Si ser imbécil (Del latín imbecilis, o débil en grado sumo o de flaca inteligencia )le costara a la gente algo (un idiot-tax, por decir) habría mas pobres de lo que actualmente vemos. Uniéndome a la moda post-electoral, escribo porque algo sencillamente no cuadra, no se le ve masa a la Arepa Mental Venezolana (AMV). Al observar las fotos de los líderes estudiantiles y de los factores que ocupan espacio en la MUD, en el mismo instante en que los pseudoresultados salieron a la luz pública, impresiona la falta de proporción entre el resultado real y práctico y la alegría expresada por ellos, lo cual me produce algo más que una vaginosis mental.
Resultados a las mas de 6 horas de haberse cerrado el proceso, tardanza más que incoherente y diabólica, deja ver, no sólo el grado de desprecio que tiene el ente comicial hacia los grupos bipartidistas existentes, sino la imbécil respuesta de los partidos acostumbrados a la limosna informativa oficial. Sólo esto es comparable al médico que después de hacerte un tacto rectal, pide que le tires un besos de despedida o que te informen que no te cobrarán el pedicure de tu pie post amputado o peor aún, que los Bomberos te digan que lograron salvarte el dedo, mientras te lo entregan en un frasquito de mayonesa con formol.
Fuera del análisis político/místico opositor ¿Qué nos queda? Una elección donde nadie ganó realmente. Todos, absolutamente todos no sólo no ganaron, sino que perdieron (Y no es lo mismo no ganar, que perder). La oposición logro menos diputados de lo que les corresponde y el gobierno tiene reducido parcialmente su margen de acción (he allí la imbecilidad del asunto).
Es como el coitus interruptus… anotaste ¿Pero hasta qué punto?
Betancourt, Leoni, Villalba y hasta -que Dios me perdone- Caldera, se deben estar revolviendo y volteando en sus tumbas más que Parkinsoneano haciendo omelletes, luego de haber presenciado, desde la ultratumba, la victoria verdaderamente fecaloidea obtenida por ambos bandos; y peor que la misma pseudovictoria, es su imbécil presentación y, su -aun mas imbécil- venta por parte de la MUD.
En Política se está circuncidado o no, no medio circuncidado. Ganas o pierdes, thats it. No es que no perdí, pero tampoco no gane o gane perdiendo o perdí ganando! Uganda (con el perdón de los ugandeses), allá vamos!!! A pasos de ballet!!! Pas de deux…Pas de trois…Punta-punta!
Nauseabundamente libres, desde un país donde los Mandelas y los Ruiz Pineda tienen que fallecer-a juro- de pequeños (Ya que no hay razones suficientes para explicar sus ausencias actualmente) y desde donde el Himno Nacional debió haber sido sustituido, hace ya mucho tiempo, por la canción introductoria de la Dimensión Desconocida, les dice hasta la próxima «Rod Serling, Venceremos!».
jajaja me ha agradado, lo mas divertido es ver como los distintos partidos se ponen a explicar que fue lo que lograron, unos lograro regresar del mas alla con un cortauñas luego de voluntariamente se lanzaran al vacio del abandono y los otros bueno… luego de poner en marcha la operacion demolicion se ponen ahora que el resultado reafirma la revolucion…
y bueno ahora no se pierda los capitulos de asamblea nacional death match, ya por lo menos no sera esa levantadera de manos y aceptacion de cuanta vaina diga el presidente, algo, aunque sea muy poco, es algo no????
saludos
Gracias por tu comentario The Goddamn Devil! tu frase «unos lograro regresar del mas alla con un cortauñas luego de voluntariamente se lanzaran al vacio del abandono» lo resume muy bien. lamentablemente la levantadera de manos continuara saecula saeculorum. pareciera que es facil vender una victoria como si fuese oro, cuando de verdad el resultado practico vale menos q un litro de diarrea.
buen analisis el de este pana (teodulo Lopez m.)
http://www.ivoox.com/analisis-resultados-26s-audios-mp3_rf_377330_1.html
No habia leido tu excelente articulo.
Gracias por decir que el REy està desnudo y romper la ilusion de cristal.
Saludos
Hola krisis. muchas gracias por tu comentario. un abrazo
A la oposición le está pasando más o menos lo mismo que a la vinotinto en la era Páez, da la sensación de estar logrando grandes cosas pero los resultados tangibles dicen lo contrario.