Confieso que fui un poco escéptica, la combinación barrio+malandros+groserías+realismosocialchimbo ya me hastía pero, afortunadamente, no me topé con más de lo mismo. La historia de HERMANO no es nada fácil de analizar, la trama te hace reflexionar sobre muchos aspectos de la vida y de las relaciones humanas si puedes ver más allá del contexto donde conviven y se desarrollan los personajes. No esperen ver la típica trama de barrio, aunque si están presentes algunos cliclés al estilo «Huelepega» o «Cyrano Fernández», pero este no es el eje pirncipal de la película.
No puedo negar que el entorno sí influye en los personajes y en los acontecimientos, pero es la relación que existe entre Daniel y Julio (los hermanos) lo relevante. Cada uno toma una postura diferente ante la tragedia; a uno lo impulsa un sueño y seguir luchando, al otro, la venganza y el dolor transformado en odio. No es una historia de buenos y malos, sino de cómo los seres humanos reaccionamos ante lo inesperado, el peso que tienen las decisiones que tomamos y la importancia de los lazos afectivos.
Sólo puedo aconsejar a quienes desean ver HERMANO que vayan a la sala de cine con la mente abierta, sin prejuicios, intenten ver más allá del barrio y el malandro, conéctense con una historia que bien podría desarrollarse en cualquier escenario y utilicen el mensaje de la película para reflexionar un poco.
Para finalizar, cabe destacar que las actuaciones fueron excelentes, sobre todo teniendo en cuenta que los protagonistas en su vida habían estado frente a una cámara y que pasaron mucho tiempo entrenando e involucrándose con el contexto físico de la historia para poder interpretar los personajes.