Los mejores discos de 2010

Siempre con la aclaratoria de que yo no sé nada de nada, y de que confiar en mi criterio es un grave error, aquí les va mi lista de lo mejor que he escuchado este año:

15) Skin — Skin.

Honestamente, yo no daba un céntimo por la carrera de Skin. Luego de ganar el Nuevas Bandas en 2004, le pasó lo que a buena parte de las bandas ganadoras les pasa: desaparecieron del mapa. Al igual que Candy 66, que sobrevive gracias a Jean Carlos de Oliveira, de la formación original de Skin, sólo subsiste Valery Knox. Su primera producción discográfica, titulada homónimamente, es un sólido debut. Obviamente, ya no suenan con la crudeza de sus primeros días, sin embargo, el haber conseguido un sonido menos sucio —más pop si se quiere— les ha servido para entregar un primer disco con mucha personalidad y fuerza. Olas, pudiera ser la canción arquetípica de este nuevo sonido.

14) Cmyk — Los Humanoides.

Tal vez, el concepto de Los Humanoides peque de naif e inofensivo, pero su primer álbum merece escucharse, por tratarse de un disco singular en el panorama venezolano. Más que sonidos modernos, o el clásico acercamiento tardío de algunas agrupaciones venezolanas a la vanguardia electrónica mundial, Los Humanoides prefieren usar sampleos de Atari y Nintendo, sonidos que recuerdan a algunos videojuegos de los noventas (llevo días tratando de descifrar cual es el que usan en Rockin’), aderezados con letras que procuran quitarle solemnidad al trabajo, algo que habría ayudado mucho a todas las bandas electrónicas venezolanas, cuyos discos siempre suenan a tercermundistas jugando a que son modernos.

13) U. E. L. M. — Los Mentas.

Desde que Los Amigos Invisibles se volvieron una banda demasiado seria, Los Mentas pasaron a representar ese arquetipo de los venezolanos que entienden que ser estrellas de rock en este circo al que nos empeñamos en llamar país es absurdo, y que en todo caso, lo que queda es el vacilón y la autoparodia. Al igual que en sus discos anteriores, Los Mentas desarrollan un concepto desde el esperpento, la burla, el doble sentido y una asimilación balurda de la cultura pop. La banda sigue sonando muy bien, pero todavía no llegan a superar Masacre en el Pin 5, el mejor de sus discos.

12) All Delighted People — Sufjan Stevens.

Se ha hecho costumbre llamar “genio de la música” a cualquiera que haga algo que no sea un homenaje a la mediocridad. A Sufjan Stevens le han puesto el remoquete varias veces, y puede que en su caso la afirmación no sea tan exagerada. A finales de año, Stevens lanzó The Age of Adz, pero meses antes había lanzado este falso EP, lleno de canciones maravillosas, plagadas de sonidos folk, electrónicos, étnicos, pop, rock, etc. todo eso que puede etiquetarse como «alternativo». Djohariah, el tema que cierra el disco, dura 17 minutos, y es genial.

11) The Dark Side of the Moon — The Flaming Lips.

Ya sé que es del año pasado, pero yo lo escuché este año. Creo que hay que tener cojones para revisitar uno de los más grandes discos de la historia de la música. O si no, hay que tener mucha desvergüenza para convertir las canciones de Pink Floyd en algo como Bossa n’ Floyd, Chill n’ Floyd, o algunas de las espeluznantes versiones de ese megabodrio llamado Rhythms del Mundo. Afortunadamente, la banda de Wayne Coyne, pertenece al grupo de los corajudos. Su versión de The Dark Side of the Moon es increible. La necesaria revisión posmoderna de un disco que se adelantó como pocos a su época. Permítanme el chiste: The Dark Side of the Moon es el mejor disco desde… The Dark Side of the Moon.

10) De verdad, de verdad, quiero que te mueras — Elaine.

De la nada, tres chicas se reúnen para hacer un disco punk, en una época en la que el punk más que muerto está obsoleto. De verdad, de verdad, quiero que te mueras es rudo pero cursi, enojado pero comestible, fuerte pero en el fondo muy divertido. Elaine fue una gran sorpresa este año. Lástima que sea el único disco que vayan a hacer. Por cierto, este disco, junto al de La Vida Bohéme, Los Humanoides, y recientemente, el de Tomates Fritos, puede descargarse de manera gratuita y legal a través de Internet. Se trata de bandas venezolanas que han sabido adaptarse a la progresiva desaparición de la industria del disco tal y como la conocíamos.

09) Clapton — Eric Clapton.

Las “leyendas de la música” llegan a un punto en que sólo se dedican a dos cosas: hacer recopilatorios, y hacer un disco de duetos con las estrellas del momento. Clapton pudo seguir el camino de Carlos Santana, y dedicar los últimos años de su carrera a hacer un disco de duetos con Maná, Sean Paul y el catirito que canta en esa despreciable cosa llamada Nickelback. Sin embargo, el creador de Layla se niega a morir, y se niega también a la insignificancia. Luego de varios años sin sacar material nuevo, Clapton entrega un enorme disco de blues, fiel a la esencia que acompaña al inglés desde hace mucho tiempo cuando decidió hacer sólo la música que le diera la gana. Es probable que este disco no lo mencione nadie, por eso está aquí.

08) Contra – Vampire Weekend.

Luego de un debut extraordinario, Vampire Weekend, con su segundo disco, no sólo no decepciona sino que cautiva. Desde el afeminado coro de White Sky, la guitarra marchosa de Cousins, el increscendo de Run, hasta el homenaje a Joe Strummer en Taxi Cab. Contra, es un segundo disco que demuestra que esa combinación de Rock, Pop, Ska e Indie Rock Africanizado que tan bien sonaba en su primer disco homónimo, no fue un golpe de suerte, o un destello producto de la casualidad. Hacer un segundo disco como éste hace pensar que Vampire Weekend seguirá sonando por mucho tiempo.

07) Hombre Bala — Tomates Fritos.

Tomates Fritos hace un álbum sin pretensiones y sin poses, un disco cuyo mayor atributo es la sencillez. La voz de Boston Rex suena mejor que nunca. El piano en Juanito es una delicia. El trabajo de guitarras acústicas es magnífico, sobre todo en los intros de temas como Gran cox, y la sobrecogedora Sister Saigon, sin duda, el mejor tema de todo el disco. La melancolía de las composiciones, llega a ser realmente emotiva. Hombre Bala es la cumbre creativa de Tomates Fritos, su mejor trabajo.

06) Congratulations — MGMT.

No es un disco, es una declaración de principios. MGMT detesta el éxito de su primer álbum, así que hace un disco para exorcizarse; sin embargo, lejos de entregar un álbum denso o aburrido, terminan encontrando la maduración de su sonido. Congratulations, la pieza que le da título al trabajo, es clara respecto a lo que piensan sonbre la fama: “But I’ve got someone to make reports / And tell me how my money’s spent / To book my stays and draw my blinds / So I can’t tell what’s really there / And all I need’s a great big congratulations”.

05) Nuestra — La Vida Bohéme.

La gran ilusión del rock nacional era la incomunicación, el llegarle a un público que desconocía sus influencia y los creía totalmente originales. Hoy, eso es imposible. No se puede escuchar Radio Capital, el primer single de Nuestra, sin pensar que esa batería es igualita a la que suena en House of Jealous Lovers de The Raptures. Esto no los descalifica, sólo los hace más terrenales, y eso no necesariamente es malo. Así que sí, LVB suena a The Raptures, Franz Ferdinand, The Hives, y hasta un poco a Bloc Party; pero también suena a excelente producción (El Sentimiento ha Muerto, Danz, Nuestra), a buenas letras (Calle Barcelona, Huxley, I.P.O.S.T.E.L.), y a cierto espíritu crítico (El Zar, Nicaragua). Flamingo, es mi canción favorita de un disco excelente.

04) The Suburbs — Arcade Fire.

Semanas después del lanzamiento de este álbum, algunos críticos musicales lo comparaban con Ok Computer, la obra maestra de Radiohead. Y aunque a simple oída la comparación pueda resultar infeliz, luego de pensarlo, tiene sentido. Si el de Radiohead era un disco sobre la deshumanización del mundo moderno, The Suburbs es un álbum sobre la deshumanización de las ciudades, ese sentido de vida impersonal, agresiva y vacía de las grandes urbes. “In my dream I was almost there / Then you pulled me aside and said you’re going nowhere / I know we are the chosen few, but we waste it / And that’s why we’re still waiting”, cantan en Modern Man, una de las mejores piezas del álbum.

03) This is Happening — LCD Soundsystem.

Si MGMT odia su éxito, LCD también. You wanted a hit es el grito de guerra que abre este disco, cantan:“Yeah, you wanted it lush / But honestly you must hush / No honestly you know too much / So leave us, leave us on our own”, y declaran así su intención de no cambiar, de seguir siendo fiel a su estilo, logrado en su primer disco, pero sobre todo, en su extraordinario Sound of Silver. Si la vida es justa I Can Change se convertirá en un clásico. «Tell me a line make it easy for me / Open your arms / Dance with me until I fell alright«, es la mejor línea que alguien haya compuesto en 2010.

02) Nature | Existence — Echoes.

En un foro, cuestionaban a esta banda porque “su pinta” no parecía la de unos verdaderos rockeros; en otro, alguien se sorprendía de que este grupo fuera venezolano. Echoes, ciertamente, no parece lo que son, por eso escuchar Nature | Existence es una experiencia extraordinaria. Un disco enorme, con un encomiable trabajo de producción, y un sonido poco cercano a cualquier otro que haya intentado alguna otra banda venezolana en tiempos recientes. Creo que no exagero si, como Edvill, digo que Echoes es lo mejor que le ha pasado al rock nacional en mucho tiempo. Lamentablemente, muchos siguen sin enterarse.

01) El Juidero — Rita indiana & Los Misterios.

Hace meses, cuando Maldito Feisbú se convirtió en un video viral, fue que supe de su música. Meses después de ver videos en Youtube y escuchar algún material inédito en la Web, tuve acceso, gracias a una verdadera melómana, a El Juidero, el primer disco de esta cantante y escritora. Mientras el mainstream pone a Shakira como máxima representación de la música latina, por debajo, Rita Indiana nos entrega un disco sublime. Probablemente el futuro de la música latina esté en este álbum que, además de brillante, es endemoniadamente cómico y fresco. Referencias a Héctor Lavoe en El Blu del Ping Pong, la maravillosa historia de una mujer inmigrante en Pásame a Buscá, lo hacen excelente. Pero, para mí, la genialidad de este disco está en la aguda sátira de temas como Feisbú y Esqueibol, sendas burlas a la obsesión latinoamericana con la cultura norteamericana y nuestro pobre intento por imitarla y asimilarla. El resto del disco es una genialidad tras otra. El Juidero es una obra maestra, y lo mejor, es que al oírlo por primera vez no te das cuenta de eso.

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Otros 10 discos por ahí a los que vale la pena que le echen una oída: Surfing the Void de Klaxons, Plastic Beach de Gorillaz, High Violet de The National, Interpol de Interpol, Si No Nos Matan de Viniloversus, Sorrow/Hope de Yani, My Beautilful Dark, Twisted Fantasy de Kanye West, Halcyon Digest de Deerhunter, Hurley de Weezer, y Forgiveness Rock Record de Broken Social Scene.