Ayer fuimos a la exposición «520 Renos» de Antonio Briceño en Corp-Group.Sin duda,será una de las mejores del año.La muestra sobresale por el rigor de su montaje y curaduría,así como por la densidad conceptual de su trasfondo estético,cuyas imágenes rinden culto a la supervivencia y persistencia del pueblo Sámi,de origen Lapón.Por ende,se trata de un trabajo de profundas resonancias antropológicas y hasta audiovisuales.
No en balde,su visionado nos recordará el clásico de Robert Flaherty,»Nanook,el Esquimal».Además,el impecable acabado plástico nos remite a la técnica empleada por los padres de la experimentación cronofotográfica,como el caso de Eadweard Muybridge y Jules Marey.
En el mismo sentido,dos proyecciones de video acompañan el recorrido,junto con una hermosa placa en movimiento dedicada a la contemplación de la famosa aurora boreal.
Aparte,el autor nos sorprende con la instalación de varios negativos en 3D,imponiéndose nuevos retos y desafíos artísticos,sin traicionar su enfoque de reivindicación de la otredad en los tiempos de su arrase colonial,cual Werner Herzog de «Encuentros en el Fin del Mundo».
No pueden faltar a la cita,los característicos retratos en la obra del investigador,aunque ahora con un ligero cambio de presentación.A contrapelo de su serie “Dioses de América”,los integrantes de la etnia Sámi son aglutinados en un panel vertical,donde la relación de sus caras y rostros consolidan la idea de unidad en la diferencia.
De igual modo,el resto de las diapositivas evidencian el crecimiento,la madurez y la evolución de Antonio a la hora de plantearse la composición y el ordenamiento formal de sus cuadros.
Mención aparte para los enigmáticos planos de los renos perdidos en el bosque,capaces de sumergirnos en la abrumadora belleza de su entorno natural,desde la proximidad del lente del narrador testigo,quien también se vale de la posterior intervención de su referente impreso.
Los mezquinos de siempre le negarán sus virtudes,los críticos discutirán sus dobles lecturas y algunos descubrirán conspiraciones geopolíticas encubiertas,por no ser una exposición problematizadora,de denuncia o reflejo del lado oscuro.Lo bucólico e idealista definen su óptica.
Nosotros preferimos celebrarla,porque nos gustó dentro de sus parametros,e invitarlos a disfrutarla y debatirla como se lo merece,con inteligencia,sensibilidad y pasión.
Fija en mi lista de las diez del 2011.
Su obra (toda la que le he visto) me dice que Antonio Briceño es inteligente, sensible y paciente, cualidades de un artista como pocos. Salud.