Festival de Cine de Mérida 2010:¿De nuevo el Mal de Páramo?

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Arranca la edición 2010 del Festival de Cine Venezolano de Mérida, con sus pros y sus contras de costumbre.
Por un lado,se asume como una celebración de la industria criolla, en desmedro de la reflexión crítica, la cual parece brillar por su ausencia en la mayoría de talleres y foros(sobre todo de carácter técnico).Algunos dictados por gente inmadura,novata y nada solvente en su propio oficio.Mosca.No te dejes engañar por el empaque y la imagen de éxito.

Por el otro,ofrece una muestra limitada de estrenos en competencia con títulos ya exhibidos en la cartelera.De paso, ahora le hace sombra el certamen de Margarita y el resto de encuentros nacionales e internacionales.

Para rematar, la escogencia del jurado tampoco resulta afortunada o redonda, a mi modo de ver.
De los cinco miembros, sólo pongo las manos en el fuego por dos: Iván Trujillo(Director del Festival Internacional de Cine en Guadalajara) y Erick González(Director de programación del Festival de Toulouse Francia). Los demás son discutibles, desde la imposición de Elio Palencia(guionista de «Cheila»), pasando por la inclusión forzada de Luis Armando Roche, hasta llegar la humanidad de Efterpi Charalambidis(especie de figura comodín, sobrevalorada por el gremio ante el supuesto éxito de «Libertador Morales»,película de una demagogia boliburguesa inaudita).

¿Hay conflicto de interés de por medio?¿Es necesario convocar a los consentidos del proceso para elegir a los ganadores? ¿Cinco personas son suficientes para representar la voluntad popular no sólo de un Festival sino de un país, como con lo del Oscar?¿Hay democracia, dedocracia o burocracia en la jugada?

La selección oficial proyectará un promedio de 13 títulos de factura reciente, con el regreso de viejos conocidos, siempre dentro del estricto formato del largometraje de ficción. Es decir, el documental queda por fuera,como la guayabera, así como la posibilidad de integrar y reconocer nuevas tendencias de experimentación audiovisual. Demasiado conservador y ortodoxo para mi gusto.
A tal efecto, los jóvenes deberán conformarse con el cajón de sastre del Maratón de Cine Átomo, cuyas premisas y reglas lucen un tanto desfasadas para la época.
En su momento, el Cine Átomo fue un vulgar refrito del Dogma 95, inmediatamente traicionado por sus fundadores.Por tal motivo,cuesta tomárselo en serio en la actualidad.
Ojalá los colegas encargados de cubrirlo den la talla y digan las cosas por su nombre, en vez de dedicarse a hacer relaciones públicas,asegurarse la hallaquita para Diciembre y tomarse fotos con las mentadas estrellas de la farándula local.
Por acá, aguardaremos por sus reportes y entregas diarias, más allá del fashoneo y la actitud alternativa.
También será interesante medir el impacto del evento en redes sociales, por vía de Twitter y Facebook, donde la libertad de expresión buscará eludir las barreras de la censura y la automordaza.
Allí apostaremos por la disidencia,el debate,la resistencia y la respuesta al reinado de la glorificación evasiva,políticamente correcta.
Sería una hipocresía y una perdida de plata, reducir la iniciativa a un simple acto de repartición de condecoraciones,palmaditas en la espalda y trofeos al mérito.
Son tiempos de crisis y no andamos para escapismos hedonistas y egocéntricos.
Cuidado con caer en una pantalla de optimismo ciego, cuando los problemas de la realidad nos desbordan.

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