Siguen llegando mensajes. Ahora que el plazo lo movieron para un fecha más lejana, ahora que no tiene plazo … y el plazo…el placismo eterno que nos hace ser lo que somos (Burocráticamente, el papelito del papelito para que te den otro papelito, saecula saeculorum).
Busco …y sigo buscando…y nada, un demonio. No consigo alguien que diga «Señoras y Señores, Pequeños Fuhrers …relax…cuenten: Uno…dos…tres…y visualicen la susodicha cosa esa de alistamiento…ahora imagínense que se convierte lentamente en un…en un… un ….Supositorio…así es…visualícenlo…un Supositorio….ya saben que hacer con él…Gracias. La Gerencia.» (Escribo esta Idiotez para no decir lo que prosaicamente debe ser dicho!)
Nadie. Nadie…mientras llegan más mensajes con los fulanos «requisitos».
La nazificacion continúa y no se avizoran personas lo suficientemente capaces para detenerla. Entra en vigencia la pseudo-ley y la persona «decente» dentro de nosotros se esconde, se sustituye la Resistencia (la cual nunca hubo), por la Decadencia. Es como si durante una violación grupal, la víctima le pidiera a los violadores que mantuvieran el orden y que cada quien respetara su turno.
Cuando en una página web pro-gobierno, reclaman de una manera más seria, fuerte, concisa y practica (!!!) más que la MUD y el resto de la sociedad contra la aplicación de la LCAM, ¿Qué nos queda? Una indefensión total y absoluta. Si el Reich decide pasar la aplanadora, es muy difícil detenerle, mas cuando nosotros mismo le señalamos el trayecto a seguir.
Sencillamente somos despreciados (y des-preciables )por el Estado.
Se le aplica a todos y cada uno el principio nacionalsocialista de «Lebensunwertes Leben» o de «Vida indigna de ser vivida». La categorización que lleva a exclusión y la militarización que lleva a exterminación tienen el campo abierto. Algo huele mal en Dinamarca y no fue el cadáver exquisito que deje guardado allí.