La fecha de origen del tercer milenio fue el once de septiembre del 2001.El emblema de la caída de las dos torres definiría y marcaría el rumbo de la agenda audiovisual, bajo su sombra de ascenso y descenso. A partir de entonces, el cine conocerá innumerables burbujas llamadas a redimirlo y a salvarlo de la crisis, ante la arremetida de sus nuevos adversarios mediáticos y virtuales: la red 2.0,la piratería,el home movie,youtube,blackberry,Iphone y los sistemas de descarga gratuita.
La industria, el mainstream,el status y Hollywood respondieron como pudieron desde diversos frentes de batalla, hasta erigir a las franquicias, la estética colosal, el maximilismo, el efectismo y el espejismo 3D como los diques de su muro de contención,de su apartheid cultural frente a la impronta de los vecinos indeseables,de los mutantes de la generación de relevo, a quienes relegaron a la manera de la película sintomática de los tiempos,“Sector 9”, una de las grandes metáforas del período monstruoso junto con “The Host” y “Cloverfield”,todas sobre el hecho de compartir espacio y lugar con la máxima otredad, a efecto de conjurarla,vencerla y doblegarla.
Al respecto, la conclusión de la última era la menos optimista del grupo, pues certificaba la incapacidad de la hegemonía para vencer a su amenaza fantasma,en pleno apogeo del conflicto en Irak.
Cintas como «Redacted»,»Hurt Locker»,»S.O.P» y «Taxi to The Dark Side» confirmarán el fracaso de la intervención del Pentágono en territorio extranjero.
De cualquier manera, la meca iba a concentrarse en la explotación de los géneros canónicos, según el modelo de la Disney a luz de la infantilización de los contenidos de la oferta y la demanda,mientras convertiría al mercado en una extensión de un parque temático del Ratón Mickey. A la televisión y a las divisas independientes de los estudios les delegarían el trabajo de seguir produciendo series y largometrajes para adultos. Así nace y muere el paradigma de “Los Sopranos”, “Lost” y “The Wire” en el ámbito del drama.
Por su lado, la comedia también alcanzaría un clímax de popularidad y pronto perdería fuelle como fenómeno hacia el final del lapso, en tanto clausuraban varios sitcoms de éxito comprobado. Sin embargo, hoy el formato intenta recuperar y mantener su estabilidad de la mano de Sheldon y compañía.Bazzinga!
En paralelo, los independientes lucharon contra la marea y vivieron años de terror, al ser testigos del cierre y la clausura de un puñado de mecenas y empresas protectoras de la talla de “Paramount Vantage”, “Picturehouse” y “New Line”, incapaces de resistir los duros golpes de la depresión.
De igual manera, los pilares de la crítica americana y occidental padecieron las consecuencias del derrumbe de la bolsa, cuando los principales periódicos echaron a la calle a los padres fundadores de la especialidad. La muerte de Many Farber y la reducción del tamaño de “Cahiers Du Cinema”, tampoco ayudarían a tranquilizar las conciencias y los ánimos del gremio,condenado a subsistir en estado vegetativo en la Internet, cual Gustavo Cerati, por puro amor al arte.Sin plata (ni respaldo económico) el futuro parece incierto. Además la llegada de Twitter luce como una estocada definitiva. No obstante, continuamos en la pelea,a pesar de las adversidades, al estilo empecinado de “Rocky Balboa” y “El Luchador”.
Como ellos, no sabemos hacer otra cosa y continuaremos dando guerra, aunque el público y el reinado del espectáculo abucheen. Mutatis mutandis, los Mavericks renunciaron a tirar la toalla y lograron consolidar su pegada durante el siglo XXI, más allá de las condiciones desfavorables.
Polansky resistió su segunda cacería de brujas y salió ileso del trámite al estrenar en 2010 su mejor película de la década, “El Escritor Fantasma”, por encima de “El Pianista”.
Lynch, Scorsese, Oliveira, Solanas, Herzog, Eastwood,Godard,Los Hermanos Dardenne, Garrel,Varda, Daniele Huilet y Jean Marie Straub,Weir,Kiarostami,Kitano,Tarr,Weiseman,Ferrara,Hou Hsiao Hsien,Depardon,Morris,Haneke,Miyazaki,Verhoven,Romero, Jafar Panahi,Mallick,Mann y Van Sant dieron una lección de humildad y constancia a sus pupilos.Rodaron obras maestras a diestra y siniestra, en defensa de su lúcida madurez y humanismo.Entre ellas deben figurar “Elephant”, “Nuestra Música”, “Mullholand Drive”, “Los Espigadores y la Espigadora”, “Golpes del Destino”, “Infiltrados”, “Grizzly Man”, “Los Amantes Regulares”, “Caché”, “Ten”, “Armonías de Werckmeister”, “Los Viajes de Chihiro”, “El Nuevo Mundo” , “Collateral”, “El Libro Negro”, “Master and Comander”,»Diario de los Muertos» y “Fog of War”.
Lamentablemente, muchos autores y productores fallecieron para traer de regreso al fantasma de la decadencia del séptimo arte. Paz a los restos de Antonioni,Bergman,Rohmer,De Laurentis, Monicelli y Hopper.
Por fortuna, arribaron buenas noticias desde la periferia del BRIC y el Ecuador del trendy.La primera década del tercer milenio conocería la gloria y el declive de docenas de vanguardias,modas de prolongación efímera y fiebres globales:el minimalismo del medio oriente, la ola rumana, el efecto tequila, el neobarroco de Bollywood,el cine del vacío y la nausea argentina, el renacimiento de la escuela española,el experimentalismo interactivo,el porno gore extremo,la nueva comedia americana,la ópera musical a lo Broadway en esteroides,la no ficción conspirativa,el horror a la usanza de un reality show,el biopic,la reivindicación de bandas y rockeros malditos,la persistencia francesa,la técnica guerrilla,la poética Tailandesa y Filipina, la naturaleza muerta, el regreso al primitivismo impresionista,el falso documental,el colosalismo Chino,la joven esperanza de Oceanía, el britpop,la emergencia carioca,el resurgimiento alemán y el suceso digital de Portugal.
En el mismo sentido, descubriríamos el significado y el valor de nombres(a veces impronunciables) para la posteridad contemporánea:Raya Martin,Apichatpong Weerasethakul,Wan Bing,Pedro Costa,Jian Zhang Ke,Lisandro Alonso,Lucrecia Martel,Miguel Gomes,Albert Serra,Isaki Lacuesta,Alejandro González Iñarritu, Fernando Mierelles,Corneliu Porumboiu,Cristian Mungiu, Kore Eda,Tsai Ming Liam,Ari Folman,Banksy,Sacha Baron Cohen,Florian Henckel,Bong Joon Ho, Chan-wook Park,Nury Ceilan,Arnaud Desplechin y Carlos Reygadas.
Aparte, se sumaron diversas tendencias al glosario de las imágenes en movimiento. La animación en 2D y 3D convenció a propios y extraños. Los museos sustituyeron a las salas de arte y ensayo. La hibridación le inyectó sangre fresca al recetario clásico.El video clip y el video game compensaron la fatiga conceptual.Los Avatares de Cameron desplazaron a los zombies del «Titanic».Los Festivales combatieron la reducción de sus presupuestos,imponiéndose como vitrinas del talento personal y colectivo.Y la cosecha alternativa jamás se pudo divorciar de las firmas comerciales de Tarantino,Shyamalan,Fincher, Apatow,Spielberg,BurtonAlmodóvar,Paul Thomas Anderson,The Wachowskys,Zack Snider,Wes Anderson,Lasserter,Nolan,Cohen,Scott,Assayas,Haynes,Michael Moore,Stone,Spike Lee,Jonze,Sofía Coppola y Von Trier para garantizarse una indispensable rentabilidad económica.
Pero a la postre, todos los sellos y marcas de fábrica se reunificarán alrededor del abismo del agotamiento,la decadencia,el retroceso y el crepúsculo.
Ni hablar del patético caso venezolano, estancado en su autoindulgente, localista,burocrática y endógena manera de entender el realismo social, al calor de la autocensura,la corrección política,la demagogia televisiva del humor chabacano y la reiteración del esquema melodramático choronga, con aires de importancia. Ciertamente, batimos récords de taquilla en el 2010.No obstante,la memoria y cuenta de la década es poco alentadora, por decir algo condescendiente.Culpa de nuestro onanismo,nuestra polarización,nuestra falta de crítica, nuestro compañerismo,nuestra ausencia de controlaría, nuestro conformismo.
Por tanto,la próxima década es de retos para nosotros y el resto del mundo. Nos corresponde la tarea de reinventarnos,mudar de piel, cambiar de rumbo.De lo contrario el cine desaparecerá como plataforma,evento,hito y tribuna de importancia para la gente.
Los invitamos a pensar en el presente y en el pasado para buscar un destino compartido a futuro.