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Franklin Brito: Contra el Pensamiento Famélico


Para Baudrillard existían tres figuras para definir la transpolítica: el rehén,lo obsceno y el obeso.Todas con sus respectivas cargas de terrorismo, entropía, banalidad del mal,nihilismo, patología,resistencia, desafío y reafirmación hiperbólica de los valores de la sociedad del bienestar.

A la cuenta del maestro francés, yo agregaría un cuarto arquetipo contemporáneo: el del famélico, en huelga de hambre voluntaria o no,según sea el caso.

De cualquier modo, vendría a ser el antónimo del obeso y el sinónimo del rehén obsceno, presto a juzgarnos y a señalarnos con su sola presencia.

Lo anterior lo digo, por supuesto, en relación al caso de Franklin Brito. Y lo hago porque, hasta ahora, no me satisface la lectura hecha por el país a raíz de su trágico fallecimiento. Por tanto, yo también cumplo, a mi manera, con responder desde la tribuna del aguante.

En efecto, por ironías de la vida ,sobre el tema se nos quiere imponer una interpretación enclenque, esquelética, desnutrida y desprovista de sustancia. En realidad, con la excusa del fenómeno, el monopolio actual de la polarización y la parcialidad mediática encontró un nuevo caballito de batalla, para seguir aferrándonos a su terreno baldío, a su guerra civil de baja intensidad, a su mediocre escenario maniqueo, con fines estrictamente electorales, de la izquierda a la derecha. Incluso, no faltó a la cita el clásico análisis de centro, desapasionado y mezquino, pero incapaz de dotar al asunto de la mínima complejidad y profundidad necesaria para salir del atolladero.

Por ejemplo, voy a ponerle nombres a mi derecho a replica, a objeto de hacerme entender mejor. En Redes Sociales, Thaelman Urgelles encabezó la bandera de la oposición al publicar su artículo de Facebook,“FRANKLIN BRITO ES UN MARTIR DEL DERECHO DE PROPIEDAD”, donde el cineasta afirmó:

Me da la impresión que este desenlace se terminó de decidir en La Habana, en la reunión del presidente con el dueño de su voluntad. Creo que el anciano sátrapa le aconsejó ser implacable con el Sr. Brito -como lo fueron ellos con Zapata Tamayo- porque de ese modo demuestran que ellos no van a transigir en el tema de la propiedad. Demuestran así que están dispuestos a pagar cualquier precio con tan de abolir los derechos de propiedad.

Cuando se escriba la historia de la esforzada resistencia ciudadana contra el despopósito que se instaló en Venezuela en estos años, el nombre de Franklin Brito ocupará un lugar muy especial, cómo héroe del derecho de propiedad.

Parte de sus argumentos resumen la postura de un cierto sector de la Venezuela empotrada en la mesa de la unidad.

En la otra esquina, cabe destacar como emblema de la miopía del progresismo y de la supuesta crítica con ínfulas de sentencia lapidaria, la posición unilateral y unidimensional de Carlos Bolívar. A continuación, la reproducimos para ustedes: Se define como carroñero a aquel que desea y espera la muerte de alguién para sacar provecho de algún tipo. Veo en las imágenes buitres y zopilotes peleándose el primer plano. Zamuro come bailando.

Todos estaban deseando y esperando la pronta muerte del mártir, mientras tanto preparaban escritos y esquelas mortuorias para usarlas como armas, con desesperación miraban pasar tiempo que se agotaba y nada pasaba, por fin ocurrió y ahora showtime. Los carroñeros comen bailando.

Al respecto, el mismo autor comparte un comentario de Milagros Mata-Gil para reforzar su punto:

No estoy de acuerdo conque Franklin Brito haya hecho una huelga de hambre hasta morir. Es uno de esos hechos que oscilan entre el heroísmo y la inutillidad. Entre la dignidad y la irresponsabillidad….

En síntesis, el razonamiento precedente encarna uno de los sofismas utilizados por el gobierno para defenderse ante las acusaciones de quienes lo incriminan y lo denuncian por la muerte del personaje en cuestión. Por lo visto, como diría Chomsky en su estudio de la propaganda, para el gobierno hay víctimas dignas e indignas de su compasión.

Si la protesta es contra el imperio, recibe la atención de las cámaras de Telesur, VIVE y VTV. Si la condena es a la gestión revolucionaria de los camaradas rojo rojitos, pues se le califica de apatrida, oportunista, panfletaria, sensacionalista, pornográfica y amarillista.Es la teoría de Andrés Izarra(con o sin las risitas incluidas).

En consecuencia, sí resulta positivo y bueno mostrar los horrores y las violaciones a los derechos humanos de las dictaduras enemigas, como Honduras e Irak. Pero el tabú es casi una obligación moral y diplomática, cuando se trata de hablar,a calzón quitado, del expediente nefasto de tiranías aliadas y asociadas como las de Irán, China y Cuba, cuyos regímenes oprimen a su población con guante de hierro,censura y castigo a la disidencia.

Por último, entre apocalípticos e integrados, surgiría una corriente alterna proyectada por «Panfletonegro» en el ensayo, “FRANKLIN BRITO: METÁFORA DE LA OPOSICIÓN”, firmado por Chamán Urbano. Al respecto, aquí los dejo con su conclusión:

“Todos conocemos la historia, al menos en su versión pública. Le expropiaron las tierras y lo único que encontró como arma, después de todo, fue su cuerpo. Se puso en huelga de hambre hasta que hoy, finalmente, sucumbió a los efectos de la inanición.

Ya en el tuiter circula un mensaje que a la oposición le parece llena de activismo político, una fantasía con nombre propio –política 2.0. Todos abren de nuevo el capítulo de la quejadera y las maldiciones al gobierno y, en especial, a Hugo Chávez.

Franklin Brito lo dijo: “Mi muerte demostrará que Chávez es un asesino y un corrupto”…favor RT

Personalmente creo que, mas allá de las buenas intenciones que buscan transmitirse con este lamento, lo cierto es que la oposición debería respirar profundo y sentir pena ajena. Franklin Brito es la metáfora perfecta de los adversarios del gobierno venezolano; ambos tienen en común el ser la denuncia que grita hasta consumirse, y sin lograr efecto, de paso.

De hecho, la oposición se puso en huelga de hambre cuando, con el cuento de la falta de transparencia, se retiró masivamente de aquellas elecciones parlamentarias. El resultado, ya todos lo padecimos, fue que la Asamblea quedó en manos de los chavistas, dándole más poder a nuestro mayor alucinado y acabando, de plano, con cualquier idea de separación de poderes públicos.

Ahora queda menos de un mes, y la oferta no pasa del odio a Chávez. Este 26 sabremos si la oposición aguanta o, como Brito, se consume en la pataleta. Venezuela, país de ciegos, sordos y, además, suicidas.”

Así quedaría zanjada la polémica, al parecer de los bandos y grupos en disputa. ¿Notan la relación? ¿Distinguieron su punto de unión? ¿Identificaron sus parentescos?

Naturalmente, a pesar de las diferencias aparentes, guardan una evidente conexión alrededor de un problema común, típico de la época, sintomático del período. Es el énfasis y la pretensión de ofrecer y desarrollar un discurso cerrado, monolítico,determinista y dogmático, carente de matices y de gradaciones, en blanco y negro. Tal como la opinión sesgada y autoritaria del Presidente. Una fórmula intelectual desprovista de calorías,tipo “fast food”. A semejante dieta nos tiene acostumbrada la cartilla de razonamiento intelectual de la Quinta República, con el propósito de mantenernos condicionados al estilo del Perrito de Pavlov. Para mí es el epítome o la descripción de una enfermedad nacional:el pensamiento anémico,delgado y enflaquecido, fase superior del pensamiento débil estudiado por Vattimo.

Por eso, nos abocamos a impugnarlo, refutarlo y contestarlo.¿Quién fue entonces el ciudadano Franklin Brito y por qué se sometió a la tortura de morir de hambre? Yo humildemente no tengo la respuesta, la palabra definitiva. Únicamente puedo contribuir con mi respeto, con reconocer mi total desconcierto y con apostar a su reivindicación como persona. Ya basta de caricaturizarlo de lado y lado, de minimizarlo o magnificarlo en su gesta personal. El tiempo nos dará la justa medida de su impronta.

En aras de elevar el tono de la discusión, me despido con un puñado de analogías, para ir al encuentro del sentido, más allá del esquema de Tirios y Troyanos.

Hay huelgas de hambre triviales, frívolas y superficiales. Son las de las niñas del Miss Venezuela,empeñadas en conservar la línea a punta de sacrificios banales.Por su esfuerzo desesperado, podrán obtener una corona de plástico. Si pierden,nadie las recordará en el futuro. Muchas morirán en el olvido y personificarán la cara oculta y oscura de un país fascinado con su belleza circense,como Narciso,ante la falta de pan. Nuestras anoréxicas del Salón de la Fama taparán el genocidio silencioso de una democracia fallida, responsable por la muerte de miles de niños al año por culpa de la desnutrición y la inanición.

De igual modo, así funciona el planeta tierra. El primer mundo engorda hasta reventar, a costa de la miseria del tercero. Luego para limpiar sus culpas, hace campañas de repartición de alimentos en Haití, a cargo de sus estrellas más cínicas e hipócritas como Angelina Jolie y George Clonney.Es la pesadilla de Darwin. Paradójicamente, ambos comen en restaurantes de lujo, a manos llenas, mientras regalan migajas a los niños y menesterosos de Puerto Príncipe.

Fíjate, algo similar ocurre con los defensores mediáticos de Franklin Brito. Como tú y como yo, no conocen la necesidad. Se alimentan bien y disfrutan de su tres golpes diarios. Desayunan arepas, almuerzan en restaurantes y cenan en la casa, como dios manda. Pero después se llenan la boca en nombre de la huelga de hambre de Franklin Brito.

Por fortuna, hay huelgas de hambre dignas de mención y remembranza. Acuérdate de la principal en Reino Unido, protagonizada Bobby Sands dentro y fuera de la pantalla e inmortalizada por una obra maestra del cine,”Hunger”. Su mérito es retratar y hacernos copartícipes del dolor del miembro del IRA,elegido parlamentario por su hazaña. Lastimosamente no sobrevivió para contarla. Sin embargo, hizo historia como Gandhi, Patricia Troncoso y Roberto López Chávez(muerto en Isla de Pinos,Cuba, en 1966).

A ellos se les sumará ahora Franklin Brito.Guste o no, su fallecimiento imprimirá una huella indeleble en el devenir de nuestro acontecer nacional.

Su cuerpo huesudo y maltrecho, de pintura negra de Goya, nos perseguirá como un fantasma, como un alma en pena, como una imagen manufacturada por el barroquismo criollo, para inconscientemente tumbarnos la autoestima y dibujarnos un esbozo perfecto de nuestro fracaso como Nación.

Paz a sus restos.

Un cadáver exquisito implantando en nuestra memoria.

Saturno volvió para devorarse a uno de sus hijos pródigos.

Bienvenidos a nuestra pesadilla expresionista.

De regreso al Diario de los Muertos.

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