DEVIL’S THREE-WAY: DOS FORROS PERDIDOS Y UN DYLAN DESPIERTO

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‘¿Vamos a tomar una birra?’ dijo apenas atendí el teléfono. Era domingo, ocho y media de la noche. Hacía un calor de locos y una cerveza era lo mas adecuado para combatirlo. Ahora son las 2.32 de la mañana del lunes, o sea la noche del domingo al lunes. ¿Pero cómo llegué a ésta hora? Bueno. Una birra lleva a otra. Un bar vacío lleva a un redbull con vodka… y un redbull con vodka a SIMMONE.

‘Sí, dale. Pero tengo cero guita. Me vas a tener que bancar.’ dijo que sí. Llegó a casa unos veinte minutos después… con plata. ‘Hay un bar que se re pone en el sótano de un hostal. ¿Tenés ganas de ir?’, al escuchar esa pregunta tuve que suponer que la noche no cerraría en una birra y ‘buenas noches, nos vemos el finde que viene’. No me di cuenta que la noche era joven. Que una ciudad desierta un veintiséis de diciembre puede llevar a esto. A las 2.38 de la matina borracho, sin leche, escribiendo con un cenicero rebalsando de colillas y cenizas, con tres puchos restantes del atado y cuatro forros faltantes en la caja. Hay dos forros llenos de leche escondidos por ahí. Nadie sabe dónde están. Ni él, ni ella… yo tampoco. Mañana laburo… o sería más propiamente dicho hoy. Dentro de unas horas… dentro de cuatro horas me tengo que despertar.

Pero eso no importa. La noche es una por día. Se trabaja cinco días por semana y nadie tiene ganas de dormir. Ni Dylan que suena en los parlantes. Ni yo que sueno en el teclado. La birra que baila con mis neuronas tampoco tiene ganas de dormir. Y Pablo se fue a dormir, y Simmone se tomó un taxi. Y yo me tomé otra fresca de la heladera. Y mi cama está llena sudor, mezclada con un poco de leche y algo de cocaína…

No podía acabar, fue la primera vez que me la chuparon con forro y la primera vez que le levanté el pulgar a un amigo mientras cogía a la mina que con sus labios llenos de colágeno rodeaba mi pija. ¡Mierda! fue la primera vez que alguien se cogía a la mina que tenía mi pija en su boca. Fue como cuando dos pibes se pinchan el dedo y se declaran hermanos de sangre. Nosotros nos declaramos hermanos de forros perdidos cuando lanzamos por ahí los forros después de acabar. La mina… ¿y la mina? Se fue antes de terminar su pucho. ¿Nosotros?… Nosotros lo terminamos y nos reímos de la alianza nueva…

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