Los hombres que no amaban a las mujeres

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Siempre tuve mis dudas para leer la trilogía Millenium. Los tres tomos de la saga me hacían pensar si valdría la pena el tiempo. El año pasado el marqués Vargas Llosa  hizo una reseña de la trilogía y se deshizo en halagos para con Larsson, palabras más palabras menos decía que era la saga de aventuras más emocionante que había leído desde su infancia. No negaba que tenía fallas, pero el conjunto no dejaba de funcionar muy bien para él. Para Vargas Llosa Lisbeth Salander era el nuevo arquetipo de la heroína del siglo XXI.

Aún así tenía mis sospechas. Descargué los libros hace tiempo y me prometí al menos darles una ojeada en el e-reader alguna vez. A esto se sumaba el supuesto boom de la novela negra nórdica de la cual Larsson era la punta del iceberg.

Diversas reseñas del libro hablaban de la crítica social al sistema judicial y en general al estado de bienestar sueco, según las reseñas el libro desnudaba el espejismo detrás de esa máquina aceitada del Estado: detrás de ésta se escondía toda una maraña de corrupción e incompetencia. Interesante el enfoque. Así que fui a ver la película para decidir si me entusiasmaba y me atarugaba con los tres tochos que tenía en el disco duro.

Después de verla la conclusión fue rotunda: busqué la carpeta en la computadora y la borré, luego fui a la papelera, hurgué entre todas las carpetas y me aseguré de su eliminación permanente. No desgastaré mis retinas ni un segundo esos libros. Esperaré tranquilamente las próximas películas y veremos disiparse al fenómeno Larsson junto con Dan Brown, J.K. Rowling, Stephanie Meyer o Coelho. Literatura de obsolescencia programada, leer y botar.

Entonces ¿fue abominable la película? Para nada, son dos horas y media de entretenimiento bien llevado, la tensión no decae y siempre estamos en un “y ahora qué viene”, Larsson fue un heredero del folletín decimonónico y como tal logra armar una historia de intriga y suspenso que atrapa la atención. Sin embargo, lamentamos que en el momento del clímax fuera tan flojo, la materia prima no pudo ser rescatada por los guionistas. El villano no sorprende y parece, por momentos, sacado de un episodio de Scooby-Doo. El insoportable discursito en el que explica todos sus crímenes y el método inexplicablemente lento y rebuscado que usa para matar al protagonista me recordó a Austin Powers. Son momentos de humor involuntario que desnuda la falta de lecturas de Larsson y los guionistas de novela negra (lo cual me hizo pensar también que el supuesto boom del misterio nórdico es puro marketing), al menos un cursito de lectura rápida leyendo los libros importantes de Agatha Christie los habría ayudado. Que pasearan por Patricia Highsmith sería mucho pedir.

Sin embargo estas son las deficiencias de forma, en el fondo la película nos muestra los dos alter ego de Larsson: Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander. El tipo es un preclaro idealista, honesto a más no poder y abnegado luchador por la justicia. Salander es su doppelganger, el cisne negro detrás del protagonista. Blomkvist no deja de ser una impostura, una imagen, la misma apariencia del orden, cultura y progreso que vende Suecia al resto del mundo. Por eso Blomkvist es tan plano y soso. Es el primer elemento de un discurso binario: los hombres son peleles, buenos y tontos (como Blomkvist, el viejito Vanger o el policía) o son unos sádicos, violadores y corruptos (como Martin Vanger, el tutor de Lisbeth y el maluco capitalista que desprestigió al héroe), en el medio no hay nada, tómalo o déjalo. Por un lado se agradece la deconstrucción (aunque elemental y quizás involuntaria) del estado sueco: su cara visible es masculina y racional, pero al mismo tiempo violenta y estúpida.

El segundo elemento binario está en el cisne negro de Blomkvist, la Salander, que no es otra que Lilith, la novia oscura expulsada del paraíso del estado de bienestar, por rebelarse contra los abusos de una falsa moral y las buenas costumbres, por eso va por el mundo padeciendo castigos y penurias, pero al mismo tiempo es la vengadora honesta, que no oculta su desprecio por los villanos aunque lucha por una causa justa. Salander no dudará en aplicar el “justo castigo” a los villanos que en la película son los malvados encorbatados capitalistas, que por supuesto amasan sus fortunas a punta de fraude y son hasta asesinos nazis en serie; con cómplices sádicos en las estructuras del gobierno y que usan su poder para abusar de los justos, buenos e indefensos ciudadanos.

Por ello necesitamos a la vengadora oscura, la que no duda en aplicar el ácido, eso sí, después haber realizado una exhaustiva investigación para que no digan que es una arbitraria venática.

Es curioso que las protagonistas de la película sean las que toman las decisiones duras, son constantemente vejadas y entonces no les queda otra sino la venganza plana y llana a lo Kill Bill. Por supuesto son hermosas y seductoras y peligrosas. Son reivindicadas mientras sigan siendo los juguetes sexuales de los hombres nobles de la nación.

Son la cara oculta de la izquierda divina que se da la mano con la derecha en el discurso reaccionario de 300. Leónidas y Lisbeth pueden darse un abrazo y luego salir juntos a descabezar a los malvados invasores persas (que por cierto dizque tenían mucho oro) o a los malucos capitalistas explotadores enajenadores de la propiedad.

Ambos toman la justicia en sus manos, ambos desprecian a las instituciones. Son honestos personajes de acción, de los que hacen lo justo en el momento indicado, porque a la maldad hay que exterminarla de raíz, ejecutarla. No necesitan al Estado y sus tribunales, les estorba en su Yijad. La Ley del Talión está de moda, el ojo por ojo it´s the new black, la izquierda divina lo certifica.

¿Tiene un enemigo? ¿Ya verificó que es verdaderamente malvado y usted es una vícitima? Llame ya al 0-800-SALANDER o escríbanos al [email protected], perdón, quisimos decir [email protected] (que no quede duda de que esta venganza es sin ánimo de lucro aunque nos quedemos con el biyuyo de los malucos y los espectadores).

6 Comentarios

  1. jajajajajajaj me ha agradado, lastima que ya borraste los libros, porque las peliculas son digamos, una pequeña parte de los libros, tu sabes vienen con un tijeran y le van quitando muchos pedazos, esta parte es la mejor de las tres, porque en las otras dos la vaina ya parece un film que antes fue miniserie…
    como digo, los libros son largos, Larsson a veces explica demás y hace prder el hilo, tiene su humor medio negro y coño e madre, pero en general tienes que pasar una parte un poco lenta y sobrellevar que los dos personajes anden un largo rato en paralelo antes de entrelazarse…
    en general una muy buena pelicula a mi me gusto mucho..
    y bueno del Bloombvist, a veces prefiero el de la pelicula que es mas serio porque el del libro a veces e bien ilogico
    saludos, me agrada tu reseña…

  2. Gracias Devil, quizás la decisión de desechar los libros fue precipitada, ya veré si me animo a caerles algunas vez. La película ciertamente es eficiente para comerse las cotufas, tiene momentos interesantes como el desquite de la Salander con el tutor. Pero para ser la supuesta renovadora de la literatura y el cine negro pues todavía le falta.

    Saludos,

  3. Mo he visto la pelicula, pero si he leido los libros. Mas bien tuvistes que titularla, «mis pre-juicios de la novela a través de la película» me parece mas acertado y mucho mas honesto

  4. Hmm. Respeto tu opinión, pero habiendo leído el segundo libro, sigo por el camino de XLuis, ya que a mí me pareció que la película (la segunda) fue un pelón de bolas total, otra muestra de que es difícil dirigir acción por fuera de Hollywood. Es decir, un (el) clímax de la novela, la pelea de boxeo de Paolo Roberto con el antagonista, es reducida en la película a una inaceptable secuencia digna de serie americana de los ’80…
    No leí el primer libro, sí vi la película y me parece que hay enormes errores de casting (que confirmé cuando leí el segundo). Salander, en el libro, es fea y enana ; y coincido 100% contigo en la lectura de Bloomquist, un personaje que lo que hace es recibir coñazo desde que empieza la peli, sin repartir ni una bofetada. No digo que tenga que ser Stallone, pero coño, parece un abuelo…
    De todos modos, es claro que el libro es víctima de un « hype » inmenso. Es sólo una novelita divertida, nada más…
    Saludos.

  5. Yo también leí los libros y vi la primera película, pienso que justamente lo que hacía falta a la serie era tijera para evitarnos páginas de Salander y sus compras en ikea con códigos de catálogos incluidos o de las proezas sexuales de Blokmvist con todo lo que tenga falda, son en general entretenidos, pero son de esos libros que la peli tiende a ser mejor y probablemente la versión americana con Daniel Craig sea la versión definitiva, más acción, menos flores australes.

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