Hay que construir historias. La ignorancia parte de no practicar el arte de la sutileza. Sólo quien es sutil, construye; edificar sobre el dolor y la intemperancia es un sacrificio. Siempre alguien realizará sacrificios por ustedes. Por ende es mejor insultar que agradecer, siempre y cuando sea proporcionalmente proporcional.
No hay razón sin pensamiento, aunque lo contrario es cierto. Más vale sonreír, que hablar; quienes sonríen ganan las encuestas y los que únicamente hablan, sin decir cosa alguna, pasan a ser redundantes. Todos somos dueños de las palabras, aunque no todos sabemos utilizarlas correctamente. Siempre existirá la oportunidad de negociar o ganar, excepto en el Fin de los Tiempos. Sintamos lástima a por quien crea justo lo contrario.
Es tiempo de provocar una crisis. La esperanza se diluye en integración, mientras algunos seres, envidiablemente felices, alardean que son justamente lo contrario. Benditos sean ellos. Todo lo que hagan será un acto de acogida. Odiar al vecino, porque ellos no nos aman, es practicar la caridad. Pobres de aquellos quienes no puedan ser hipócritas.
Toda historia personal es colectiva.
La Desobediencia y la Creación son simultáneas . Adán, Eva y la Serpiente. Es mas cómodo hablar de números de pares, pero el Génesis cuenta con protagonistas impares. Probablemente por eso fueron expulsados del Paraíso. Nada mas determinante que una condición numérica.
Nada es secreto, y si lo fuera, probablemente seria inexistente. Ello es tan relativo, como nuestro lugar en el mundo. Hablar, a estas alturas, de actos sin precedentes, es tan inverosímil que resulta insultante. Debemos mantener las distancias. No existe tal cosa como el Mal, sino la Redundancia. Huid. Ya todo está perdido.
(Foto:Erwin Olaf)
