Vivimos en un mundo tan banal, que es significativamente más probable encontrar una noticia acerca de un negocio de miles de millones de [inserte signo monetario aquí] que una reseña, pálida, escueta, apenas referencial a los millones de hambrientos a quienes les arrebatamos sus más vitales necesidades en pro de nuestras más absurdas comodidades.
Sea cual sea la estructura del Estado y su forma de organización político-económica, muy en el fondo no eres más que un dato perdido dentro de una estructura de costos; un número antes que un nombre, un nombre antes que una persona. Toda la Política es una gigantesca farsa de la que formas parte, que necesitas y defiendes desde la óptica de tus anhelos y tus pulsiones.
No intento cambiar al mundo, sólo trato de entender su incomprensibilidad.
¿Y tú?