, y trabajaba en miraflores. Mi esposa trabajaba para el MVR y fue quien «le maquillo» las cuentas a ese partido en el año 1999 para que el CNE dijera que estaban limpias. Luego y como la consideraban de confianza le dieron un cargo en miraflores donde conocio a ese bicho, trabajaba con su amante, un venezolano que fue del programa Galileo y por lo tanto un genio, lo conocio en paris, y fue el quien lo trajo al pais, creo que se llamaba temir porras.
Ojo (no me acusen de homofobico) Fue ella quien me hablo de como entraban al gobierno, principalmente por sus preferencias sexuales y se asqueo de ello y que maximilian era unos de los promotores de ese tipo de politica junto a su amante.
A mi esposa el le decia que era politologo, casi con doctorado. Pero ella que no tiene nada de tonta (por algo esta conmigo desde hace 14 años) se dio cuenta que el tipo no sabia nada.
Ella salio corriendo de ahi, prefirio ganar menos dinero, hace como tres años el tipo queria que ella le arrglara las cuentas (ya que hasta negocio tiene) y le pinto dos palomas.
Mejor no sigo echando el cuento
Sí, Temir Porras estuvo en la Universidad Bolivariana y luego en la Cancillería. La diferencia es que Porras tiene un doctorado en Ciencias Políticas y está altamente calificado; el señor Maximilian no tiene mérito alguno para estar como Embajador. El que piense lo contrario, que lo demuestre.
Esto es otra bofetada a los estudiantes de Relaciones Internacionales y demás diplómatas de carrera, un «ponmedondehay» de lo más ’80toso, a decir verdad…
bueno para nada me extraña, me encantaria estamparle este articulo cada vez que alguien viene y me habla de las «bases» esas que solo las toman en cuenta para los votos…
ah y el personaje de la foto es nada mas y nada menos que Courtney Love, una de esas joyitas que le encanta robar camara…
saludos
Sí, es la desgraciada que le pudrió la vida a Kurt…
«Las bases» sólo funcionan cuando reflejan la verdadera actitud del jefe. Si no, se les ignora porque están alienadas o confundidas. Eso fue lo que pasó con el Referendum de los 69 artículos que ahora hemos tenido que aprobar de manera antidemocrática para el propio bien del pueblo que votó en contra…
Oye vale, por lo menos supongo que hablará francés, ¿No?… ¡¡¡Clase de mamarrachada!!! Ya quiero verle la cara a los funcionarios de la Cancillería y el Ministerio de Relaciones Exteriores que se dan golpes de pecho por la pseudo-revolución y andan todos batidos como la gran vaina mientras se quedan calladitos ante estas vainas recibiendo bonitos de fin de año para que se sientan cómodos, mientras su «institución» da demostraciones de franca e irremediable decadencia partidista.
El personaje en cuestión es hijo de una venezolana, no se le puede atacar por tener nacionalidad venezolana. Ahora que no tenga la capacidad de ser embajador es otra cosa, pero como lo que cuenta es la lealtad al líder probablemente en eso está muy bien preparado. Y bueno embajadores peores que él en este gobierno hay pa’ tirar pa’rriba. Lo único que es más joven. Nada nuevo bajo el sol. El comentario de xluis sí que está en el meollo del problema. Ay Dios!!
Claro, la frase correcta sería, «Venezuela nombra güachimán, que nunca vivió en el país antes del 2002, como Embajador en Brasil».
Cambio de forma, no de fondo…
Muy interesante la historia!
xluis: has dicho algo que me llama la atención. Es la primera vez que leo que alguien hace alusión a lo que es un secreto a voces, a saber, que la diplomacia venezolana es completamente gay.
es comprensible que tu esposa se asqueara: cuando un grupo oprimido domina un ámbito, de vuelta tenemos la discriminación de los demás grupos, en este caso las mujeres (porque creo que los heterosexuales ni siquiera piensan en eso de los estudios internacionales).
mas alla de la historia, muy típica de como se hace la política en Venezuela, me quedo con estas intrigas:
1. como la casa amarilla se convirtió en un refugio de gays
2. como convive un evidente nicho de gays en medio de un sistema completamente machista y homofobico (al menos en su presentación social).
Hay tantas historias por contar acerca de nuestro país!
Gracias chamo y no creo que ella se asqueara por la orientacion sexual, si no mas bien, debido a que esa orientacion fuese mas importante que el curriculum y por lo tanto la mediocridad campeaba. Donde trabaja ahora ella es la unica que tiene una licenciatura, su jefa es tecnico superior. Es eso. La mediocridad en el poder.
Y sobre esa pregunta sobre como hacen para estar tanto en un gobierno machista, creo que en un post tuyo la respondistes muy bien
Yo recuerdo un artículo épico de Cabrujas donde justamente tocaba ese tema hace 20 años (Venezuela no avanza, ni a coñazos): hablaba de un comentario público en el que se recriminó al Embajador X (O ministro, no recuerdo) de ser «medio pargo».
El argumento de Cabrujas, obviamente, es que es mejor tener como economista a un John Maynard Keynes quien, en las noches y la intimidad de su cuarto, le da por vestirse de sado-maso y que lo latigueen; que un tipo hecho y derecho que no entiende la relación entre el mercado paralelo y la inflación, pero sólo tira con su esposa para tener hijos…
Un amigo diplomático argentino, algo dado a la filosofía, con el cual conversaba durante su primera visita a Caracas para asistir a un Congreso o algo por el estilo, mientras sorbía pensativo su mate me dejó esta reflexión, después de conocer a varios diplomáticos venezolanos y algunos políticos:
— Ché, la verdá que en este país no se puede decir, como en Argentina, que cuando te va mal y te preguntan decís: Me va como el culo… porque aquí a los culos les va muy bien…
Aclarando, Maximilianne si puede obtener la ciudadania Venezolana, ya que su madre es Venezolana, de el pueblo donde yo soy, yo vivi a lado de la casa de sus abuelos maternos ala en Guárico (pueblo lo omito), su madre Maria ArvelaIiz y su Hermana Luisa en los 70’s se fueron a Inglaterra y Francia, donde Maximilliann nacio,, pero siempre desde nino lo llevaban a visitar a sus abuelos maternos, hay fotos y todo, yo conozco a todos sus tios y un primo en especial que lo llevaba a la plaza Bolivar a pasear. asi que Maximillianne si puede tener la ciudadania Venezoalna, que sea Chavista esos son otros dos centavos. pero si su familia materna es Venezolana llaneros de pura cepa.
Chévere, nunca he dicho lo contrario. Pero Maximillien vivía en París y tiene un fuerte acento en español (y no habla portugués). Aparte de eso, no tiene ningún tipo de credenciales. Entonces, ¿cómo diablo lo nombran Embajador? Ese es mi punto. Que sea o no legalmente venezolano me parece algo secundario; aunque para mí un tipo que vive en Francia la mayor parte de su vida, habla francés y no sabe pronunciar la «RR», no es venezolano, por más que su familia viva toda en el Llano. Yo tengo familia hace años en Australia, y no creo que me nombren Embajador de Australia en un país donde se hable un idioma que yo no manejo en lo absoluto.
Saludos