Descubre Caracas y sus placeres: guía para un anarquista (II)

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En el post anterior, “Descubre Caracas…”, hablábamos de correr por las autopistas, ya que los límites no se respetan y esto es una anarquía, pero que estábamos limitados por el denso tráfico. ¿Y fuera de las horas punta, qué pasa, no podemos correr por ellas? Claro que si, buscando bien, seguro que alguna tiene a lo mejor un km en buen estado, lo mínimo para desarrollar alguna velocidad decente. También  puedes sentir la emoción de correr mientras: evitas los huecos sin dejar el tren delantero, pegas saltos debido a los desniveles, te encuentras algún derrumbe o trabajo no terminado en medio de la vía, y otras sorpresas.

Pero antes no les comenté de otro problema que hay para correr a pesar que no haya tráfico. A veces puedes que te encuentres con alguna de mis amigas, como esta que me cuenta lo siguiente:

“¿Sabes?, yo prefiero ir en el carril rápido de la autopista, pero claro, no me gusta correr, soy muy cuidadosa, como mucho a 80kmh. Además, casi no tengo tiempo libre, así que aprovecho a hacer ciertas cosas. Resuelvo asuntos del trabajo y de la casa, hablando o escribiendo un mensaje por el celular. Sabes que entre el twiter y el pin del bb estoy comunicada con ¡¡¡600 personas!!! También aprovecho y me pinto las uñas, me saco las cejas, y si estoy con una amiga, no me amargo, hablamos y hablamos, no veas como disfruto todo esto, incluso puedo hacer todo esto al mismo tiempo. Entiendo que hay muchos que son unos desesperados y van siempre apurados, pero no hay que dejarse estresar. Además, levanto muchísimo, tienes que ver la cara de los que me pasan a un lado, todos tienen que ver conmigo, incluso me tocan la corneta tooodo el tiempo. Eso es ser el centro de atención. Esto de manejar por el carril rápido me lo enseñó mi abuela, me decía que era el más seguro. Además, por el carril rápido ella no tiene que preocuparse por los que tiene adelante, ya que nadie la molesta. Ella se siente más segura manejando por ahí, porque las motos no le pueden pasar por el lado del conductor. Además, tienes que entender que el stress te saca las arrugas y yo no me…”

Todo esto me lo contó casi sin respirar. Menos mal que se cayó la llamada. Nada, que me lo cuente por twitter.

Con lo anterior entendemos como algunos son los reyes de la conducción segura. Nunca provocarían un accidente, mucho tráfico sí, pero ni un accidente de tránsito. Solo accidentes cerebro vasculares, paros cardíacos, aneurismas, ataques de asma, y algún brote esquizofrénico. La culpa siempre es de los otros que van como desesperados. El problema es cuando chocan dos reyes de estos. ¿Quién tiene la culpa?

En fin, debido en parte a lo anterior, es muy probable que el carril más rápido de la autopista sea eso que se conoce como hombrillo, y de no tener hombrillo, es lo que conocemos como carril lento o el de más a la derecha. Ya que todos se empeñan en ir por el carril rápido, o conducen como mi amiga, o simplemente al conductor de un camión ultra anchi-largo se le ocurrió que era un buen carril para llevar su preciada carga, o dos amigos en moto se ponen a conversar justo ocupando dos carriles.

Entonces, si quieres correr por las autopistas, primero debes conocer muy bien todos los baches o huecos, y luego, salir como a las 2am de un lunes. Ahí si puedes ir a la velocidad que quieras. Solo ten cuidado con los otros que van a hacer lo mismo que tú. Sobre los accidentes de madrugada, hay miles de historias y casi todas fatales. Muchos taxistas incrementan significativamente sus tarifas solo por esto. Le tienen miedo a los «otros» conductores (ellos siempre son extraordinarios conductores), dicen que a esa hora solo hay borrachos, y ya sabemos lo bien que conducimos bajo los efectos del alcohol, somos los reyes de la velocidad.

En fin, que todos somos tan extraordinarios y responsables conductores, que sin tráfico y ni con un Ferrari, llegamos a tiempo. Ojo, que cuando digo todos, no me refiero a , solo a los demás. Yo conduzco de maravilla.

Luego de estas consideraciones, pues a correr, aprovechemos nuestra ciudad y su anarquía, el placer de la libertad y la emoción de la velocidad.

Hasta la próxima.

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