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– Atención compañerxs, cambio de seña. Desháganse del contenedor de biblias que ibamos a quemar este Viernes Santo en la Plaza Altamira y aborten la misión de tomar la Conferencia Episcopal Venezolana.
– ¿Pero qué pasó?
– No está muy claro pero aparentemente hemos sido unos egoistas pensando que el Estado Venezolano debe reivindicar nuestros derechos humanos y civiles. Quizás también hemos perdido el norte metiéndonos con los pobres católicos que sólo tratan de expresarse libremente y dentro de los límites del juego democrático.
– ¿Qué qué?
– Sí chico así como lo oyes. Que no te metas con los pobres católicos que sólo están expresando su fe. ¿No te has dado cuenta que los musulmanes son más malos?
– ¿Qué musulmanes, de qué hablas?
– ¿Viste? ¡ignoranta! ¿Acaso no sabes que a los gays los ahorcan en Iran – donde según su presidente no hay homosexuales- y que tratan muy mal a sus mujeres?
– ¿Y entonces?
– Bueno que ellos son los malos, el verdadero adversario.
– ¿Ajá y cuál es la orden?
– A defender nuestros derechos luchando contra los musulmanes.
– ¿Y que hacemos con este periódico, Notitarde, que cita Leviticos diciendo que los gays deben ser asesinados?
– ¿Tienes problemas o qué? ¿Cuál es tu obsesión con los católicos? ¿Qué te han hecho?
– Mucho. Se nos han metido hasta le médula en la cultura venezolana, al punto que parece que son intocables. Fíjate, ahora que estamos alborotados, cuando por fin ya no somos los maricos tristes que se calan la opresión, sale cualquiera a defenderlos con los comentarios más absurdos. Es casi como que el Papa se pusiera bravo porque los judíos en los campos de concentración se revelan contra los nazis.
– ¡Ahora sí que estás delirando loca! Déjate de tonterías que los libros muestran que todo el mundo odia a los gays, no solo los católicos. Antropología mana, ¡antropología! Los musulmanes son los malos. Y si sigues con el cuento de los católicos revisate para que dejes de proyectarte.
– ¿Qué? Ajá y entonces qué se supone que vamos a hacer.
– Luchar contra los musulmanes. ¿Donde es que están en Venezuela?
– No se, son una comunidad muy pequeña y pacífica. Tienen unas mezquitas por Bellas Artes. Al principio gritaban sus oraciones por los parlantes, pero la gente se quejó y dejaron de hacerlo. Eso sí, allá tratan distinto a hombres y mujeres.
– ¿Te das cuenta? ¡Son pérfidos! ¡son malos! ¡Derrumbaron las torres gemelas y gritan muy feo cuando salen por CNN!
– Ajá pero esos no están en Venezuela.
– Bueno, ¡a luchar por la justicia! El ejercito rosa se va para el medio Oriente, y siguiendo nuestros instintos, no entraremos ni por Europa ni por África, sino por la retaguardia. Go West!
(Mientras tanto en el colegio Los Arcos, otro adolescente piensa en suicidarse: acaba de leer en su libro de biología, editado por la cooperativa del colegio, que tiene un desorden moral y que debe luchar contra su cuerpo, so pena de pasar el resto de la eternidad atormentado en el infierno. La policía sigue deteniendo a parejas de hombres «sospechosas» de ser homosexuales. Los matraquean como a todo el mundo, pero con ellos sienten, además del beneficio económico, el placer de la misión cumplida, de mostrarles lo que el Dr. Lava gritaba a pleno pulmón en sus clases de Derecho Romano de la Santa María, a saber, que el ano es para defecarrrrrrrrr. Esta entre otras sanas expresiones del amor de Dios. Amén).