Tenía entonces trazada la línea de planes del viernes pasado. La exposición de libros, el encuentro con el medio de artistas de la ciudad y el final de la tarde en términos claros. Fue entonces como la línea de planes se empezó a mover; cuando llegué tarde por la lluvia a la exposición y hecho trapos entre un montón de gente pasó. !Paff! me tropiezo con alguien y pido disculpas, al subir la mirada. Allí estaba, era mi ex. Debe haber alguna ley en el universo que te lleve a encontrarte con las personas que no quieres ver los días donde no estás de imagen para mostrarte al mundo. Naturalmente la línea de planes se volvió un garabato. Y la improvisación fue correr por la izquierda. De este modo todo se hizo incomodo. Jugar a los desconocidos y que la mirada fue tan fugaz que no pudiste notar, que esa persona estaba ahí. Y entonces llega el disimulo.
¿Acaso cuando conocemos demasiado a alguien llega un punto en que debemos sencillamente dejar de conocerle? Cuando las personas terminan relaciones en las telenovelas hacen un plan de reconquista, pero en la vida real sienten la extrema necesidad de sacar todo lo negativo del asunto, como quien necesita convencerse de que ha sido lo mejor, y de pronto el mundo se vuelve demasiado pequeño para esconderse. Puede que todo se traduzca a tener personas caminando por el mundo que nos recuerden que nos equivocamos, Y un Ex sea eso que no pudimos hacer. Un error con ropa, que alguna vez no la tuvo.
Finalmente me di cuenta que sufría del síndrome del ex. Cambiamos caricias, tiempo y atenciones por miradas esquivas y libretos de sitehevistonomeacuerdo. Tal vez sea una especie de proceso neodarwiniano el alejarse lo suficiente hasta desarrollar defensas para alguna vez estar listos para un encuentro. O quizá sea una carrera hasta una meta donde simplemente te deje de importar. Creo que ahora llevaré cascos y rodilleras la próxima vez que vaya a alguna actividad donde considere que se pueda coincidir. Y aunque todo esto me parezca ridículamente absurdo, no me deja de ser necesario.
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EXCELENTE!
«Un error con ropa, que alguna vez no la tuvo.» tiempo que una frase no me hacia tanta gracia como esa. El Sd. del (de la) Ex. tiene muchas variantes, entre ellas una pseudo-facomatosis como el Sd. de la «Maigualida» (Santo Dios, cuanta «gente» sufre de esta patologia!)
Saludos
Siempre hay tela de donde cortar sobre estas cosas. Muchas gracias por opinar. =)
Coincido con el comentario que te han dejado antes, esa frase estuvo estupenda, muy acertado el sentido de ella. Un tema muy típico que seguramente nos ha pasado a todos, a mi pasa cada jueves en la universidad. Nos toca hacer maromas para que los nervios no nos ganen y salir airosos de esa terrible/extraña situación.
Mis saludos.
oh, el ex.
pasa, y pasa mas a menudo de lo que aguanta un ser humano.
Buen post!
Lo más patéticamente interesante de nosotros mismos es tener muy presente el por qué ya no estás con tu ex (fue un completo idiota que no te valoró, te monto cachos, celoso, posesivo…); pero basta que lo sepas, lo veas o lo sientas con otra… se te activa la estupidez del no se qué, hasta te atreves a buscar lo que no se te ha perdido, registrando en la basura los recuerdos del ayer. ¿La cura? date una ducha de realidad para refrescarte la memoria y trae al presente el por qué ya no estás más con él y luego bendice la suerte de la otra que agarró semejante «regalito». Santo remedio.