La Chica de la Capa Roja:Más de la gripe porcina de la cepa “Twilight”

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Seguimos con las malas noticias.»La Chica de la Capa Roja» es un tormento cursi de dos horas.Hasta «Hop» es mejor.
Los decorados son de cartón piedra y recuerdan la versión de «The Flintstones» en carne y hueso.Compiten con la escenografía del “Chapulín Colorado”.
Sí contaban con la astucia de Catherine Hardwicke.
El melindre del guión sobrepasa el límite de una telenovela juvenil como «ISA TKM», “Beverly Hills, 90210” y «Somos Tu y Yo».Por algo es un refrito de «Crepúsculo».
Es bochornoso desde el papel protagónico hasta el secundario de Gary Oldman,como el cazador de brujas y lobos de «The Village».Su pasado de “Drácula” se repite como farsa y caricatura.Ni siquiera es una parodia.
«La Chica de la Capa Roja» echa por tierra el esfuerzo de desmitificación y deconstrucción de Night Shyamalan en «La Aldea».
Solo puede funcionar como chiste involuntario.De hecho,nos reímos de ella de principio a fin.Su trama es predecible y elemental.Se reduce a un juego de descarte y sospecha.
La pregunta es:¿quién es el lobo?La respuesta es de una ramplonería freudiana y edípica de caerse para atrás. Me explico y reviento con el spoiler. La inquisición se ceba en cada miembro del pueblo. La paranoia nos invita a desconfiar de Peter,del prometido de la niña, de la abuela, de la madre.
Al final, descubrimos la verdad en el clímax del melodrama. El culpable de la desdicha era el papá, interpretado por Billy Burke,el progenitor de Bella Swan,encasillado en roles de villano y patriarca. No puede faltar la pelea del desenlace donde lo matarán en vano, pues antes de despedirse al más allá, morderá a Pedro y lo contagiará con su enfermedad maligna, con su gripe porcina. Es la garantía para concebir la “New Moon” de la franquicia o el retorno de los licántropos mancebos. Pragmática proyección del subconsciente comercial del principal vampiro de la producción ejecutiva,Mister Leonardo DiCaprio,quien todavía sueña con la inmortalidad del paradigma de “Titanic”. Vaya manía de titiritero ególatra.
Por ende, la trama romántica de «La Chica de la Capa Roja» se la pueden imaginar,si vieron «Twillight» y los bodrios recientes de Amanda Seyfried: “Querido John”, “Cartas a Julieta” y “Mamma Mia”.Pobrecita,no sale de un chantaje lacrimógeno para entrar en otro. Es la Meg Ryan de nuestra época.La quiero ver desfigurada por el botox y la cirugía plástica en dos décadas. Como diría Eloy Fernández Porta, “su escenario es el mercado afectivo. Allí donde la sensibilidad se encuentra con el espectáculo”.
Bienvenidos al capitalismo y a la explotación intensiva de las represiones,mordazas y pasiones del corazón colectivo. Su caldo de cultivo es la soledad,la incomunicación y los deseos frustrados del hombre masa.Para esconder sus intereses reales, se escuda detrás de la fachada del alegato trascendental, la misión salvadora del arte y la arenga en defensa de la ideología del entretenimiento. Puras mentiras.
Volviendo al libreto, hay la típica tensión entre la chica y sus dos pretendientes,aunada a la tentación del demonio encarnado en el lobo. En dicho cine,todo se limita a la negación del instinto animal.Ahí reside el dilema de «Crepúsculo» y «La Chica de la Capa Roja”.
Por supuesto, la doble moral se pierde vista.Por un lado,se cuestiona el lado salvaje del lobo.Por el otro se alimenta como carnada erótica,aunque contenida. Es porno de coitos interrumptus, de faenas y encuentros siempre aplazados y pospuestos.
Así mantienen secuestrado el morbo del espectador,a la espera de la consumación de la rutina de acoplamiento.
Estéticamente carece de personalidad y fotocopia el esquema publicitario de una cuña de Perfume en el medioevo,a la manera de Vogue.
Los diálogos son redundantes y literales.La voz en off también.Si le quitan el sonido,no pierde nada.Incluso ganaría en ambiguedad. Pero no.Todo debe quedar subrayado y revelado para el público.Al final un personaje nos rebobina la historia y nos extrae la conclusión.Es una subestimación,es el anticine.Parece una radionovela de los cincuenta,un folletín de pocas luces,un poema de Mont Blanc.
Si me dan a escoger,yo prefiero las caperucitas posmodernas,renovadoras y contemporáneas,como «Freeway»,»Hard Candy», “»Hoodwinked!» y «The Woodsman».»La Chica de la Capa Roja» supone la consolidación de una tendencia nefasta del cine de terror revisionista y neoclásico. Nula creatividad, cero originalidad. Un cine sin futuro cuyo conformismo le impide replantear su pasado desde el presente.Aquí el único refrescamiento es cosmético,superficial.Otra vez se trata de un cambio gatopardiano,entre la música y la actualización del casting.Sin embargo,la forma es tan vieja como el fondo.
No es mala idea pensar en la posibilidad del reencuentro amoroso de bella y bestia.El problema es la incapacidad de proponer algo distinto.
Por supuesto, su público la adora. «La Chica de la Capa Roja» sabe consentir a su audiencia a punta de demagogia y oscurantismo new age.
Por naturaleza,su feminismo raya en la trampa del mensaje de autoayuda y la terapia de psicoanálisis para dummies. Todo perfectamente instrumentalizado por la dominación másculina. En «La Chica de la Capa Roja»,ellas siguen emancipándose y liberándose gracias a ellos,por afecto o por defecto.
Yo se la recomendaría a Anastasia Mazzone y a su personal de Canal I, formateado por el “Canino” de Wilmer Ruperti,el dueño del negocio,el aprendiz de Berlusconi.
Sergio Novelli la fusilaría para rediseñar el decorado de su programa de entrevistas, cuya puesta en escena semeja el mal gusto de un set de un show de Adriana Azzi a lo Walter Mercado, el recibo de una peluquería o la sala de espera de un burdel con pretensiones. Es como un estudio de masajistas,lleno de cojines y sillones de colores y tamaños espantosos.
Parte del contexto kistch de “La Chica de la Capa Roja”.
Para rematar,»La Chica de la Capa Roja» me trae de regreso a «El Hombre Lobo Quinceañero»,a la usanza de «No es Otra Tonta película de Teenagers». De las tres,»La Chica de la Capa Roja» es la peor.
Si la gente de «Crepúsculo» adaptara al Quijote,harían un treesome entre Sancho Panza,el Hidalgo de la Mancha y Dulcinea. A Rocinante lo dejarían pendiente para la secuela.
Próximas adaptaciones de la gente de «Crepúsculo»:Los Tres Cochinitos,Romeo y Julieta(con Mercutio),Blanca Nieves y los Siete Enanos.
¿Qué película haría la gente de «Crepúsculo» en Venezuela con la Villa del Cine?La Chica de la Boina Roja.
La Villa del Cine anunció la producción de su primera película de terror.Su título podría ser «La Chica de la Capa Roja Rojita».
¿Qué película haría la gente de “Crepúsculo en Venezuela con “Canal I”? La princesa Anastasia y sus dos destinos(Leonardo y Wilmer). La escribiría Martin Hahn y la rodarían como un episodio de “La Viuda Joven”.
Última curiosidad de «La Chica de la Capa Roja».Su abierto contenido incestuoso.Hasta aquí llego.Necesitaríamos a Zizek para comprenderlo.
PD: la gripe porcina de “Twillight” alcanza su estado de pandemia en “La Chica de La Capa Roja”,al calor de sus cámaras lentas, sus repartos multiétnicos, su corrección política y su mentada crítica a las cruzadas binarias de los torquemadas del vano ayer. Paradójicamente, es urgente buscarle un remedio para curarnos de su peste maniquea. “La Chica de la Capa Roja” es uno de los cuatro jinetes del apocalipsis, en dirección al abismo de lo superado y lo trillado. Consecuencia del once de septiembre,de la caída de la bolsa, de la depresión. Ayer fueron los monstruos de la Universal,encargados de desviar la atención. Hoy son las mutaciones del miedo a la amenaza interna y extranjera. Supuestamente “La Chica de la Capa Roja” opta por huir y refugiarse en la periferia, tras la huella de su doble. Decide renunciar al origen de su sangre para mezclarse con la raza marginada, con la especie del exilio,con los esclavos de su colonia.Variación del fetiche del mandingo,fusionado con el tabú de la zoofilia. Sin embargo, el devenir de la Lolita es una ilusión de la meca, un espejismo. Es el disfraz para venderla mejor en el mercado del progresismo,de las rubias melancólicas,alternativas y sensibles a la miseria ajena. Mirada antropológica de turista fascinada por el exotismo de la alteridad.Remember Eva Golinger con su capa roja,dispuesta a quemar su bandera por manifestar su apoyo a los desheredados de la tierra nacional.
Óptica matriarcal y condescendiente de Marta Harnecker y Angelina Jolie en Haití,seducida por los «Avatares» de la isla tropical en las antípodas.
No es distinta a la visión del cine del gobierno bolivariano.
Mutatis mutandis, “Red Riding Hood” caería bien en el chavismo.

1 Comentario

  1. Creo que cada vez es más común ver películas que se adaptan a diferentes libros y esta aunque es un poco diferente al cuento de caperucita roja, me parece que es muy buena, me gusta la forma en que se narra y el final, hace poco vi la película en internet, creo que esta es una de las nuevas formas de ver películas en diferentes plataformas.

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