El problema del tercer mundo. El hecho de que exista, y de que exista un primer mundo. ¿Qué significa realmente esto del tercer mundo? Aunque tiene muchas dimensiones, pienso ahora tan solo en la ideológica. El tercer mundo se ha convertido en un lugar de reciclaje, de seguidores, follow the leader, de consumidores culturales. No un lugar de generación, no un lugar de exportación cultural (más allá de lo que puede ser la varieté que consume la Europa étnicamente conciente y demás rincones semejantes), no un lugar que reafirme su propia identidad, sino un lugar al cual se le dice infantilmente lo que debe pensar, decir o hacer, y se le instruye a regurgitar repetitivamente las ideas que el primer mundo cortésmente produce para su digestión en el segundo estómago. En otras palabras, la condición de lo tercermundista no sólo es la muy real dimensión material de la falta de recursos de todo tipo, comenzando por la infraestructura y el aparato de producción, sino que es también la dimensión psicológica que hemos interiorizado respecto a que el primer mundo dirige el camino, mientras nosotros los seguimos.
Conformismo para una nueva economía
A partir de ahí, los consecuentes problemas que ya conocemos. Un poco reduccionista de mi parte, esto de limitar lo tercermundismo a un estado mental. Patentemente falso, además, considerando lo que mismo he admitido de las limitaciones materiales: no se trata sólo de el que quiere puede, bonita mentira de los programas de autoayuda, sino de que fácticamente existe un handicap al cual uno debe enfrentarse para equilibrar un poco la balanza. Prueba, una vez más, de que todo este tema del estado natural de los hombres y la igualdad del Estado liberal es un mito ni siquiera bonito.
El problema estriba en que el tema psicológico-ideológico se vuelve tan fuerte que ya ni siquiera lo intentamos, ni siquiera cuando tenemos la oportunidad. Nos conformamos con masticar la información original del primer mundo, sin preocuparnos por la originalidad, por la innovación; nos convencemos de que no hay recursos, de que no podemos competir, y ni siquiera nos molestamos en explotar el recurso de la creatividad.
Hoy estuve casualmente revisando algunos detalles de esta supuesta nueva economía, esa misma que colapsó allá por el 2001-2002 cuando reventó la burbuja de las punto.com. A pesar de ello, indudablemente nos enfrentamos a condiciones de juego distintas: no un paradigma de la producción, sino uno de la información. Información es poder y todos esos nuevos mantras. Y de una manera u otra, el modelo de la nueva economía basada en la información, con su ejército de knowledege workers dedicados a pensar creativamente nuevas cosas, son un camino distinto que no nos está prohibido. Porque el recurso de la creatividad no está tan limitado por la disponibilidad de recursos materiales o infraestructura como lo está, por ejemplo, una economía manufacturera industrial.
Pero esto es claramente relativo. Finalmente, una población económicamente activa que trabaje creativamente requiere de otros recursos, como por ejemplo nutrición y salud, por no decir, por supuesto, un sistema educativo que produzca individuos pensantes y críticos, capaces de generar nuevas ideas, y no, por otro lado, borregos bien calificados capaces de procesar las ideas de otros. El tercer mundo, hasta ahora, básicamente se limita a esto último, con notables excepciones. Incluso en lugares de mejores oportunidades esto es cierto, y el nivel de conformismo académico tanto de profesores como de alumnos es una variable preocupante.
Tercermundismo ideológico y la liberalización de la información
La economía de la información nos plantea nuevas posibilidades siempre y cuando seamos capaces de adaptarnos rápidamente a las nuevas reglas de juego para mantenernos competitivos a nivel internacional. En el marco del tercermundismo ideológico del que aquí hablo, esto se traduce a estar dispuesto a autoafirmarse frente al primer mundo y el resto del tercer mundo con la voluntad de tener una voz propia. Pero esto ya se puso muy abstracto, así que para transmitirlo más claramente mejor pasemos a un plano más individual.
Pensemos en las posibilidades que puede tener un estudiantes para mantenerse competitivo a nivel del primer mundo. No se trata, como dije ya, solamente de que si quiere, puede, pero es sin duda condición de posibilidad indispensable. Claramente, carece de los 50 mil dólares al año que le brindarían una educación universitaria de primera categoría, cuyo eje principal sería, además, el entrenarlo para producir esa nueva información y ese nuevo conocimiento que las universidades a las que sí puede acceder toman como canónicos y enseñan con rigurosidad bíblica. Pero en el siglo XXI cuando la información quiere ser libre y, por mucho que muchos tratan, el proceso parece irreversible, sí encontramos que tiene acceso a una serie de nuevos recursos. Tiene, por ejemplo, acceso a una enorme librería de contenidos de cursos del MIT, por ejemplo, por mencionar uno de muchos recursos disponibles. Por sí solo, esto no hará ninguna diferencia, es cierto, pero entendido en conjunto, y bajo una nueva perspectiva ideológica, lo primero que hace es mostrar que existe una serie de posibilidades que la educación y la formación que conoce ni siquiera le mencionó como posibles. Existe la posibilidad de formarse para pensar por uno mismo sin tener que citar a un puñado de autores nacidos al norte del ecuador, y la posibilidad de establecer lo que se dice o se hace, no sólo de seguirlo. Existe la posibilidad de opinar sin tener que tener un doctorado primermundista que refrende lo que uno dice. Y el simple conocimiento de que existen opciones puede hacerle a uno pensar en que puede intentar acceder a ellas. Aunque lo complementario, es decir que de hecho acceda, es algo que no podríamos realmente garantizar, lo cual es una pena.
Sacándole la vuelta la subdesarrollo
Es bastante claro que en el escueto análisis aquí realizado, demasiadas variables no están siendo tomadas en consideración. Algunas personas prefieren no decir tercermundismo, y usar eufemismos como “en vías de desarrollo” o algo por el estilo. Por lo pronto, para concluir, lo que esto nos significa en términos de primermundismo-tercermundismo, es que necesitamos reconocer los recursos que nos harán competitivos, necesitamos buscar los callejones que nos permitan pasar al costado de los grandes jugadores para ponernos a su nivel en uno u otro campo. Necesitamos ser más creativos y pensar las cosas de manera diferente, establecer nuestras propias reglas de juego y no buscar regirnos por las reglas que nos imponen, si es que queremos tener una oportunidad de romper con el tercermundismo ideológico, y también con el fáctico.
No se creo que deberias darte una vueltica por las universidades Norteamericanas mas prestigiosas y veras que en ciencia, la mayoria de los profesores y estudiantes son de este tercer mundo
Lo se, eso es cierto, pero no entiendo a que quieres llegar con resaltar ese hecho.
Hola, Post-Alfa:
Soy bastante renuente a trazar fronteras claramente establecidas entre el «primer» mundo y el «tercero». No creo, sobre todo en el mundo de las ideas, que se pueda apelar a un argumento «de origen» para calificar tal o cual aproximación como estríctamente del primer mundo. Es decir, parece algo ilógico utilizar las universidades, una invención netamente occidental, como punto de partida para la creación de un pensamiento de «tercer mundo», ya que el origen jamás podrá deslastrarse del primer mundo. De la misma manera, es necio y arrogante ver las ideas como estríctamente pertenecientes al «primer mundo»; ¿quién, sino el mundo árabe, salvó las obras de Aristóteles después de la quema de Alejandría?
No creo que sea sano plantear las cosas a partir de esta dicotomía. De hecho, ya tenemos el resultado: una conclusión populista-rerduccionista según la cual «las universidades son malas e imperialistas» y por tanto deben ser estranguladas, o que la «cultura verdadera» no son las orquestas de Abreu sino los tambores de Barlovento. La última vez que el «primer mundo» se fue por esa vía (tan de moda en la Venezuela contemporánea), se instaló el fascismo y se quemaron libros en la Babelplatz.
Saludos
Krisis, gracias por tu comentario. Me parece valido tu punto, pero me gustaría aclarar algunas cosas. Creo que por mi culpa se están entendiendo de otra manera, así que voy a tratar de plantear de nuevo el asunto.
Mi premisa central es simple: para que el país desarrolle, su comunidad intelectual y de investigadores tiene, de alguna manera, que tornarse “autoconsciente” de su propia responsabilidad y posibilidades, y la sociedad en general, y la clase gobernante en particular, debe tomar consciencia de la importancia de la investigación (a la cual agrego el desarrollo y la innovación como pilares fundamentales) como la inversión más importante para generar valor y recursos para el país.
Creo que esto es de tanta mayor importancia cuando nos encontramos haciendo una entrada forzada a la sociedad de la información, sin estar debidamente preparados para ello en múltiples dimensiones. Antes he reflexionado ya un poco sobre nuestra condición tercermundista, definiéndola principalmente no tanto como una cuestión material, sino ideológica: el hecho de que, intelectualmente, hemos aceptado un rol de consumidores de información y conocimiento, repitiendo las enseñanzas que vienen de lugares “más dignos” como norma y canon y limitándonos a darle vueltas a lo mismo sin atrevernos mucho a brindar nuestro propio aporte. En todo caso, es esta la percepción que en términos muy generales -y ciertamente con excepciones- he sacado yo personalmente de mi formación.
Nos hacen falta más experimentos, más propuestas osadas y que quizás encuentren luego no tienen ningún sentido, saltos al vacío y propuestas intuitivas que busquen algún tipo de corroboración. De todo ello, la gran mayoría caerá por su propio peso, pero unos pocos quedarán y resaltarán, sentando nuevas bases y brindando nuevos elementos de juicio, peldaños a partir de los cuales repetir el mismo proceso. Es sabido que uno aprende más de sus errores que de sus aciertos, y sin embargo nos hemos acostumbrado a la censura colectiva de una cultura que nos exige dar siempre respuestas brillantes e iluminadas, que nos demanda tener siempre entre manos la Verdad última, en lugar de pequeñas verdades que pululan y causan destrozos mientras logramos controlarlas. Es, quizás, en este proceso más dinámico y más vivo que puede tener lugar un proceso de investigación, desarrollo e innovación.
Y mientras tanto, ¿qué hacemos? Pensamos a Venezuela. En cualquiera de sus dimensiones. Trazamos vínculos, redescubrimos el contenido y el conocimiento que ya existe, perdido en múltiples lugares. Una de las cosas que más se necesita es una reforma formidable en la gestión del conocimiento de todo nuestro mundo cultural y académico. Tenemos que derribar una serie de barreras y prejuicios, tenemos que ampliar el alcance de una serie de conceptos. Tenemos que ponernos a discutir más sobre todo esto. Sobre todo, tenemos que atrevernos a proponer ideas extrañas y nuevas, aunque vayan a enfrentarse con un muro de piedra, con la censura totalitaria, incluso aunque signifiquen el ser exiliados de la polis.
Dicho esto, quiero seguir con mi enfoque micro en el estudiante de a pie buscando mantenerse (o, en realidad, volverse) competitivo con su similar del primer mundo. Algo que es difícil considerando que empieza con un handicap en contra demasiado fuerte. Pues, lo que trato de mostrar es que de hecho existen múltiples vías de desarrollo y de explotar los recursos disponibles. Y es también lo que coincide con el modelo que planteaba si tomamos en consideración el tema de la economía de la información: se trata de una arena donde más cómodamente podemos competir, donde existe mayor flexibilidad y mejores posibilidades de adaptación.
Y no, no se trata de un panfleto a favor de la mediocridad o del mínimo esfuerzo, sino simplemente de escoger con cuidado tus batallas. Lo que se está diciendo a nivel personal (que es hacia donde finalmente he querido llevar todo esto) es que uno debe conocer claramente sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y conociendo los recursos que uno tiene a su disposición buscar realizar la mejor inversión posible con ellos en términos de decisiones personales para conseguir el resultado deseado.
Saludos.
Hola, Post:
Estoy completamente de acuerdo en lo que planteas como objetivo, es decir (resumiendo), la necesidad de crear corrientes de pensamiento y expresión originales y adaptadas a la cultura venezolana. Sobre ello, dos cosas:
Lo que nos diferencia es la « forma », si se quiere: Yo creo que este proceso de autenticidad o como quiera llamársele, debe construirse de manera *paralela* a la ideología del « primer mundo », no en oposición a ella. Es decir, creo que para independizarnos, hay que mimetizar y utilizar los mismos modelos que el primer mundo utilizó para consagrar su autonomía universitaria y sus niveles académicos. Igual que para independizar a Venezuela se « mimetizó » la revolución francesa, me parece más productivo reinterpretar las claves de mayo del ’68 en términos venecos que ponernos en oposición a esa revolución y rebanarnos el cerebro buscando una manifestación « verdadera », que, insisto, en Venezuela produce de manera indefectible el pensamiento racista y fascista. Puedes revisar el post de José Roberto Duque para que veas a dónde se llega buscando « lo autóctono » a afirmar boberías como que los tambores de Barlovento son « más venezolanos » que el sistema de orquestas.
Por otro lado, creo que lo más importante en ese proceso de creación de un pensamiento propio y una estética propia, es crear primero un espacio y una cultura del debate y la crítica, algo sin lo cual ese proceso no puede darse. Por eso me parece que, en vez de plantear las cosas en términos « versus » el primer mundo, deberíamos al contario « imitar » la lógica y el dinamismo detrás de los debates y la crítica de ese primer mundo. En Venezuela es difícil crear un movimiento propio porque en cultura, por ejemplo, se carece de sinceridad. Los escritores se reúnen en circulillos elitistas donde se jalan entre ellos y se refuerzan mutuamente, y se reparten las columnas laudatorias de los diarios y los pasapalos de las presentaciones. Así, es difícil impulsar el trabajo de décadas que implica el crear un « movimiento », ya que la mediocridad del club de favores estanca a nuestros escritores y los inserta en círculos de comodidad desde donde es imposible convertirse en Roberto Bolaño, por más que todos lo imiten descaradamente.
Así que yo plantearía las cosas en términos de, por qué la gente tiene tanta dificultad en leer el artículo de John Manuel sobre La vida bohème, por ejemplo. Cómo podemos dialogar y discutir en Venezuela de manera sincera. Cómo derrumbamos el Club de los favores, o cuál es su papel en el « pensamiento propio » venezolano.
Es decir, el enemigo, para mí, es interno, no de forma psicológica como lo planteas (aunque sí hay de eso) sino en forma de redes de poder que enquilosan la creación y no permiten que aparezcan propuestas diferentes. Cuando el sistema se reparte los premios literarios, por ejemplo, y premia cuentos de El Nacional malísimos y novelas de segunda simplemente porque la escribió el pana, reduce nuestra literatura a un conformismo mediocre, y en ello poco tiene que ver el primer mundo, si me preguntan a mí.
Saludos
Lo que queria dar a entender es que en estos paises hay mucha creatividad, que no es por falta de material humano, ni por falta de creatividad.
Si vemos que tienen en comun toods estos paises, nos damos cuenta que todos tienen alta tasas de crecimieno demografico. Eso es lo que mas llama la atencion.
y segundo todos tienen gobiernos altamente ineficientes, ladrones o ambos.
el alto crecimiento demografico da al traste cualquier politica en el campo educativo, ya que siempre sera mayor que la cantidad de maestros o escuelas que pueden ser construidos, igual sucede con las viviendas, elecricidad, agua etc. Una poblacion con un alto crecimiento demografico esta condenada a la miseria de las mayorias y crea un lastre terrible sobre el resto de la sociedad.
Un caso aparentemente paradojico es cuba, el cual tiene un bajo crecimiento demografico, pero las condiciones para su pobreza son evidentes y no estoy hablando del «bloqueo».
de los paises desarrollados el que tiene una tasa de crecimiento mayor es USA, eso ha traido como consecuencia que el salario de la calse media se mantenga en 33000$ desde los años 50 (O su equivalente e con la inflacion) ya que es donde los empleos tienen mayor competencia 8el de los profesionales ha subido mas de 50%)
En los años 80 y 90 perdimos la oportunidad de montarnos en la biotectelogia, que es algo que cualquier pais pobre podia tener un gran desarrollo. Un campo que tiene mucho para dar en el futuro son la proteonica y la fisica de materiales, son campos qeu aun nuestros paises podemos desarollar con una inversion baja, en comparacion a sus beneficios. Dudo que lleguemos a ello.
no debido a la falta de creatividad, si no a nuestros politicos y el peso de la demografia, que hundira la economia de cualquier pais.
Lo que quise decir con mi comentario es que tenemos muy buenos investigadores, pero que todos se van de un pais donde no hay recursos para desarrollarse, ya que esos recursos estan en funcion de lo inmediato, en resolver los problemas causados por la demografia desaforada.
los politicos que tenemos toods estos paises parecen hermanos mellizos, y eso es lo que mas tenemos en contra para tener soceidades sanas.
venezuela en 1810 estaba a punto de ser un pais desarrollado, en especial en los llanos, existia una industria de productos de cuero que estaba haciendo arrancar la metalurgia, y en centro y los andes la producion de cafe estaba creando una industria de maquinarias, que eran producidas en el pais, ibamos por buen camino, si no fuese por lo largo de la guerra de independecia Hoy tendriamos un emporio industrial en los llanos. Ese fue el momento donde nos jodimos.
Ahora por la cantidad de personas que tienen los paises, esta pasando un fenomeno raro, los paises no se desarrollan como un todo, si no dentro de los mismos paises existen zonas que son ricas, otras medias y otras que viven en el siglo XIX. El caso de china es uno de los dramaticos, pero tambien pasa en la india y en USA.
Aqui mismo en venezuela, tenemos el contraste de las ciudades del norte del pais con la pobreza de los pueblos de Sucre, trujillo, barinas o Bolivar.
Hay algo masd pero no me atrevo a decirlo, ya que se puede tomar de la manera equivocada y decir que propugno la eugenesia
Sin duda hay muchas otras variables que tomar en cuenta. No lo estoy limitando solo a un tema ideológico, tampoco he dicho que tenemos incapacidad para ser creativos. En el texto quería limitarme a la consideración de la competitividad desde un punto de vista muy general. Es una palabra muy en boga y mucho se dice sobre ella, pero quiero tomarla simplemente en un sentido laxo.
En mi opinión la crítica al paradigma europeo de la racionalidad/modernidad es indispensable. Más aun, urgente. Pero es dudoso el camino que consista en la negación simple de todas sus categorías, en la negación pura de la idea. Estamos de acuerdo en que no se trata de estar en oposición o de culpar por todo al primer mundo. Pero no entiendo porque buscar formas propias de ir en “paralelo” al primer mundo y no simplemente ir detrás reciclando los desechos implica enfrentarse, oponerse y negar de manera necia todo lo que viene de occidente. Menos aun si tenemos en cuenta como posibilidades la economía de la información y las universidades.
Considerando que en el país ya son 10.2 millones de personas quienes tienen acceso a la web, creo que puede ser útil para romper un poco esos círculos de poder –esto no es un problema solo en Venezuela, lo que Krisis describe se repite también en Europa- y al mismo tiempo también empezar a abrir espacios para el debate y la creación que son casi inexistentes. Este sitio puede ser un ejemplo. Pude debatir con alguien de derecha sin caernos a golpes e insultos, eso ya es algo importante y poco posible en otro espacio.
Ambos señalan factores muy importantes y que hay que discutir, el post es limitado en ese sentido. Mi enfoque era un poco más personal, sobre el estudiante de a pie y las posibilidades de no limitarnos a solo ser consumidores de información y conocimiento, tomando en cuenta que los recursos que tenemos no son los mismos que alguien en Oxford. Eso no tiene como consecuencia tomar el discurso racista de JRD.
Saludos.
Una salida probable del foso del subdesarrollo pasaría por tomar consciencia de la propia identidad como país; pero en el caso de Venezuela no puedo dejar de preguntarme: ¿Cuál identidad?