Hace tres días soñé con Hugo

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En mi sueño, Hugo vivía en un viejo edificio en un humilde apartamento, sin lujos ni comodidades, parecía que de casualidad solo con los servicios y con el inmueble básico, mi sueño empezaba una mañana que yo llegaba a la vivienda y lo encontré acostado, se estaba levantando de la cama, yo estaba como en tercera persona, él sabía de mi presencia pero no se dirigía a mi como si yo estuviera allí, hablaba con los demás presentes, quienes parecían ser parte de su personal.

Se vistió y nos dispusimos a salir, en mi sueño, el edificio que me venía a la memoria era de un bloque de los de la parroquia 23 de Enero en Caracas, donde por cierto, yo viví con mi familia por muchos años en la realidad.

Hugo y yo nos subimos al ascensor y allí se encontraban tres personas más, una señora, un tipo joven y una persona que yo conozco; Hugo era un tipo muy amable y simpático en el sueño, incluso nuestro aparente salvador, porque pasaba que el ascensor estaba defectuoso y las puertas no cuadraban y no cerraban, entonces él hizo que cuadrarán y cerraran, pero al ir descendiendo el ascensor se desprendió y caía con todos adentro, entonces milagrosamente o sin explicación como generalmente sucede en los sueños, Hugo logró que dejara de caer y nos salvó a todos.

Mientras el ascensor caía, yo podía ver como Hugo era capaz de visualizar quien pensaba acerca de él de forma positiva y quien no, y entre los que pensábamos de forma positiva estábamos la persona que yo conozco y yo, el tipo joven pensaba en forma negativa y el pensamiento de la señora era como imperceptible. A todas estás, Hugo no sabía que yo podía ver su capacidad de visualizar eso en los demás, y yo me dedicaba a analizar toda la situación, pero en este punto a su vez yo pensaba, que Hugo era un tipo amable, simpático, correcto y un nuestro salvador.

Luego nos subimos a un autobús, donde habían más personas, las cuales todas pensaban lo mismo que yo, con la diferencia de que yo seguía teniendo la capacidad de ir analizando todo, yo me encontraba como al final del autobús y entonces Hugo que estaba hacía la parte de adelante se dirijo a la persona que yo conocía, el cual había pensado siempre de forma negativa acerca de Hugo, aunque luego se había convencido de que Hugo era una buena persona, pero ahora carecía de criterio propio, estaba como pálido, tenía los labios como hinchados y los ojos bien abiertos y solo escuchaba lo que Hugo decía.

En el sueño Hugo le ordenó a la persona que yo conocía, que disparará contra alguien y le entregó un arma, llamó a esa persona y cuando este se asomó por la ventana del autobús, la persona que yo conocía le disparó a la persona que Hugo le había dicho, solo que el arma estaba descargada, en ese punto yo ya había ciado en cuenta, que Hugo estaba probando a la persona que yo conocía, igual que pretendía hacer con el resto de quienes estábamos en el autobús, pero de lo que no se había podido percatar, es de que yo aún podía pensar, analizar y tener criterio propio, y que me seguía dando cuenta de lo que ocurría, no así la persona que yo conocía, a la cual, ya no podía reconocer, porque estaba absorto de todo.

Luego vino lo más terrible de mi sueño, en ese punto, había pasado de sueño a pesadilla, y fue cuando puede ver con mucho dolor que la persona que yo conocía, se encontraba esposada a otra arma, sin pensamientos, sin capacidad de analizar nada y sin criterio de nada, solo a las ordenes de Hugo, fue entonces cuando Hugo le entregó la llave de las esposas, y le dijo con una sonrisa “toma aquí tienes” para que abriera las esposas, pero no para librarse del arma, sino para que nuevamente le disparara a la persona que le había dicho, solo que esta vez, el arma si estaba cargada.

Yo caí en cuenta de todo el plan y entendí en mi sueño, que Hugo en realidad no era amable, no era simpático, no era correcto y no era nuestro salvador, era algo de lo que la persona que yo conocía nunca pudo darse cuenta, pero que alguien más montado en ese autobús, si pudo saber sin que Hugo se percatara, supe entonces que debía bajar de ese autobús.

Todo este relato forma parte de un sueño, que luego le conté a la persona que yo conozco, la cual estuvo en mi sueño, escuchó mi relato y luego se persigno.

Decidí entonces relatar mi sueño por este medio, y me doy cuenta que los pensamientos y el criterio propio que nos llevan a analizar y a creer o no en las cosas y en las personas, es parte de nuestra alma, es algo con lo que podemos ser libres y es un algo intangible que nos permite poder decidir si seguimos en un autobús o bajarnos de él, aunque bajarnos pueda suponer un desafío y enfrentarnos a las consecuencias, tener que caminar y llegar después, pero llegar limpios con la conciencia, el alma, lo que creemos y con nosotros mismos.

Cualquier parecido con mi sueño y la realidad, he de suponer que es pura coincidencia.

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