Venezuela, tus hijos se drogan porque es mas barato el perico que las ideas.
Tus hijos están cansados porque los has abandonado en una batalla absurda y el aburrimiento esta ganando.
Tus hijos están confundidos, porque eres un país socialista donde las personas se matan por un par de Nikes.
Tus hijos están tristes porque no pueden salir a jugar sin miedo. Prefieren encerrarse detrás de cercas eléctricas y grandes muros de concreto.
Tus hijos se han ido porque tus frutos están envenenados con la loca idea del poder sobre la justicia.
Tus hijos tienen la cabeza llena de un odio irracional que distingue solo entre colores rojos o azules.
Tus hijos esperan algo que nunca llega y matan el tiempo en la cervecería de la esquina.
Tus hijos pagan por sus derechos porque les enseñaste que todo es más fácil si tienen dinero en el bolsillo y una sonrisa complaciente.
Tus hijos no leen porque no creen en la palabra… la palabra es barata, vacía y fugaz.
Tus hijos salen por la puerta cada día preguntándose si volverán y algunos obtienen su respuesta en la próxima cuadra.
Tus hijos son carne de cañón para el político de turno, porque no les enseñaste a pelear por ellos sino a trabajar para alguien.
Tus hijos no estudian, porque es más seguro tener un arma que un libro.
Tus hijos no comen arepas porque es más fácil comprar un big mac que conseguir harina Pan.
Tus hijos no creen en nada, porque nadie cree en ellos.
Tus hijos están en el bar de la esquina porque en el parque de abajo les espera el ladrón oportuno, el policía corrupto, el jibaro activo.
Tus hijos están hartos de llegar a una casa donde papá no tiene trabajo, y mamá se puso las tetas…
Tus hijos, Venezuela… heredaran el sinsabor de sentirse huérfanos y perdidos.
Y trataran como lo han hecho tantas veces antes, entre bombas lacrimógenas, tiros, y hambre de servirte lo mejor posible…
Pero no te sorprendas cuando a unos cuantos de ellos les de por renegar de ti, por escupirte en la cara, por olvidarte… Es lo que tiene abandonar a una generación completa. Es lo que tiene prestarle más atención a las noticias, al status, a la silicona, al carro, el lujo, el Blackberry, la peluquería, el cine…
Y todas esas cosas que no estas dispuesta a sacrificar a cambio de tu libertad y la de aquellos en la que has depositado tu única y triste esperanza.
Orne Cabrita.