Camina lento y muy por detrás de la vanguardia del imaginario zombie.Carece del humor negro y de la dimensión política de George Romero.
Hasta ahora es una versión solemne y telefílmica según el esquema melodramático y neoclásico de Frank Darabont.Le falta mucho.
Para mí, con el primer capítulo fue suficiente.Prefiero Zombieland.Sin embargo,rescato los efectos especiales,su montaje y su concepción del suspenso al límite del terror físico.
El subtexto no puede ser más reaccionario.Es casi la negación del carácter contracultural del género,paradójicamente devenido en un arma de la represión.
Pero en general,me fastidia el tufo de rearme moral a través de otra glorificación conservadora de un policía a la búsqueda de su familia.
El director nos sorprendió en pasado con la estupenda de «The Mist»,aunque nos había decepcionado con «Sueño de Fuga» por su aire de cine choronga.
En «Walking Dead», el realizador conjuga sus dos obesiones conceptuales para concebir una serie de televisón al uso, con poca identidad.
El tema interracial lo sigue acompañado como director. No obstante, lo continúa abordando desde la corrección política.
Formalmente, percibimos una clara vocación de rendirle homenaje al filón western. Por desgracia, el tributo se queda en la superficie de la nostalgia.
Al final, regresamos al terreno preferido por John Wayne:el de la reconciliación con los valores tradicionales en un tiempo de crisis.
Es una fantasía caduca repetida mil veces,donde el mal debe ser redimido por el bien a punta de pistola.Charlton Heston la celebraría de pie.
En resumen, se trata de un enfoque mainstream y corporativo sobre el fenómeno en cuestión.Hollywood vuelve a tergiversar una idea original para convertirla en franquicia anodina.
Hoy los zombies justifican la acción del héroe, como monigotes deshumanizados. Antes eran mejores y menos tontos.Incluso,les daban lecciones de ética a los protagonistas.
«Walking Dead» es una serie adecuada para los tiempos de victoria y de regresión, planteados por el Tea Party en defensa de sus proyectos anticuados,después del once de septiembre y la caída de Wall Street.Pura codicia y poder.
Encima,luce como un refrito de «Lost» al estilo de «Bonanza».También roba de «Guerra de los Mundos» y de miles de referentes postapocalíticos como «Yo,Leyenda».
Se basa en la historieta gráfica homónima. De ella se adapta su diseño estético.Con todo, la fuente de inspiración es superior a su replica.
Lo dicho:preferimos a los muertos en vida de los sesenta,setenta y ochenta.Remeber «Thriller» y «Night of The Living Dead».
De igual manera, reinvidicamos el trabajo iconoclasta de obras maestras del absurdo posmoderno como «Shaun of The Dead».
Últimamente, la caja boba opacaba a la meca y al resto de las plataformas mediáticas covencionales.Con el estreno de «Walking Dead» sucede a la inversa.
Podemos darla por vista y cancelada.Paz a sus restos.