Oh Soledad tan cerca y tan distante.
Dejas tu huella solo con pensarte.
Empiezo a cercenar la materia que te hace mujer,
la distancia que la aurora no se cansa de imponer.
Tengo a mis costados la gelida necesidad de tu abrazo apasionado.
Oh Soledad, he estado sumergido en tu vicio,
creí haberte palpado pero ahora apareces
y me alejo de lo que siempre he deseado.
Mi tiempo es proclive a abandonar los esteros
y navegar por tus costas como un ruiseñor en desespero.
Oh Soledad, mis huesos reclaman la calidez de tu esperanza.
Voy concibiendo mi muerte como gratitud a tu pulcra enseñanza.
Si sigo en tu memoria de conciencia inmediata y brusca.
sería sinonimo de reciprocidad emocional, el que detengas tu tiempo y mires hacia atras.
Tratando de acertar tu interés en mi corazón sin templo.
Oh Soledad, soy un latido moribundo que en el velo existencial de la razón, clama por tí.
Oh Soledad, tan fría en lo real y tan viva en mis anhelos
enfrento el vacío de mis existencia en tus pupilas
evito el naufragio de tu semblanza en mi agonía
Oh Soledad, tu sonrisa onirica es poesía en mis desvelos.