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Una Esposa de Mentira:el Mejor Adam Sandler en años


Viene a cuento el día de la boda Real o irreal,según sea el caso.
«Una Esposa de Mentira» resucita al mejor Sandler en la tradición de la nueva comedia americana,bajo la conducción de su mano derecha detrás de cámara.
Juntos hicieron varias películas de reciente data,entre fallidas y legitimadoras del mito de Adam.Ahora lo secunda la Aniston,quien brinda un papel ajustado y convincente como hada madrina del protagonista,en fase de amor platónico por su jefe,quien se vale del truco del anillo de casado para pescar en río revuelto a sus víctimas,hasta cuando una chica hermosa lo logra atrapar en la red del compromiso.
A partir de entonces,el film brinda un pequeño recital de humor negro y costumbrista,del gusto del actor,donde se sacuden los cimientos de instituciones como la familia,la pareja ideal,la amistad y el sueño americano.
De igual manera,se le propina una paliza moral al reinado de la apariencia,instrumentalizado y capitalizado por la cirugía plástica.De ahí la irónica recuperación del ícono en la materia:la mutante Nicole Kidman,cuyo perfomance la reivindica como villana de la partida,sin salir de sus casilla de costumbre.
El enfoque es de sitcom y los gags funcionan de principio a fin,al punto de hacernos escupir las cotufas en un par de secuencias.Su gran problema radica en la habitual concesión de culminar con un happy ending.Alcabala móvil imposible de eludir en la actualidad por parte de los residentes y moradores de la industria de Hollywood,salvo contadas excepciones.
En consecuencia,el desenlace reniega de la vena iconoclasta de los dos actos precedentes,por culpa de las aduanas del modelo clásico.Pero a pesar de no romper con los límites impuestos por el sistema de estrellas y productores,»Una Esposa de Mentira» se puede redimir por sus personajes de relleno,sus tramas disparatadas,sus situaciones de enredo,y sus transgresiones implícitas,aunque moderadas.
Yo la disfruté en su debido contexto.Fui con cero expectativas a la sala y me dejó satisfecho.Lo peor:su doble rasero y su contradicción discursiva,para quedar bien con dios y con el diablo.
Una constante en la carrera del señor de «El Cantante de Bodas».Siempre debe concluir como Guillermo y Kate.En el altar,por efecto y defecto de su escritura automática del género.
Los ñiños son de coger palco.Sendos hallazgos.Los chistes y los diálogos resumen la habilidad del director.
PD:el subtexto responde al materialismo histérico de la generación relevo.Sandler le opone el reconocimiento de las flaquezas y debilidades de su madurez.Es una película sobre crecer y entender el paso del tiempo.Adam lo sabe y lo entiende.Me gusta verlo resistir a su modo paternalista:gozando con el simple hecho de hacer feliz a un niño en una piscina.
Todo en el entorno de un viaje para burlarse del turismo, de la clase media y de sus congéneres de la raza humana.

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