Trataré de ser lo más puntual posible. Si es verdad Venezuela es un país con muchas dificultades y vicisitudes que no permiten crear vínculos estables y positivos de cohabitación individual y colectiva. Como bien lo exponen CHAMAN Y SERGIO en sus respectivos artículos la decisión de irse o no del país es algo que en esencia recae sobre los hombros de cada quien. Realmente es muy complejo enfrentarte de cara a las realidades que te presenta el Sistema Político Venezolano actual al que considero disfuncional y totalmente inorgánico, por lo cual, se necesita primordialmente mucha paciencia y mente fría para poder soportar los embates diarios, contratiempos y decepciones constantes de la cruda realidad en la que estamos inmersos.
Ahora bien, cabe tener un punto muy claro en relación sobre quienes deciden irse o no del país, que sería la calidad del capital humano que nos abandona diariamente, que en muchas circunstancias se manifiesta en perdidas dantescas de profesionales realmente capacitados que se marchan en busca de mejores oportunidades de vida, oportunidades laborales, reconocimiento intelectual, mejoras en la seguridad social etc… Que indudablemente teniendo en cuenta que el Estado Venezolano actual se encuentra en incapacidad de canalizarlos y direccionarlos a los diferentes sectores productivos. De verdad no harían mucha falta la perdida de ciudadanos improductivos, pero la realidad es otra, y son más los casos de FUGA DE CEREBROS que los casos de FUGA DE INCAPACES.
Entonces, debemos partir de una reflexión muy personal la cual nos lleva a tomar una decisión en relación a lo que cada quien quiere o espera conseguir dentro de su propias interacciones subjetivas y objetivas. ¿Qué decisión es más lógica, irse de Venezuela para tratar de escapar de todos sus problemas o quedarse y Calarnos el chicharrón revuelto que tenemos por país? Ambas tienen completa lógica si son observadas desde diversos puntos de vista tanto políticos como económicos, emocionales o personales. Por supuesto ninguna de las variantes resulta nada fácil, implican sacrificios y examinar ciertas posibilidades que se ajustan a las capacidades particulares de cada quien.
Cuando en un comienzo me refiero a la capacidad de ser paciente, esto determina enormemente la aptitud y actitud que cada quien sostiene con referencia a quedarse o no y enfrentar la difícil realidad. Entonces esto nos lleva a definir una postura ante la situación, el comenzar a participar para gestar cambios, abstenerme del problema y convivir con él, o marcharme de una vez por todas porque no aguanto el vainero o porque se me presento una oportunidad más viable y mi decisión es aprovecharla; en realidad todas las posturas son validas y se le deben respetar a cada quien. Mi apreciación es que percibo cierta carencia de combatividad política y voluntad de actuar o de seguir asiéndolo de muchas de las personas capaces intelectualmente que deciden marcharse por diferentes motivos, y las que aún conviven dentro del panorama nacional; claro está no pretendo generalizar de que todos tenemos la obligación de saltar a la REAL POLITIK, ya que sigo sosteniendo, es una elección personal, pero sí creo pertinente y necesario que como integrantes de una problemática generalizada debemos desarrollar prácticas políticas que comiencen a deslastrarse del distópico sistema que impera actualmente, y para esto se necesita contrapesar muchas metas personales tal vez suene a mucho idealismo pero es una opción que luego de haberlo pensado mucho, para mí personalmente debemos intentar llevar a cabo las personas que al igual que yo compartan metas a fines para Venezuela. Así que insto como ya lo hizo ELMENSAJEDELABOTELLA, a que equilibremos los mundos de la capacitación intelectual y la participación política sino seguiremos dando alusiones maniqueas y fatalistas sobre nuestros problemas sin por lo menos haber actuado en contribuir para algo positivo.
El gran dilema ético, moral y político que sufrimos actualmente me lleva a pensar que mi decisión personal esta influenciada por razones principalmente políticas, nada más con ver la clase de dirigentes políticos, la clase de partidos, la clase de valores por los cuales se rige una sociedad profundamente corrupta, inexorablemente me empuja y convence que la batalla hay que desarrollarla aquí sin irme muy lejos, porque la decisión de quedarse implica dos caminos si quieres un cambio tienes que luchar contra un gigantesco LEVIATAN, que prefiere la imposición de unos valores establecidos antes que la crítica y el cambio, que te dice: no hay más alternativa que ser OPOSITOR O CHAVISTA, o estás conmigo o en contra de mí, sino eres corrupto eres un pedazo de pendejo, no pienses; lo que tú creas o digas no vale nada. En cambio si tu decisión es aceptar las cosas tal y como son; o te mantienes abstraído hasta cierto punto de la situación o colabora con el sistema porque está podrido y no hay alternativa.
Que puede reflejarse a través de todo este asunto, coño tenemos una miscelánea de prácticas políticas y sociales dentro de un ESTADO con estructuras institucionales SEMICOLONIALES, donde pretenden persistir personajes caudillistas decimonónicos dentro de un sistema democrático, en una sociedad que constantemente acciona y piensa desaforadamente, inserta en un mundo POST-MODERNO que actúa bajo tendencias románticas y pretendiendo a la vez ser MODERNA lo cuál no termina entendiendo nada sobre su esencia, su presente y porvenir siendo incapaz de conocerse a sí misma .
La mejor manera de enfrentar un problema es tomando conciencia del mismo y una vez analizado combatirlo de frente. Esto no se logra por supuesto individualmente tal como lo expresó ORWELL en 1984 sería un total fracaso…