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HUGO CHÁVEZ: EL CÁNCER SOY YO

SUPERFICIE MUTABLE

Los eventos se suceden demasiado rápido, y los comentarios que nos ayudan a dar sentido a lo sucedido también. Primero el famoso discurso del presidente, en el que se nos informa que batalla contra el cáncer junto el análisis de Sergio M quien, como siempre, nos ayuda a abrir esas cajas de sentidos llamadas textos. Quince minutos, discurso escrito, tono calmado y apesadumbrado… Me gusta pensar que Hugo Chávez o alguno de sus secuaces leyó mi nota de mejórate pronto y que por eso, se apresuraron a sacar la que es quizás, la primera intervención protocolar de nuestro máximo líder. Por supuesto, y como expone Sergio, todo resulta tan falso, tan cliché, que no podemos sino certificar que, efectivamente, es nuestro presidente quien habla (aunque le hayan escrito esa intervención tan ambigua que llevó a BBC MUNDO a decir «no aclares que oscureces»).

Y claro, dado mi interés en el tema, me propuse dar mi propio análisis de lo sucedido, aunque de momento haya eventos más interesantes a mi alrededor (las celebraciones mundiales del orgullo LGBT, por ejemplo). Ahora que me siento a hacerlo, veo que la novela barata tiene ya segundo episodio, otra intervención del presidente y un comentario de xluis, quien hace la notar cómo la continuación de la saga pareciera ser un intento por deshacer lo patético de la primera aparición.

Creo que en este punto vale recordar que es precisamente porque ésta es una novela barata, que este tinglado de escritores independientes – Sergio M, xluis y yo – analizamos el asunto. Si algo necesitamos en este momento es pensar fuera de las coordenadas establecidas, usar la imaginación y ser creativos porque, como expongo en este post, el chavismo además de limitado es autodestructivo.

Venezuela sigue siendo la misma, y la crisis no cambia por la salud del presidente. De hecho, y para escándalo de la oposición, los analistas sugieren que el peor escenario para el país es que Hugo Chávez muera en el futuro cercano.

ESENCIA PERMANENTE

El léxico del chavismo es escueto, limitado; consta de una corta serie de palabras que, como esas cajas de imanes para la nevera, permiten armar una buena cantidad de frases: oligarca, imperialista, golpe, fascista, intervencionismo, soberanía… Al final es como el lenguaje de los pitufos: «hey pitufina, deja el pitufeo y pitufeame la pitufivarilla esa».

Creo que eso es lo más importante de lo que sucede. Por primera vez en la historia del reinado de Hugo Chávez, lo real es lo suficientemente fuerte como para dejarlo sin palabras. Esta pobre cajita de imanes a la que me refiero no alcanza, siquiera, para:

1) Diferenciar entre un problema (personal) de salud de las inquietudes (colectivas) acerca del funcionamiento del gobierno venezolano. En este sentido, que el país esté polarizado en una proporción cercana al 50/50 es cosa requetesabida. Ahora, que cerca de la totalidad de una de esas partes esté obstinada de Hugo Chávez al punto de, incluso, esperar con ansias el desenlace fatal de este cáncer, es algo que, al menos a mí, me tiene asombrado. No precisamente por las babosadas moralinas que algunos podrían decir – «pero es un ser humano», «tampoco así»…  Yo soy uno de los que no tiene un ápice de compasión con este agresor ahora en desventura. No me parece justo cambiar de opinión y borrar más de una década de opresión y autoritarismo porque al señor le salió un cáncer que quizás fue detectado muy tarde «porque admito que no me ocupaba de mi salud». Creo que los comentarios en las redes sociales son un indicador claro del hastío ante un caudillo populista que no entiende que el liderazgo es algo muy distinto a decirle a la gente cómo tiene que vivir su vida.

2) Explicar lo básico de un cáncer. Hugo Chávez tiene muchos años escupiendo pa’rriba y esa alocución de quince minutos puede considerarse el momento en el que el gargajo le cae, de vuelta, en la cara. Él y sus acólitos decidieron mantener en secreto los partes médicos del presidente. Nada de avances o preparación previa para el momento estelar, los verdaderos quince minutos de fama de Hugo Chávez Frías; sólo Nicolas Maduro dando su pitufimensaje del «batallante que batalla batallando una batalla que es de todos». Finalmente, el famoso  punto de inflexión, con el máximo líder y su autodescripción vaga y difusa acerca de su salud. Una descripción en la que no pudo incluir el famoso «Patria, Socialismo o Muerte», so pena de ponerse en evidencia.

Y es aquí donde entro yo con el asunto que, desde el principio de este capítulo, me ha llamado la atención: Hugo Chávez tiene cáncer. ¡CÁNCER!

¿Y que es el cáncer? Es un desorden en la organización celular del cuerpo. Describimos el cáncer como lo que ocurre cuando, por razones no del todo claras, una célula anómala se activa y comienza a reproducirse. Dicha célula transgrede los límites biológicos del cuerpo, en el sentido de guiarse por reglas que atentan contra la vida del organismo como totalidad; es decir, es entrópica, a la larga es inviable, autodestructiva. La célula cancerígena se reproduce, y alrededor de ella se acumulan más células cancerígenas. A esto es lo que se llama tumor. Un tumor maligno es la agrupación consolidada de células cancerígenas, un grupo celular que sigue una lógica distinta a la de la vida, pues se reproduce de manera anárquica, dispersándose por el cuerpo (metástasis) hasta que el organismo colapsa y muere como consecuencia de la invasión.

¿Curioso no? Ésta descripción es la manera en la que cualquiera podría describir al chavismo y sus pretensiones de crear un sistema paralelo al enclenque Estado Venezolano; este desmontaje de las instituciones y su reemplazo por misiones alocadas e inútiles, la incapacidad para manejar lo básico de la vida cotidiana (salud, alimentación, vivienda, seguridad…), la multiplicación anárquica de ministerios, la búsqueda imposible de un socialismo conservador de corte ultraderechista en lo social.

LA MUERTE DE PAPÁ PITUFO

Así las cosas, yo me siento a esperar, como espero los nuevos capítulos de La Bastarda, una novela on-line plenamente autoconsciente del género; una que abusa, a propósito, de los clichés del drama latinoamericano. Exactamente como Hugo Chávez y el chavismo (claro, sin esa conciencia preclara que destaca en aquella).

Detrás de la angustia por lo que va a pasar, hay algo en nosotros que nos dice cuál será el desenlace. Todo es tan acrítico, irreflexivo y lugar común que sólo hace falta seguir esta historia que se autodespliega. Estamos escuchando un CD quemado: los sonidos emergen segmento a segmento pero ya la obra está escrita de antemano. Cómo diría Borges: el porvenir es tan irrevocable como el rígido ayer…

 

Addendum de preguntas instrascendentes

¿Por qué hay que viajar a Cuba para tratarse problemas de salud? ¿Un país con tanto petróleo y sin un sistema de hospitales decentes?

¿A cuáles «terapias complementarias» se estará refiriendo Hugo Chávez?

¿A quién le quedará la fortuna de los Valverde?

Continuará…

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