El genio de la gramática generativa, inventor de la frase incoherente, «las ideas verdes incoloras duermen furiosamente«, sólo necesitó 12 años para penetrar el enigma autoritario de Chávez. «Penetrar» tal vez sea una palabra demasiado fuerte, sobre todo al hablar de alguien de la edad de Chomsky.
Porque Chomsky, coherente con dicha edad, supongo, dice «no estar seguro» de nada y permanecer «escéptico» con la neutralidad de la justicia en Venezuela. Ya que, a nuestros ojos es bastante obvio que la Corte Suprema fue manipulada (y esto en el 2004), que se han nombrado (e inventado) gobernaciones a dedo y que no hay discusión alguna en el seno del PSUV, nos pareció un tanto extraño que Chomsky afirmara que, «no está seguro de que en Venezuela haya una tendencia hacia el caudillismo», pero que «esta concentración de poder autoritaria es mala» y «tal vez Venezuela vaya hacia allá». Esto, aunado a su declaración de que sigue «escéptico» sobre la posibilidad de que la jueza Afiuni sea juzgada de manera neutra.
Entendemos que sólo han sido 12 años, lo cual es poco tiempo para estar «seguro» de nada y que lo mejor es quedarse «escéptico» con todo, no vaya a ser. Al final, estamos hablando de gente que tiene que pasar horas discutiendo para convencerse de que «no hay un hipopótamo en esta habitación«. Ni modo que actúen con más celeridad en otros aspectos de la vida.
Pues con esto en mente, nuestros reporteros de Krisis Co. ® decidieron entrevistar al profesor para obtener su punto de vista sobre otros temas, igual de peliagudos. Acá reproducimos el diálogo que logramos grabar, después de visitar al señor Chomsky y tocar a su puerta.
-Buenas. ¿Profesor Chomsky?
-¿Eh? Ah. No estoy seguro de ser el profesor Chomsky, pero todos los indicios apuntan hacia allá –respondió el intelectual parado en el umbral de la puerta.
-Esteee… Okey… Sin embargo, usted es el profesor Chomsky, de eso no cabe duda.
-¿Qué le lleva a afirmar eso? Usted está siendo manipulado por los medios de comunicación. Ellos tienen años tratando de manufacturar consenso alrededor de la idea de que yo soy Chomsky. ¿Pero con qué fin?
-Ajááá. Mire, ¿podemos pasar?
-¿Pasar hacia dónde? ¿Cómo sabes que te estás moviendo? ¡Todo es un sueño! No nos movemos, creemos que nos movemos…
Una vez en la sala, intentamos precisar al profesor:
-A muchos lectores de sus declaraciones les extraña su «inseguridad» y su «escepticismo» hacia Venezuela. ¿Puede explicarnos por qué «no está seguro» o qué haría falta para borrar toda duda?
-¡Por supuesto! El proceso de pensar es muy complejo. Lleva tiempo. No podemos apresurar las cosas o dejarnos manipular por los medios de comunicación. Todo hay que cuestionarlo, ¡todo!
-Pero bueno, profesor: se puede estar seguro de ciertas cosas, ¿no?
-Ah, claro, claro. Yo tengo años reflexionando y ahora puedo afirmar con seguridad muchas cosas.
-¿Por ejemplo?
-Sencillo: después de mucho pensar, estoy seguro de que la invención de la rueda fue una buena idea.
-¿La invención de…? ¡Pero eso fue hace siglos! ¿Qué puede decirnos del gobierno de Obama, por ejemplo?
-Hmm. Pues de eso no estoy seguro. Capaz que todo es una manipulación. Sigo escéptico con Obama: puede que sea un robot controlado por los intereses internacionales…
-Dios –nuestro reportero empieza a sentir frustración-, pues no sé, ¿qué opina de Gandhi?
-Complicado. Hay que tomar las cosas por orden. He pensado todo desde el principio y, hoy por hoy, llegué más o menos hasta el descubrimiento de América. Sí. Estoy casi seguro de que fue una buena idea. Sigo un poco escéptico; la verdad que perdí muchos años pensando sobre la Inquisición. Pero bueno, en esas estoy. Gandhi, no llego todavía.
-¡Pero el descubrimiento fue a finales del siglo XV! ¿Quiere decir que no está seguro de nada a partir de ese momento?
-Más o menos. O sea, sigo escéptico.
El entrevistador empezó a sudar copiosamente y se recostó del sofá mientras estudiaba a Chomsky. Este le preguntó si quería un café y luego discurrió media hora sobre cómo saber si de verdad se está seguro de querer café o si no es simplemente la manifestación de una fantasía homosexual con el Dios del Nespresso, George Clooney. Nuestro enviado retomó fuerzas y atacó otra vez:
-Profesor: ¿El hombre llegó a la luna?
-No lo sé. Hay una tendencia hacia la creencia de que sí llegamos a la luna, pero sigo sin estar seguro de que este sea el caso en lo que se refiere a la raza humana.
-¿? A ver: ¿Profesor: la tierra es plana?
-Me reconozco escéptico para con ese argumento. No estoy completamente seguro de que se pueda afirmar que la tierra es o no es plana.
Nuestro enviado se frotó los ojos e intentó calmarse.
-Profesor Chomsky, una última pregunta: ¿Usted existe?
-No estoy seguro. Sigo escéptico. ¿Qué es existir? ¿Qué es estar seguro? ¿Cómo sé que todo esto no es producto del sueño de un diablo malvado? ¡Ideas verdes! ¿Quién le corta el pelo al barbero? ¡Dormir furiosamente! «Siempre digo mentiras». ¿Verdadero o falso? ¡Aaaargh!
La cabeza de Chomsky explotó y bañó la habitación de rojo carmesí. Nuestro reportero salió a hurtadillas, cerró la puerta y desapareció, lamentando que el profesor no hubiese tenido tiempo de llevar sus reflexiones por lo menos hasta Galileo, para convencerse de que la tierra giraba alrededor del sol.