RESPUESTA AL DR. ENRIQUE G. AVOGADRO

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RESPUESTA AL DR. ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO

POR SU NOTA “SOY DE DERECHA”

(PUBLICADA EN NOTIAR.COM – 1O/04/2011)

 

                                                                       POR CARLOS SCHULMAISTER

 Estimado amigo:

Leí su interesante nota «Soy de derecha» (www.notiar.com.ar/contenido/opinion/opi_12009.htm#1), y debo confesarle que me produce sensaciones contradictorias, pues por un lado SUSCRIBO TOTALMENTE todo lo que usted desea como ciudadano y como hombre de bien, aunque tengo ciertas dudas cuando se trata de elección de jueces y fiscales y policías por elección popular, pues desconfío de eso ya que en mi experiencia de vida he visto más autocensura y adaptatividad por parte de quienes tienen  que hacer opciones o profesiones de fe a lo que circunstancialmente quiere «la gente» antes que a los dictados de  sus conciencias o al deber ser jurídico. Hoy el miedo al escrache es un factor de presión terrible que sobrevuela en los estrados judiciales. Imagínese si fueran cargos electivos y siempre tuviéramos de Presidentes populistas como viene sucediendo desde hace casi un siglo. 

Por otra parte, ¿por qué dice usted que por desear que se efectivicen esos planteos es usted de derecha? Yo creo que lo que usted ha dicho no es de derecha ni de izquierda.

Incluso, estoy convencido de que muchas personas de bien desean lo mismo que usted, o gran parte de ello, y creen orgullosamente que son ejemplos de lo que representa la izquierda. Y repito: eso no es de izquierda.

Lo que le digo se relaciona con la tesis de la obsolescencia de «izquierda» y «derecha» para plantear la lucha política  hoy, sobre todo en América latina.

 Por otra parte, quienes dicen YO SOY… asumen una condición ontológica particular, permanente, ..»..TAL COSA». Y en la vida real las personas nunca son nada y menos son algo permanente y homogéneo, sino que están siendo, de ahí que ciertos slóganes y temas pasan por ser de izquierda según quién los dice o quién los propone y en qué momento lo hace (antes de la toma del poder o después de él, o actualmente «… del gobierno»). Y ello es así porque POLÍTICA y GOBIERNO no son ciencias exactas, requieren prácticas personalizadas, singulares, artesanos de la política y también artistas, hombres que no pregunten demasiado y hombres con talentos que se llaman  INDIVIDUOS.

 Y como todo depende del punto de vista de dónde se mira le digo que para la mirada oficial del Imperio Romano un Judas pasó de hecho como un individuo que colaboró con el Estado entregando a un «elemento disolvente» a las autoridades (así hablaban en los 70´s los peronistas de derecha) mientras que  para los cristianos fue y será un traidor. Y desde el Estado romano la conducta y creencia de los cristianos sería algo propio de una «izquierda disolvente», señal de la propagación de izquierdas atentatorias de la Unidad del imperio. Los cristianos, a su vez, caracterizarían, a Judas y a los  eventuales y potenciales Judas como hombres de derechas al servicio del Estado.

¿Vio que el estado puede ser caracterizado o percibido como de derecha o de izquierda según el punto de vista desde donde se lo mire?

 Le recuerdo que los países escandinavos tienen socialdemocracias, y en ellas ciertas aspiraciones de los socialdemócratas son consideradas de derecha por los «progres» de Argentina y para otros son de izquierda.

Entonces, ¿cómo hablar o referenciarse por un supuesto concepto -para nada unívoco- de izquierdas o derechas en función de presentarse  o de ratificarse ante los demás, si además sus contenidos son circunstancial y relacionalmente (unos respecto de los otros en disputa) reactivos? ES DECIR, NO son ESENCIAS IDEOLÓGICAS.

 PENSEMOS EN LOS HITLER, STALIN, MAOS, CASTROS, GUEVARAS, POL POT, ABIMAEL GUZMÁN Y OTROS QUE NO HAN OCUPADO TAN CLARAMENTE LOS EXTREMOS SINO LAS ZONAS GRISES DEL CENTRO… ¿qué dijeron de si mismos, cómo se vendieron y cómo fueron comprados antes y ahora?

 Si uno acepta que una propuesta es buena cuando es de izquierda y es mala si es de derecha (lo cual sucede en Argentina y América latina del mismo modo que reactivamente y a la inversa será mala y buena desde su opuesto, estamos ante un gran error  (siendo indulgentes) pues entonces la ÉTICA, la MORAL y los VALORES DEPENDEN DE LAS CIRCUNSTANCIAS.

 Y eso jamás debe ser así.

 Desear lo que usted anotó y que yo suscribo sin definirme ni de izquierda ni de derecha pues no creo para nada en esta división -más aun, me desagrada y la rechazo absolutamente- es ser ni más ni menos que una persona inteligente con valores humanistas, los cuales no tienen dueños ni autores pues las ideas son de todos y nos vienen del pasado.

 Algunos que piensan más o menos como yo suelen decir con intenciones clarificadoras que ser de izquierdas es ser distribucionistas y ser de derechas es ser productivistas. Considero que es falso ese planteo, arbitrario, pues consiste en utilizar y atribuir ambos términos partiendo de considerarlos dotados de condiciones esencialistas, de ideales de sentido ético opuestos y excluyentes, y eso no existe. NO HAY PALABRAS CON VIDA, NI BUENAS NI MALAS, NI TABUES, NI PROPICIATORIAS O MÁGICAS, ¡salvo que sea de la feligresía de la NEW AGE!

 La izquierda y la derecha no son opuestos perversos, ni los extremos del péndulo en movimiento son BUENOS O SANTOS O DEMONÍACOS. Que la experiencia en la vida enseñe que los puntos o zonas de equilibrio son más convenientes porque ante la necesidad de cambios operativos, pragmáticos, insumen menores costos viene a ser como un horizonte deseable de comportamientos, pero no por eso es la sede del PARAÍSO en la política real. La vida, y todos sus aspectos particulares y subsistemas se desenvuelven con una dinámica que tampoco tiene fórmulas de funcionamiento uniformes. Todo es dinámico y en ella los opuestos se necesitan, pero donde parece que no es así es en Argentina, donde uno puede escuchar y leer expresiones tan imbéciles e ignorantes como ésa que dice que “el capitalismo es intrínsecamente perverso».

 De ahí que el diálogo sea traición en nuestro país, y la traición y el odio una virtud.

Mis respetos

 Carlos Schulmaister

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