Nueve:Razones para Despreciarla y Refutarla

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El corto es mejor. Hasta mi gato lo sabe por experiencia propia(y no miento. Nadie miente en internet,espacio en donde todo se verifica antes de ser publicado.Hagan la prueba con Twitter).

Mi gato es súper inteligente y sabe de cine. Para mí, es como el Pulpo del mundial. Si él aprueba, yo recomiendo. Si él pierde el interés y se duerme, yo saco las uñas y maullo. Pues bien, mi gato vio conmigo el corto de «Nueve» por youtube y no parpadeó por un segundo, durante sus diez minutos de duración.Por supuesto, con la versión largometrada no fue igual.Al instante comenzó a lamerse las patas y a dar vueltas alrededor mío(en su lenguaje corporal quiere decir:la película da giros en círculos sobre su propio eje). Además,abandonó el cuarto en medio de la función.Por ende, me toca volverla trizas, como Alemania contra Argentina.Además, así la gente se entretiene leyendo y ser ríe a carcajadas.

En el mismo sentido, si el libreto original era ambiguo y sugerente al punto de desarrollarse en silencio,el guión adaptado es redundante, estereotipado, subrayado, literal y «verbocéntrico» al extremo de depender del lenguaje hablado para explicarse mejor(con una locución pedagógica y prescindible).

El argumento es trillado y narra una aventura postapocalíptica de folletín a camino entre «V de Vendetta» y «Plaza Sesamo», pero de forma peor, porque a la idea de base la estiran como el chicle bomba para llegar forzadamente a los 79 minutos, bajo una serie de situaciones y secuencias predecibles, de conflicto y confrontación con las máquinas en el futuro.

La dramaturgia se corta, se expande y se remienda a puntada limpia, sin agregarle nada sustancioso a la fuente de origen. Más bien la dejan al desnudo y al descubierto, revelándole todas sus costuras de solemnidad y aires de importancia.

Los escritores plagian estructuras y fórmulas de plantilla a diestra y siniestra, con el propósito de dotar de humanidad y corazón a sus muñecos de trapo. Lamentablemente, el resultado dista de ser el esperado.

Por ende, los personajes carecen de cuerpo y espíritu para identificarse con ellos.Tan sólo parecen un pequeño ejercito de autómatas con una memoria implantada por ordenador. Figuran el héroe mesiánico(imprudente y aguerrido como Harry), el heraldo, la joven amazona(o princesa Leia), el clásico mentor(anciano y represivo), los de relleno(sacrificados antes de tiempo) y el asistente grandulón con contextura de «Chewbacca». Lucen como una rebelión de «Pitufos» enfrentados al yugo de Gargamel. Aquí la mala es la tecnología y la ciencia encarnada en otra «HAL 9000» fuera de control. Por tanto, como la película es de animación en 3D, el subtexto no sólo escupe para arriba, sino encima es hipócrita.

Llega con demora o a la zaga de «Wall-E». Y no importa cuál de las dos vino primero. Te sientes delante de un clon de la Pixar fundido en hierro con la escudería del estudio Dreamworks. De cualquier modo, la falta de identidad es obvia y pretende encubrirse con un batburrillo consciente de citas y homenajes pedantes a realizadores consagrados, a quienes se saquea con descaro.La vieja ensambladora de la industria le impone su sello a una infinidad de referentes concebidos al calor de la contracultura, mientras les roba el alma y la sangre iconoclasta.

De la operación de vampirismo de la vanguardia, son víctimas los hermanos Quay, los fundadores de la escuela de Europa del Este(rusos y checos a la cabeza de Jan Švankmajer), y los talentos ascendentes del manga nipón de la vertiente cyberpunk, al estilo de los famosos «Animatrix».La diferencia es del cielo a la tierra, representa un caso digno de estudio y ninguno se salva de la muerte de sus derechos de autor. Paz a sus restos en el funeral de «Nueve».

Aparte, regresamos al esquema milenarista y belicista de «300», «Robin Hood», «Zona de Miedo» y «Avatar», según la típica óptica binaria y polarizada, lo suficientemente abierta y descontextualizada como para no herir sensibilidades y garantizar adhesiones masivas de colectivos disímiles.El tabú lleva a encubrir la realidad, a condicionar la libertad de expresión y a coquetear con la mordaza del terror a infringir la norma de la corrección política.

A la izquierda retroprogresista le funcionará la película, para justificar su censura moral del autoritarismo de derecha(nunca de la tiranía comunista, pues «la inventaron los laboratorios de desinformación de la CIA».Aunque sus genocidios son bastante conocidos de Stalin a Mao).Para colmo, la zurda conducta se reencontrará con su fetiche favorito: el guerrillero urbano y comandante de la resistencia armada en pos del derrocamiento de la dictadura posmoderna y computarizada. Tecnofobia para niños implícita desde la época de «Metropolis» hasta la era de «Terminator».No hay cambio de agenda.

Paradójicamente, la derecha también tendrá motivos para celebrar el contenido de «9». Le inyecta gasolina a su cruzada del medio oriente, le aporta legitimidad a su persecución y cacería del déspota de Saddam, le imprime energía a la propaganda de reclutamiento del pentágono, y favorece la publicidad de los programas virtuales encaminados a ofrecer una imagen victoriosa del escenario de la batalla.

Por consiguiente, «Nueve» alcanza el nivel de un video game de cuarta generación, en territorio comanche, para adiestrar a las generaciones de relevo en las artes del combate cuerpo a cuerpo. Curiosa tendencia reaccionaria amparada por Tim Burton, cuya «Alicia en el País de las Maravillas» desarrollaba una discurso similar, de filiación militarista y defensiva al obligar a su protagonista a degollar a una bestia, a objeto de conseguir su redención. De allí el parentesco evidente con el desenlace de «Cómo Entrenar a tu Dragón».

Por lo visto, el mundo occidental sigue presentando problemas para manejar a sus alteridades, disidencias, monstruos y fantasmas electrónicos. Por desgracia, el cine tampoco sabe responder a la altura y reafirma la tesis del consenso xenofóbico:la extirpación y la eliminación de la plaga invasora. Extraño mensaje de aliento vendido de contrabando a la manera de «War of The Worlds».
De hecho, el refugio de los buenos es una iglesia, en un evangelio de la nueva era, colmado de presagios positivos para superar la adversidad del tercer milenio, de la depresión y la crisis social.
Pare de sufrir para grandes y chicos.
En suma, un relato desgastado y cuasi extinto resucitado con fines demagógicos.
La regla del siglo XXI.
Extrañamos la excepciones.
Del uno al nueve, si acaso se merece un 3 por el acabado audiovisual,aunque recuerda a una mutación Disney de «El Libro de Ely», «The Road» y «Soy Leyenda». Obras de reconstrucción de los escombros del once de septiembre y la debacle de la bolsa de valores.

3 Comentarios

  1. Chamo, la película me pareció – nada del otro mundo- pero tu comentario mezclando politismos están demás. No veo donde cuadra que si de derecha o de izquierda en la película.

  2. Respeto tu punto pero no lo comparto.
    El análisis geopolítico de un film es perfectamente válido.De hecho, es una de mis debilidades. Y no estoy solo en ello. Para hacerlo me inspiro en los tres duros del tema:Fredric Jameson(La estética geopolítica : cine y espacio en el sistema mundial),Robert Stam (Multiculturalismo, cine y medios de comunicación),y Celestino Deleyto(Representación e ideología en el cine contemporáneo de Hollywood), por sólo citar a los más importantes. De cualquier modo, no podemos restringuir el campo del análisis. Todas las interpretaciones son posibles desde las distintas áreas del saber.Yo ofrezco la mía. Si entonces quieres refutarla, eres bienvenido. Pero debes explicarte mejor, porque no te entiendo. Muchos saludos.

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