Cada 28 de Enero, el cine nacional juega a celebrar otro aniversario,otra fiesta de cumpleaños,donde amigos y coleados soplan las velas(con miras a repartirse el pastel del CNAC),se embriagan de felicidad con los numeritos alcanzados en la temporada anterior, declaman arengas enfáticas y pavosas(como de candidato a Diputado), se dan palmaditas en la espalda(ahora por redes sociales), y para colmo de males, buscan la manera de acaparar la atención para ellos,a costa de la conmemoración.
La única y la gran ausente de la pachanga,fue y es la autocrítica,presencia indeseable e incómoda dentro del gremio,en cualquier momento del año. Por ende, las instituciones,los medios,los entes y las figuras, prefieren entregarse al ejercicio de la loca evasión(su alimento principal),en lugar de sentarse a reflexionar y meditar de cara al pasado,al presente y al futuro.
Por ende, el ritual de costumbre es asumir la fecha como pretexto para levantar una suerte de balance triunfalista, carente de verosimilitud, rayano en la hipocresía y cercano a la demagogia de un discurso presidencial de memoria y cuenta, a ser aplaudido sin derecho a la revisión, la discusión,la replica y el disenso.
Por los predios de La Cinemateca,la Plataforma y afines, el gobierno cumple con patrocinar la compra y venta de la torta, al volver a rendirle pleitesía a las vacas sagradas leales al proceso,en desmedro de quienes se mantienen en la acera de enfrente,siempre ignorados de plano. El poder, como es su costumbre,instrumentaliza la efeméride en cuestión a su favor.
Por su parte, la prensa asume una actitud de pasividad conciliadora para evitar problemas y garantizar la satisfacción inmediata del cliente, bajo el regalo condescendiente de la corrección política. Somos buenos, bonitos,baratos y también nos merecemos sonreír y elevar las copas, aunque sea por 24 horas. Semejante triunfalismo nos hace mal,nos tiene de cabeza y marca la pauta de la verbena nacional, en estrenos, entrevistas, festivales y galas de consagración.
Aun así, tan sólo se trata de una ilusión, de una fantasía, de un espejismo borroso y efímero en 2D. Después vendrá el ratón moral a cobrar y pasar la factura por seguir emborrachándonos de éxito, desde la inconciencia del despilfarro.Es muy chévere compartir la alegría del instante, pero también es necesario detenerse a pensar un poquito.
En efecto, para nosotros la realidad es distinta. El país se nos cae a pedazos,llora sus muertos de cada hora, asiste a un espectáculo decadente por el canal de la Asamblea, y constata la involución republicana de su democracia al límite del autoritarismo, del vacío, del abismo.
Normalizamos la intolerancia, la cacería de brujas(incluso en el seno de la propia Villa), el abuso, el irrespeto, la propaganda, el robo electoral, la corrupción, la negligencia, la prepotencia, el culto a la personalidad, la discriminación, la amenaza y el cierre técnico de la polis.
Abrigamos la fórmula del escapismo histórico, la comedia frívola y el melodrama choronga(dizque comprometido),como mecanismo de defensa y justificación de una obra audiovisual en franco retroceso y estancamiento(binario).
No salimos de la década del setenta.Continuamos anclados en los anacrónicos dilemas del año 1989. Nuestro cine huele naftalina,alguna veces a podrido y en ciertas ocasiones a guiso, a gato por liebre. La mayoría se conforma y compra el ticket. La minoría espera por un cambio radical de 180 grados.
Yo pertenezco al segundo grupo y todavía guardo una pizca optimismo,porque las generaciones de relevo ya muestran y exhiben síntomas de mejoría de cara al viejo régimen,aunque persisten las taras del vano ayer.
La invitación es a no cruzarnos de brazos, a no tirar la toalla, a no dejarse vencer por la apatía.
El reto es deconstruir y reconstruir una modernidad y una posmodernidad extraviadas y perdidas en el laberinto de la entropía, el localismo,el provincianismo kistch,la medianía,el costumbrismo,el populismo y el paternalismo.
Good bye Lenin.
Bienvenidos al descubrimiento del cine nacional del mañana.
Es tu misión encontrarle una salida a su atolladero.
De pana.
Las alternativas existen.
Es tiempo de experimentar con ellas.
Despídete y reinventa el modelo clásico.
Es una opción válida.
Lo demás será fruto de tu ingenio.
Buena suerte.
Un buen paso para comenzar es que los schneider novoa no filmen nunca mas y si joel lo desea hacer que lo haga por merito propio al igual que otros operaprimistas que salen al ruedo por ahi y critican a la vieja guardia sin darse cuenta que estan mas vinculados a la facilidad y comodidad de la palanca que al merito para que le den sus realitos para hacer su peli
Estoy de acuerdo. Saludos.
Excelente Sergio, como dice Cabrujas: no hay fanfarrias solemnes.
Hey,está pasando una estrella fugaz: Hello there astro decadente, recipiente de la superstición humana, a ti era a la única que no le había pedido un cine decente para mi maltratado país. Sería tan reconfortante en estos tiempos.
Pero bromas a parte, creo que si le quitas la burocracia y el venezolano, de una vez por todas, pueda criticar una película mala sin sentirse culpable, el cine nacional habrá recorrido la mitad del camino.
Saludo, abrazo
Buen comentario,Adriana.Saludos y abrazos.Por cierto,increíble la entrega de ayer.Soy fanático de tu novela por entregas.No me pierdo el próximo capítulo.Tienes un compromiso con nosotros.Todo lo mejor.
Gracias Sergio, un honor y toda una responsabilidad.
Tu artículo es la felicitación más sincera que he visto en las redes hoy. Nos seguimos leyendo
Seguro Adriana.Un placer leerte!
Y cuando carajo el tal Monsalve hara algo decente? ademas de hablar paja y los hala bolas que le aplauden como focas, es como un Chavez pero de la derecha
Personalizando la discusión como siempre.No hay argumentos.
Criticar no es hacer algo. ¿Supongo que ir a la celebración, aplaudir y atiborrarse de pasapalos, sí?
Para ellos los críticos somos unos parasitos como en la época de Hitler con los intelectuales,a quienes llamaban de «seres decadentes» para abajo.De verdad,muy triste.
Gracias por la solidaridad,estimado Krisis.
Saludos y abrazos.
¿POR QUÉ SI EL CINE VENEZOLANO DE LOS ÚLTIMOS DIEZ AÑOS ES MALO Y EL DE LA VILLA ES UN DESPROPOSITO ANDROGINO E INCALABLE, DEBO DECIR QUE ES BUENO? ¿POR QUÉ DEBO VOLVER LA CARA Y FINGIR QUE NO HUELE A «MIERDA»? ¿POR QUÉ DEBO APLAUDIR COMO FOCA ESTA SUERTE DE BODEVIL INSUFRIBLE QUE CONSTITUYE ACTUALMENTE EL CINE NACIONAL? POR ESO EL PUBLICO NO ACUDE A LAS SALAS A VER JOYAS COMO JERICO DE LAMATA Y EL TINTE DE LA FAMA DE BELLAME. PAGAN JUSTOS POR PECADORES, HUELGA DECIRLO. SUSCRIBO LO DICHO EN EL ARTICULO POR EL SR. MONSALVE. SIGAN APLAUDIENDO «EL BIG MAMA» DE LA VILLA DEL CINE…