Hoy se cumplen 31 años del nacimiento de una de las franquicias más rentables de la historia del cine terror.Se estrenó un viernes 13 de 1980 y respondió al título de «Friday The 13th».También se conoce como la película de «Jason».Fue dirigida por el charcutero,»Sean S. Cunningham»,a la postre uno de los mejores exponentes del género slasher y ultragore.
Lo secundó Tom Savini en los efectos especiales,al punto de hacer el papel de la madre del asesino en serie,cuando le rebanan la cabeza.En realidad,era doña Betsy Palmer,quien siempre renegó de su retoño,de su hijo audiovisual,es decir,de la cinta en cuestión.
Al film lo condenó un subtexto moralista de dile no al sexo libre y a las drogas en campamento de vacaciones,propio de una época de repliegue conservador ante los valores de la contracultura hippie de los setenta.
Por ello,el largometraje fue considerado maldito por muchos críticos y entendidos,aunque a la larga terminarían por reivindicarlo como un fenómeno social y cultural indispensable para leer el advenimiento de la era Reagan.
Otro monstruo surgía del abandono,del núcleo de una familia descompuesta,del epicentro de una sociedad en ruinas.Y como Freddy Krueger,su hermano de sangre,venía a cobrar venganza por su desamparo,su falta de afecto y su sintomática esquizofrenia,producto de los pavores y horrores de un contexto de depresión y crisis,de salida del caos de Watergate y Vietnam.
Como en el expresionismo alemán,como en la década de los treinta con los engendros de la Universal Studios,»Friday The 13th» llegaba para sublimar las ansiedades de un colectivo,de un pueblo,de un mundo en busca de catarsis a través de la muerte,el sacrificio y la redención.
Al final,nadie sabía si había experimentado un sueño o una pesadilla con «Viernes 13».Era parte de su placer culposo,de su encanto primitivo.
Por algo,traspasó las fronteras y se quedó entre nosotros.Hasta Eminem se disfrazaba de Jason con la máscara de hockey,pero en efecto,no le alcanzaba ni por los tobillos en demencia,carisma,sentido del humor,incorrección política y degollamiento de figuras del star system.Por ejemplo,por sus manos pasaron quienes en la actualidad sostienen el negocio de Hollywood.
Jason mató a Kevin Bacon y sus panas de ruta.Desde entonces,son zombies de la industria.
Para mí,Jason es como un amigo imaginario,un friend del protofacebook,un brother del alma.Me acompañó en noches de desvelo,rabia,despecho y hastío.Lo apoyé en todas sus secuelas,en las buenas,las malas y las pésimas.Celebre sus absurdos encuentros con Freddy,a lo «Alien versus Depredador».
Ahora le escribo y le debo parte de mi humilde carrera como crítico y documentalista.De hecho,junto con Malena Ferrer,hablamos un rato largo de él en nuestro reportaje de una hora sobre «Los Monstruos» para la serie,»Estado Crítico».
¿Quién es en definitiva,Jason Voorhees?
Un espejo distorsionado,un reflejo,una síntesis,un frankestein posmoderno hecho de retazos,como diría José Urriola.
Un verdugo del white trash.
Un karma destinado a pisarnos los talones.
Un personaje de caricatura.
Un estereotipo.
Un arquetipo.
A veces,demasiado plano,maniqueo y clásico,para mi gusto.
Ojalá se venga su deconstrucción y revalorización como mito,a futuro.
Jason merece renacer de la mano de un genio sin complejos del Grindhouse,como Taratino,Craven,Rodríguez,Roth,Snyder.
Así lo quiero despedir,por los momentos.
Larga vida al Rey.
Nuestro carnal.
PD:la banda sonora de la saga es de antología.Todavía la recuerdo con pavor y emoción.
Muy bueno, lastima que a Jason lo terminaron de «matar» con esos Mash Up, uniendolo con Freddy Kruger, muy bueno tu post un abraso!