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MAKLED, LA MANZANA DE LA DISCORDIA (O LA POLITICA EN ACCION)

Muchos creemos que la política es turbia por definición. Esta idea aplica especialmente a la política venezolana. En un país donde el estado es tan enclenque, donde las instituciones parecieran meras fachadas que esconden el medievalismo de las prácticas culturales, resulta muy difícil pensar en acciones transparentes o apegadas al estado de derecho.

Así que, a primera vista, la petición de extradición de Makled por parte de Venezuela, luce más como el intento para que no se destape una olla aun más grande que la del famoso maletín en Argentina. Pobre Colombia. Frente a ambas peticiones -la de Venezuela y EUA- quedo como Paris cuando le pidieron elegir cuál de las dos diosas era la más bella, si Eris (Discordia) o Afrodita.

Con este post solo quiero destacar que cualquier decisión es, necesariamente, problemática. Para decirlo en corto, el conflicto es inevitable, independientemente de la decisión tomada. Veamos:

Ya solo con estas tres notas, podemos ver la presión de Paris/Colombia. Darle la manzana a EUA implicaba ganarse el odio visceral y enfermizo del comandante. Tropas a la frontera y todo el show mediático que tanto critican los revolucionarios (¡Ah, pero verdad que estamos hablando es de “soberanía”!).

Finalmente, Paris/Colombia le ha dado la manzana a Venezuela/Discordia pensando que, quizás, con este gesto, apaciguaría la ira del Chávez y promovería la curación de las heridas relaciones bilaterales. (Vaya usted a saber que retorcidas tramoyas habrán salido a relucir en la negociación colombo-venezolana. Recordemos que Colombia como estado tiene más consistencia. Aun así, las vinculaciones de los políticos colombianos con la guerrilla y el narcotráfico nos hacen dudar, también, de acciones transparentes por aquellos lados).

En fin, la manzana ha sido puesta sobre la mesa. Ahora EUA ocupará el lugar de Discordia. Su estilo no serán las amenazas, a lo Chávez, sino la coacción a través de los convenios bilaterales que sostiene con Colombia. Eso lo sabemos. La política exterior del coloso del norte es directa y contundente. Ojo por ojo y diente por diente, para usar la imagen bíblica.

Interesante panorama, donde la decisión no ha sido, precisamente, para ahorrar dinero en el pasaje de Makled.

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