Varios talentos de la nueva comedia americana confluyen en el entramado formal y conceptual de “Megamente”, donde figuran las voces de rostros conocidos como los de Will Ferrell y Tina Fey, hasta participan los impulsores de hitos posmodernos de la talla de “Zoolander” o “Tropic Thunder”, bajo la asesoría del propio Ben Stiller en calidad de productor ejecutivo.
Por ello, la película resulta atractiva para la deconstrucción, más allá de ser el típico modelo en serie de la escudería “Dreamworks”, a camino entre la sorpresa de “Cómo entrenar a Tu Dragón” y la redundancia del fiasco de “Shrek 4”.
Por si a las dudas, las marcas de fábrica del estudio prevalecen a través de seis constantes:una visión paródica de los géneros canónicos(ciencia ficción,animación y cine de superhéroes),una estructura dislocada de la cronología narrativa(sustentada por gags de fortuna disímil), una permanente referencia(medio demagógica)a la cultura de masas(según el credo del arte pop), una subversión del canon clásico por medio del humor negro, una alta definición estética en 3D y una posibilidad de doble lectura,para grandes y chicos.
Por encimita, el film demuele a placer los cimientos del entretenimiento infantil al uso(made in Hollywodd), así como las sacrosantas instituciones y memorias de un puñado de mitos de la industria, al burlarse de “Superman”, Marlon Brando(con pose de “Padrino”),Frankestein y otros estereotipos del tabernáculo fantástico.
Por decir algo, hay guiños al kistch de Lang, Melies,Spielberg,Lucas,Clair y Ed Wood, en una especie de bufonada neobarroca y expresionista a la gloria de lo peor y lo mejor de la “serie b”.
Verbigracia, el personaje del ayudante del villano es un homenaje declarado al engendro esperpéntico de “Robot Monster”, considerado uno de los grandes placeres culposos de la historia. La comparación no es gratuita.
En principio, “Robot Monster” se trata de la absurda cinta de una bestia disfrazada de gorila con una escafandra en la cabeza. Segundo, fue uno de los primeros experimentos en formato 3D, saldado con un estrepitoso fracaso.
Por tanto, una de las virtudes de “Megamente” radica en no tomarse demasiado en serio, al mirarse en el espejo de sus ridículos precedentes audiovisuales, con el propósito de reírse de manera autoconsciente de sí misma y de su sistema de cobijo.
En consecuencia, somos testigos de un inteligente cuestionamiento del simulacro de la técnica estroboscópica. De ahí la conexión con el metamensaje de “Jackass 3D”, cuyo discurso busca transgredir el esquema aludido, para(literalmente)sacudir al espectador en su butaca.
Para rematar, el director de la función ostenta el mérito de haber trabajado para “Ren y Stimpy”,antes de prestar sus servicios en el desarrollo de la franquicia “Madagascar”. Por ende, la vanguardia de la televisión, también consolida la fórmula del éxito de la pieza.
Finalmente, el guión describe la crisis existencial de dos protagonistas en pugna, dos almas gemelas separadas al nacer. Uno sería la reencarnación extraterrestre de “Mi Villano Favorito”. El otro es un titán ,un Apolo, un prometeo caído en desgracia.
A su vez,ambos sumarán voluntades para enfrentar a un tercer caracter, irónicamente formado y diseñado por el “Gru” de la partida. Aparentemente, una trama conocida,nada de especial.
Pero se equivocan. A partir de entonces, comienza lo bueno en materia de escritura latente, porque el libreto esconde un enorme subtexto de resonancias políticas, antropológicas y sociales.
En resumen, “Megamente” es el espejo quebrado del bipartidismo americano y mundial. Sus reflejos apuntan hacia la dirección de Obama, de “Teléfono Rojo”, de la guerra fría y del falso equilibrio del poder,necesitado siempre de un enemigo para justificarse como Leviathan,como Gran Hermano, como “Iron Man”, como culto a la personalidad, como tabla de salvación ante el descalabro global,ante el terrorismo, ante el miedo al vacío.
El desenlace no puede ser más real y menos esperanzador. “Megamente” nos gobierno como el Gran Dictador de Chaplin y Leni, a base de sus trampas de seducción, encantamiento y populismo mediático,alrededor de su parafernalia colosal,egocéntrica,grecolatina, fascista y fashion.
Bienvenidos al control de las mentes al ritmo de Michael Jackson y ACDC.
Un lavado cerebral fascinante(cual distopía retrofuturista).