Hoy había pensado en dejar de escribir
en sentarme un rato en la vereda
a mirar los autos, los zapatos, las colillas en el suelo
Había pensado en abandonar el pucho
y comenzar a enrolar tabaco,
en volverme vegana
de una vez por todas
en cortarme el pelo como punky
y editar un libro.
También pensé en volver a mi tierra, ir por mis hijos
dormir con ellos, tocar sus patas,
oler sus orejas
besar sus hocicos
Había pensado en cambiar mi cédula de identidad,
en abandonar la ciudad e irme del país,
pensé también en mis recuerdos, en viejos amores
en primaveras olvidadas,
en la higuera de la Menche,
en el cerezo de mi Abuelo.
Pensé en dios, en el chico de las piernas cortadas,
en mirar al cielo y ver nubes de colores,
pensé en volverme adicta a los besos,
en llamarlo y escuchar su voz,
pensé en SalvadoR de Bahía
en Montevideo,
en la película del domingo,
en todo lo que debo hacer
y no he hecho
pensé en el Arturo, en la Fran y en Valpo
en las fotos que iré a buscar,
en las botellitas de colores, esas que reparten pensamientos,
pensé en las palabras que más me gustan como:
crisálida, desastre, invencible, imperecedero.
y en las que odio, como hemorragia o caca.
Pensé en regalar un abrazo, en donar dinero
en no haber escrito esa frase,
en retroceder el tiempo,
en haberle dicho un día la verdad,
pensé en las frases que debo armar
y en el color de la libreta,
pensé en las apariencias, en las ideas, en la represión.
Pensé en mi bandera, en el escudo con el caballo,
en mi próxima actividad física y en cómo me vestiré este sábado
en las manos atadas
en el árbol de la esquina, en esta vereda, donde Hoy escribo.