Uno de los eventos más esperados del año, las expectativas eran enormes y la verdad sea dicha, como espectáculo no defraudó. Por primera vez en mucho tiempo importantes representantes del chavismo y la oposición se iban a encontrar cara a cara en el mismo espacio físico y en trasmisión televisiva en tiempo real. Saber qué pasaría nos daba curiosidad, morbo, nuestra imaginación volaba. Finalmente lo vimos, los análisis e interpretaciones serán variadas y necesarias, por los momentos, procuraré dar mis impresiones en caliente antes de distraerme en otra cosa.
En rasgos generales se podía percibir mucho nerviosismo en ambas partes, y sobre todo, muchas emociones contenidas que finalmente encontraron el escenario para expresarse. Pero analicemos ambas partes por separado.
El chavismo
Nunca mejor dicho: El chavismo. Aquí no estamos hablando de El partido socialista de Venezuela, El partido Comunista o la izquierda venezolana. Quedó más que comprobado durante del mes de diciembre que los diputados oficialistas, la gran mayoría de ellos, son chavistas en general y defensores de su cuota de poder en particular. Y la mejor prueba de ello es que Hugo Chávez los dejó a todos en ridículo, ayer precisamente en reunión de ministros, cuando convirtió la nueva ley de universidades en un chiste en cuestión de segundos.
Muchos de estos diputados son fascistas de larga data. Permítanme un veloz inciso. El fascismo es una actitud, el fascismo es lo contrario a la democracia. El fascismo es la eliminación de enemigo, la intolerancia, la imposibilidad de dialogo. En palabras de Umberto Eco, “el fascismo es una colmena de contradicciones”, escogen lo que más le conviene de cada ideología con un solo objetivo: permanecer en el poder. El chavismo es eso y otras cosas más, pero principalmente eso.
En la practica el fascismo es el paneo que hicieron las cámaras de ANTV, los slogans gritados y vacíos, el saboteo, la ceremonia mágico religiosa que se le hizo a la figura de Simón Bolívar antes y durante el acto y las venas brotadas en muchas de las frentes de la bancada oficialista. El común denominador de la cúpula chavista, y parte de sus seguidores, es el resentimiento, y este sentimiento es caldo de cultivo de cualquier fascismo que ha existido y existirá. Fin del inciso.
El chavismo vino mejor preparado que la oposición, documentos escritos, documentados, tenía su plan muy bien pensado, eso se notó rapidito. Cilia Flores inaugura la velada haciendo una recapitulación de la historia legislativa de la oposición durante el mandato de Chávez. Golpe bajo, valido y dolió, burda. Dijo sus verdades, restregó los números, pasó coleto con Acción Democrática y le dijo bobos a primero justicia. Por supuesto, no dejo por fuera su resentimiento y arrechera congénita acostumbrada, sin embargo, nerviosa, descolocada, incomoda, amenazada, claro que sí.
Los demás diputados chavistas que hablaron, a parte de unos gritos aislados de quinciañeras, nada memorable que reseñar, más de lo mismo. El discurso, ése sí, digno de revisar. Ahí esta más o menos articulada el sancocho chavista, se evidencia lo desconectado que están de la realidad venezolana, la formación intelectual tan superficial y precaria que los hermana, y lo que más asusta, lo jodidos que estamos y estaremos en sus manos. No en vano escogieron como presidente de la Asamblea Nacional a un ex guerrillero de 77 años.
La vaina de las generaciones de revolucionarios les quedó de lo más linda, ¡nos va a pisar un carrito de heladeros! La ventaja de los chavistas es que vienen calientes, muchos de los diputados vienen de años de “legislar”, conocen los procedimientos y las mañas, tuvieron tiempo de prepararse, ése es ya su ambiente natural. Pero siguen siendo los sucios de siempre, los arrogantes pisapasitos de antes de ayer y si alguna vez sus luchas fueron dignas, las deslegitimaron siguiendo ciegamente a un gorila (y todo el aparataje detrás) que destruye a un país rigurosamente.
La oposición
Me pareció que la oposición se fue para la Asamblea Nacional muy confiada de sí misma, de tener las verdad absoluta en sus manos, les faltó más “burdel” a la hora de analizar el escenario donde iban a entrar. Aunque estoy de acuerdo con lo del 52% y la clara violación de los derechos de los dos diputados electos que están presos, no es suficiente. Aunque a muchos nos cueste entenderlo, éste es un juego político, y esperaba que los diputados más experimentados en las lides legislativas abrieran el debate, porque ya conocen el bicho por dentro y conocen a los habitantes del mismo.
Abrir el debate con Alfonso Marquina fue un strike cantado y les explico por qué. Por un lado tenemos a un dirigente opositor formado en la escuela adeca y por el otro, al presidente de la Asamblea Nacional, ex guerrillero que participó en la lucha armada de los 60. Como muchos sabrán, los ex guerrilleros venezolanos odian a muerte a los adecos. Ése es un episodio infame de nuestra historia, donde hay más especulaciones que certezas (y que debería ser mejor estudiada por nuestros historiadores) pero que todo el mundo manipula a su conveniencia, especialmente en un país tan desmemoriado como Venezuela. Entonces toma la palabra Earle Herrera y saca la supuesta muerte del hermano de Fernando Soto (habría que comprobarlo, tal vez ya lo han hecho, lamento ignorar ese dato), se la ponen bombita al pana y todo se vuelve un bochinche de dimes y diretes (Francisco De Miranda ¿Vidente?) #Fail (es mi opinión)
Después habló Richard Blanco, un señor que sabe que esto es una dictadura, pero le falto consistencia. Gómez Cigala, correcto pero algo nervioso, y se entiende, ¡así los sabrán los que padecen de miedo escénico y quienes las hemos enfrentado! y finalmente está Juan José Caldera, que para quien esto escribe, fue el héroe de la jornada. No es por endiosarlo o algo parecido, pero el chamo le dio la vuelta a la partida y dirigió el debate a donde tenía que ser, es decir, recordó porque votamos por la oposición.
Yo no caigo en los slogans pegajosos de Primero Justicia, pero sí creo en la igualdad de oportunidades y en un montón de cosas más que no caben en esta crónica, pero Juan José verbalizo la razón por la que yo voté, un país mejor, de avanzada, progresista y vivible ¡pana!
Conclusiones (¿Esto es lo que hay?)
Sí, esto es lo que hay. Dúdale a quien le duela, esto es lo que hay. Nuestra dirigencia política es producto de nuestra historia, con todos sus defectos y virtudes, somos un país infantil (con apenas 200 años de historia republicana) y también se han visto shows legislativos en el mundo, inclusive más “avanzados”. La cosa es que el venezolano de alguna manera “consiente”, le toca ver un país con todo, que no tiene nada, y eso duele. En fin, pies en la tierra (Y sin ánimos de ser conformista), debemos dejar nuestros complejos y ambigüedades, y sinceramente pensar profundamente el país que queremos.
Eso parte desde lo más fácil, como ser un ciudadano honesto, como analizar sin perjuicios nuestra situación y tener las ganas y disposición para hacer algo, no sé qué es algo, pero me imagino que pueden ser resultados tangibles o intangibles, pero valederos. A nosotros nos toca, criticar seriamente, y dar con una gerencia política mejor. Éste es un comienzo, y como buen comienzo, tiene continuación (los países no se suicidan) pero debemos, como resistencia, ser inteligentes, menos flemáticos, más practicantes de una agudeza de ajedrecista.
Sí, fue un acto lamentable, un principio patético, un discurso de muy baja calidad, desde el punto ideológico o político, como quieran llamarle.
Releyendo la “crónica”, esto parece una reseña sobre un partido de fútbol, así me salió y me siento en la libertad de postearla. De todas maneras, como decimos aquí en Panfleto Negro, que se abra la discusión