(En Mateo 22,21) Jesucristo dice: Dad, pues a César lo que es de César, y a Dios lo que es de dios.
Este principio puede ser tomado como ejemplo dentro de algunos Estados actuales (César) que se caracterizan por seculares o Laicos es decir: Que no se estructuran bajo ordenamientos Clericales y se encuentran independientes ante cualquier determinación religiosa; además permiten el libre culto de prácticas religiosas. En segundo punto la representación de Dios es competencia del estado del Vaticano que a través de sus “COETUS PECULIARIS”, colaboradores directos (Obispos, Sacerdotes) son designados por medio del máximo representante de DIOS en la tierra (EL SUMO PONTIFICE: EL PAPA).
Esto podría verse a primera vista como el aspecto formal. Pero como fondo ¿en realidad se cumplen a cabalidad tales principios?, (El edicto de Milán) aprobado por los Emperadores Constantino y Licinio (311-324) Permitió la primera relación entre (IGLESIA-ESTADO) que propugnaba a los emperadores permitir la libre práctica del culto religioso, que posteriormente fue confiriendo mayor poder al PAPADO para interferir en los asuntos del Estado. Esto propicio que los posteriores reyes Cristianos lograran que occidente asumiera el principio de la CRISTIANDAD.
DICTADURA ECLESIASTICA
El ordenamiento al que se somete la institución eclesiástica cumple principios estrictamente totalitarios hacia sus componentes internos y externos es decir: (La condición sexista) que no permite la participación protagónica de la mujer, la discriminación de condiciones humanas para predicar la palabra, como también, se le exige a los estados en detrimento del uso del monopolio legítimo de la fuerza, que éstos deban permitir ciertos patrones conductuales y de financiamiento económico, que comprometen al estado a mantener los asentamientos Católicos e influenciar en algunos aspectos de la vida cotidiana de los ciudadanos laicos como: Matrimonio, divorcios, obras benéficas, entierros, educación religiosa.) Lo más importante son las capacidades del derecho canónico para autorregularse ante cualquier delito que pueda atentar sobre los derechos humanos y que puedan generarse en el seno de cualquier diócesis Cristiana a nivel Mundial. (A ESTA SERIE DE DERECHOS E INFLUENCIAS SE LE CONOCE COMO CONCORDATO.)
Un dato histórico importante a resaltar en Venezuela es: Que durante el gobierno de Rómulo Betancourt (1960), se firmó el primer y vigente CONCORDATO. Confiriendo una gama de derechos a la iglesia católica en el país. Por ejemplo: inmiscuirse directa y descaradamente en política, economía o imponerse ante otros tipos de cultos religiosos menos influyentes.
VICARIOS DEL SEÑOR Y PEDERASTAS SEXUALES
La excusa perfecta para cometer este tipo de atrocidad humana, es resguardarse bajo la imagen de la iglesia. Blindarse por medio de los dispositivos jurídicos del derecho canónico, o, hacerse el de la vista gorda y pretender TAPAR EL SOL CON UN DEDO. Los constantes hechos de pedofilia representados por funcionarios de Cristo como hacen llamarse, han sido realmente un golpe bajo para la credibilidad de la iglesia Cristiana, que actualmente se mese en una cuerda floja. Es importante resaltar el complicado problema Jurídico que enfrenta al Derecho Civil y el Derecho Canónico al momento de hacer aplicable el peso de la ley a los infractores de estos delitos, ya que, existen ciertos mecanismos que permiten a la iglesia evadir y ocultar la gran magnitud de este problema, al que también, contribuye la misma ciudadanía, al momento de permitir por miedo, sobornos, amenazas y hasta respeto a las autoridades eclesiásticas toda esta gama de abusos y perversidades(Pedofílicas y Homosexuales) en las que incurre actualmente, un porcentaje bastante elevado de la congregación católica.
El PAPA acaba de pronunciar recientemente y en pleno SIGLO XXI, que la iglesia al fin permitirá, el uso de preservativos para las actividades sexuales. ¡Qué decisión tan sensata y acertada! ¿Será que ahora el vaticano piensa incursionar dentro del Mercado sexual con la fabricación de preservativos? ¡Quién sabe! los designios del señor son impostergables y sabios. Dejemos que la GRAN RAMERA (Apocalipsis 17) lo decida.