Río carmesí, brota de tus manos exhaustas y heridas.
Esperas con impaciencia la flor indicada;
Pero dudas de su existencia…
Comienza a marchitar la vida,
El deshojar lento de los pétalos, el viento los disipa.
Venenoso se torna tu lecho.
Nada florece, la perfección que anhelas
jamás llega.
Acaso no te das cuenta?…
Entre todas las rosas que has acariciado,
La más imperfecta, nunca se marchitó.